Al consumidor de la era Covid le preocupa más el bolsillo que la salud

A la mitad de los compradores españoles les inquieta más el estado de sus finanzas que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, lo que incrementa la búsqueda de ofertas y precios bajos. Pese a ello, uno de cada cuatro consumidores afirma que continuará gastando más en comida que antes

Un informe de la compañía de ciencia de datos de consumidores Dunnhumby, con sede en el Reino Unido y presencia en España desde 2013, revela que el consumidor español empieza a estar más preocupado por sus finanzas que por la crisis provocada por la pandemia por coronavirus. Así, según su estudio global, al tiempo que desciende el temor por el virus, surge una nueva inquietud entre los consumidores españoles y la mitad de los consultados están ya más preocupados por la cartera que por la salud.

Y a pesar también de que el 50% de los consumidores en España opinen que sus finanzas personales no son buenas, se sigue disfrutando del hecho de comer fuera, ya que según Dunnhumby, en las últimas semanas se ha incrementado en un 40% el consumo en restaurantes. Además, uno de cada cuatro consumidores españoles afirma que continuará gastando más en comida, una tendencia que se inició ya en las primeras oleadas de la pandemia.

En este sentido, a nivel mundial cuatro de cada diez compradores han notado aumentos en los precios de los alimentos, porcentaje que en nuestro país baja al 33%. La búsqueda de valor y precios bajos es la forma en la que los clientes están respondiendo a este incremento. En esta misma línea, el último estudio de la compañía de análisis y gestión de datos SAS, del que se hace eco Dunnhumby, señala que lo que más valoran los consumidores después del confinamiento son los bajos precios y los descuentos (44,6%).

Por su parte, el índice de preocupación por la salud del consumidor de alimentación, que alcanzó altas cotas durante el confinamiento, se ha estabilizado, y, actualmente, se encuentra en su punto más bajo, tanto en España como en el resto de países, con la excepción de Corea del Sur. De hecho, este estado asiático muestra un aumento significativo en este apartado y se sitúa como la nación con el nivel más alto de preocupación con un 53%. Por el contrario, en nuestro país el índice de preocupación acerca de la crisis sanitaria y sus consecuencias ha descendido significativamente desde marzo y se sitúa en un 31%.

Sebastián Duque, responsable del sur de Europa en Dunnhumby, sostiene que “la ciencia de datos tiene el poder para dar respuesta a las necesidades del nuevo consumidor que emerge de esta crisis, ya que permite manejar lo que hasta ahora era imposible, la sensibilidad-estabilidad de precios en la inminente guerra de precios que ya evidenciamos en el mercado”. Duque puntualiza que no es suficiente trabajar sobre este factor y que se precisa una mirada de 360 grados hacia el cliente “que permita trabajar profundamente otros aspectos como la fidelidad basándonos es un conocimiento más profundo de sus hábitos y preferencias. Utilizando los datos de identificación del cliente podemos, por ejemplo, optimizar el surtido y los stock keeping units -referencias de producto- para los más fieles”.

Confianza en el distribuidor

El consumidor español continúa situando al retail en los primeros puestos en cuanto a su buena gestión de la crisis del Covid-19 frente a otras instituciones y sectores, ya que durante el confinamiento fue capaz de garantizar el suministro de alimentos y otros bienes a toda la población. Pese al hartazgo por la crisis sanitaria, los clientes se sienten seguros en las tiendas y satisfechos con su experiencia de compra. Solo el 33% de los consultados afirma no sentirse seguro mientras realizas sus compras.

El estudio sostiene que el enfoque continuo por parte de los distribuidores en las palancas que mueven esta satisfacción será clave en los próximos meses, como lo será trabajar en la fidelización del comprador ante una inminente guerra de precios. Entre los aspectos positivos que mantienen a los clientes seguros sin interferir en su tránsito por la tienda, lo que la compañía de datos denomina positive drivers, están acciones como limpiar la tienda con más frecuencia, más toallitas desinfectantes o comunicar con antelación qué medidas va a tomar la cadena de distribución, Al mismo tiempo, reducir los drivers negativos -roturas de stock, limitaciones horarias, aumento de precios en artículos relacionados con el virus o límites de cantidad- evitan la frustración del consumidor y su percepción negativa de la gestión de la crisis por parte del distribuidor.

Por otra parte, el informe de Dunnhumby indica que el tamaño de la cesta continúa creciendo a la vez que disminuye la preocupación de los consumidores, que están haciendo menos viajes a las tiendas de alimentación y, a su vez, comprando en menos establecimientos. Esto ha disparado las ventas en formato online con los países asiáticos a la cabeza. Según la compañía, en septiembre China lideró las ventas por Internet con un porcentaje del 56%, mientras que en España fue de un 24%.