Madalena Rugeroni, directora de Too Good To Go en España y Portugal: “Falta una ley nacional contra el desperdicio alimentario como la que existe en países vecinos”

Too Good To Go es una ‘app’ que lucha contra el desperdicio de alimentos presente en 14 países europeos, entre ellos España, donde espera cerrar el año con 6.000 establecimientos asociados. Su nueva directora para España y Portugal, en el cargo desde el pasado mes de septiembre, nos explica cuáles son sus retos para el futuro

¿Cuáles son sus objetivos en la lucha contra el desperdicio alimentario?

En julio conseguimos superar la mágica cifra de un millón de comidas salvadas y esperamos acabar este 2020 superando los dos millones de packs. El objetivo para los próximos dos años es salvar unos 12 millones de packs de comida y seguir creciendo hasta los 50 millones en 2025. Nuestra intención es seguir con la misma ambición con la que iniciamos esta aventura: inspirar a la población para poder poner freno al desperdicio de alimentos, lograr nuevas alianzas con grandes superficies y marcas de la industria de la alimentación, y seguir ejerciendo presión para que desde las administraciones se profundice aún más en campañas públicas de concienciación y el desarrollo de medidas eficaces que permitan resolver el problema en todos los eslabones de la cadena.

¿Qué van a hacer para lograrlo?

Seguimos centrados en nuestra expansión por todo el país y constantemente estamos sumando establecimientos nuevos, tanto independientes como de grandes marcas del sector. Ya tenemos alianzas con Alcampo, Carrefour, Ikea, los hoteles Accor, o cadenas de restauración como Muerde la Pasta, entre otras, en las que ya se puede salvar ese excedente de comida a través de la app. Además, ya estamos cerrando nuevos acuerdos con otras grandes cadenas del sector tanto de la distribución como de la hostelería que nos ayudarán a dar ese impulso a nuestra lucha contra el desperdicio.

¿Con qué obstáculos se han encontrado a la hora de luchar contra el desperdicio?

Uno de los principales obstáculos ha sido la falta de concienciación y de información en la sociedad sobre un problema tan complejo como es el desperdicio de alimentos. A día de hoy solo en España se calcula que se tiran casi ocho millones de toneladas de alimentos, y aunque a nadie le gusta ver cómo se tira comida esto es algo que se sigue haciendo. Además, los establecimientos se enfrentan cada día a la incertidumbre de no saber si van a tener más o menos ventas, por lo que ajustar su producción para no tener excedentes es muy complicado.

¿Qué acogida han tenido por parte de los consumidores, cuántos se han descargado la ‘app’?

La acogida está siendo muy positiva y prueba de ello es que en apenas dos años desde que aterrizamos en España hemos salvado ya más de 1,5 millones de packs de comida. Esto no habría sido posible sin ese más de un millón de personas que ya tienen la app descargada en sus móviles. Y buena para de esta gran acogida se debe al concepto de pack sorpresa, porque el usuario no sabe cuál va a ser su contenido, porque depende del excedente de comida que haya ese día y esto se lo toman como algo divertido; una nueva forma de conocer nuevos comercios a su alrededor y al mismo tiempo ayudar a hacer algo positivo por el planeta. Además, es muy ilusionante ver cómo se está creando todo un movimiento al respecto gracias a esta comunidad de Waste Warriors, que crece cada día, y cómo esta filosofía antidesperdicio es compartida por más personas y va mucho más allá de la app. Hemos comprobado que un 22% de los usuarios han empezado a llevar otras acciones para reducir el desperdicio de comida en su día a día desde que comenzaron a usar nuestra app y esto es increíble.

¿Cuánto dinero puede ahorrar un cliente que utilice su plataforma?

Por ejemplo, por solo tres euros el usuario se va a poder llevar a casa un pack sorpresa de una panadería valorado en nueve que incluye variedad de panes y bollería que a última hora del día el comercio no ha conseguido vender. Es decir que se estaría ahorrando más de un 60%, y, sin duda, esto es un aliciente, pero lo que me gustaría destacar es que lo realmente increíble es que con ese pequeño gesto de salvar ese pack sorpresa estamos consiguiendo aprovechar comida que de otra forma habría sido desperdiciada y evitar el impacto que esto tendría. Por cada pack salvado estamos ahorrando la emisión del mismo CO2 que emitiría un coche tras recorrer ocho kilómetros. Si multiplicamos eso por los más de 1,5 millones de packs salvados en España, esto equivale a haber ahorrado más de 3.700 toneladas de CO2.

¿En el caso de las cadenas de distribución cómo llega la comida al cliente final?

El cliente final es un particular, pues son los usuarios de la aplicación los que acuden al establecimiento a recoger su pack con ese excedente de comida. Pero siempre hemos tenido claro que debíamos ayudar a distintas organizaciones y desde el principio estamos colaborando con Acción contra el Hambre y la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), así como con otras organizaciones de los distintos países en los que estamos trabajando; con donaciones económicas que se pueden hacer a través de la app y acciones concretas que realizamos para ayudarles en el desarrollo de su actividad.

¿Realizan campañas de sensibilización contra el desperdicio en colegios, empresas instituciones, etc.?

Las campañas de concienciación son claves. De ahí que a través de nuestras redes sociales estemos constantemente compartiendo trucos, recetas y consejos para que cada uno pueda combatir el desperdicio en casa. También hemos realizado acciones como la de ‘Chefs contra el desperdicio’, en la que cocineros de la talla de Elena Arzak, Joan Roca, Carme Ruscalleda o los Hermanos Torres, entre otros, nos ayudaron a visibilizar el problema; hemos participado en campamentos de verano hablando del desperdicio de alimentos; estamos dando charlas en colegios y universidades; y hemos creado materiales didácticos de acceso gratuito en nuestra web para el profesorado, porque creemos que enseñar e informar a las nuevas generaciones es clave en esta lucha.

¿Qué deberían hacer las Administraciones para evitar que en España se tiren al año ocho millones de toneladas de comida?

Queremos hacer ver a las instituciones que todavía tienen mucho trabajo por hacer. Creemos que aún falta mucha implicación por parte de las administraciones en nuestro país con medidas y soluciones a dicho problema, como la aprobación de una Ley nacional contra el desperdicio alimentario como la que ya existe en otros países vecinos. Pero también las instituciones más locales, como los ayuntamientos, tienen la capacidad de hacer que las ciudades sean libres de desperdicio llevando cuatro tareas básicas; como son separar los residuos orgánicos del resto, medir y hacer un seguimiento de lo que se desperdicia y por quién, redistribuir los excedentes a través de las múltiples asociaciones e iniciativas tecnológicas disponibles, y, por último, transformar cualquier alimento que no se pueda consumir en energía, combustible o comida para animales.

¿Hemos desperdiciado menos comida durante el confinamiento?

Sí hemos actuado de manera más responsable. Así lo recoge el último informe del Mapa, que señala que durante el confinamiento se redujo en un 14% el desperdicio de alimentos en los hogares españoles.

¿Cree que tras el Covid se reducirá el desperdicio de alimentos en España?

Creo y quiero pensar que sí. Fue al inicio de la pandemia cuando las imágenes de los supermercados llenos de gente y las estanterías vacías nos obligó a a pensar en lo importante que la comida es para nosotros y que quizás no estábamos valorando a los alimentos cómo se debería. Creo que hemos aprendido esa lección y que hoy valoramos cada paquete de harina que compramos en el súper, recordando cuando hace unos meses este producto escaseaba. Además, hemos invertido muchas horas en la cocina, lo que nos ha hecho ser más creativos y aprovechar lo que había en la nevera. Quiero pensar que estos hábitos se van a quedar, que seremos más responsables cuando hagamos la compra y que nos pediremos siempre para llevar la comida que nos sobre en el plato en un restaurante.