Ganadería y cárnicas se juegan dos millones de empleos con la crisis

Aunque la ganadería y la industria cárnica emplean de forma directa a cerca de 700.000 personas, si se le suma la industria auxiliar, como por ejemplo, veterinarios, sanidad y producción agrícola para el ganado, logística o transporte, la cifra de quienes viven de estos sectores ronda los dos millones de personas.

La ganadería aporta 15.476 millones de euros al PIB y la industria cárnica otros 26.882. Entre ellas generan alrededor de dos millones de puestos de trabajo que ahora están en peligro por la crisis derivada de la alarma sanitaria. Según la plataforma de información sectorial Carne y Salud, la ganadería de nuestro país emplea de forma directa a más de medio millón de personas. Por su parte, las industrias cárnicas generan 97.000 puestos de trabajo y el comercio minorista, que incluye a charcuterías y secciones de supermercados, a otros 75.000. No obstante, se calcula que unos dos millones de personas viven de la cadena ganadero-cárnica, lo que comprende la producción agrícola para el ganado y los sectores de los profesionales veterinarios, sanidad animal, logística y transporte e industrias auxiliares. Además, tanto las granjas como gran parte de las empresas cárnicas se localizan en el medio rural, donde evitan el despoblamiento y contribuyen a generar riqueza, cohesión social y empleo.

Actualmente, el sector ganadero de carne en España lo conforman más de 350.000 granjas. El del porcino (cerdo blanco e ibérico) posee 83.360 granjas y aportó en el último ejercicio a la producción final agraria 7.417 millones de euros; el sector productor de vacuno tiene 130.790 instalaciones productivas y representa un valor de 3.363 millones de euros; el sector ovino cuenta con 113.779 instalaciones y aporta a la producción final un valor de 2.072 millones de euros; y el sector cunícola suma 1.972 explotaciones y un valor de mercado de 275 millones de euros. Finalmente, la avicultura, con 19.070 granjas, representa 2.349 millones de euros de valor sobre la producción final agraria.

Por lo que respecta al sector industrial cárnico, en estos momentos se contabilizan 2.800 empresas que abarcan actividades de sacrificio, despiece y producción de elaborados. La mayoría de ellas son pymes de titularidad familiar, las cuales conviven con grandes compañías que se han ido consolidando en los últimos años. Algunas de ellas son líderes a escala europea. El año pasado la industria cárnica elevó su facturación un 2,5%, hasta los 26.882 millones de euros, lo que la consolida como la de mayor peso dentro de la industria de alimentación y bebidas, ya que representa el 22% del total del sector alimentario español.

Todo estas explotaciones e industrias hacen que la producción cárnica española sea un referente tanto a nivel nacional como internacional, como lo demuestran los datos del último año. La industria cárnica puso en los mercados un total de 7,2 millones de toneladas de carnes y 1,4 millones de toneladas de elaborados, lo que supuso el 22,6% de todo el sector alimentario español y el 2,24% del PIB del país. De estas cifras, 2,7 millones de toneladas de carnes y productos elaborados de todo tipo correspondieron a exportaciones a mercados de todo el mundo (por valor de 7.555 millones de euros), con una contribución muy positiva a la balanza comercial española: con un crecimiento del 26% en la facturación exterior y un 15,15% en volumen con respecto a las cifras del año anterior.

Ganadería y sostenibilidad

Según los datos oficiales del Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero del Ministerio de Transición Ecológica, la producción ganadera de carne representa el 7% del total de emisiones de gases de efecto invernadero en nuestro país, incluido el 11,9% del apartado total de la agricultura. Por el contrario, el transporte supone en 27% de esas emisiones, seguido por la industria, con un 19,9%; la generación de electricidad (17,8%); el consumo de combustibles (8,5%) o los procesos industriales y el uso de otros productos (8%). En todo caso, el sector cárnico es perfectamente consciente de los retos medioambientales que afronta nuestra sociedad y por ello trabaja para lograr un modelo de transición ecológica global, además de una producción más sostenible.

El sector ganadero está desarrollando nuevas técnicas de producción con un menor impacto ambiental con objetivos como el de reducir en diez años un 15% la huella de carbono en el sector vacuno, así como las emisiones de amoniaco (47%), óxido nitroso (38%), y emisiones por la reducción de estiércoles (14%) en el sector porcino, o el fomento de la producción sostenible de carne de conejo y cordero. También se está investigando en la producción de alimentos para el ganado con una mejor huella medioambiental. La industria cárnica evitó en 2018 la emisión de 48.810 toneladas de CO2 gracias al reciclado de sus envases. La ganadería permite mantener importantes ecosistemas que no serían viables sin su utilización ganadera, y que, además, los convierten en sumideros de carbono que reducen la erosión del terreno y la desertización.