El Covid-19 destapa la labor social del comercio electrónico

Durante el confinamiento, la venta ‘online’ de alimentos ha permitido atender las necesidades de las personas más vulnerables, lo que se denomina “sostenibilidad social”

Los más de tres meses de estado de alarma que hemos vivido en España por la pandemia por coronavirus nos han puesto en contacto con la “sostenibilidad social” del comercio electrónico de alimentación “como una solución para muchas personas que, con problemas de movilidad o salud, preferían comprar online o no tenían más remedio que comprar online”. Así lo ha puesto de manifiesto Ignacio García Magarzo, director general de Asedas (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados), durante la reciente presentación en Madrid del IV Observatorio para la Evolución del Comercio Electrónico en Alimentación 2020: Hacia la Proximidad digital.

Para Ignacio García Magarzo, ahora el reto del comercio digital pasa por ser sostenible socialmente, lo que implica que deberá ser capaz de llegar a todas las capas de la población, a todas las zonas, como por ejemplo en la España vaciada, o lugares “donde el comercio físico presta un servicio y el online aún no ha llegado”, subraya.

García Magarzo explica que el futuro desarrollo de comercio online habrá de observar también la sostenibilidad económica, “porque al competir con una gran oferta de proximidad en precios, el sobrecoste que implica la entrega a domicilio tendría que absorberse por parte de las empresas, o de los consumidores, ya que tendría un impacto obvio sobre los márgenes y los precios”. Finalmente, el director general de Asedas, subraya la importancia de que el comercio electrónico sea sostenible medioambientalmente. “Es cierto que genera más residuos como consecuencia de los embalajes que se tienen que utilizar, pero este año hemos aprendido que los embalajes cumplen también una función, que es la de garantizar nuestra seguridad alimentaria, e incluso la seguridad física frente a una enfermedad como la que hoy en día estamos afrontando todavía y que nos obliga al uso de envases de plástico, de mascarillas o de guantes”, recuerda García Magarzo.

Una de las conclusiones del estudio presentado por Asedas, que ha sido elaborado junto con las universidades Autónoma y Complutense de Madrid, es que el comportamiento de los consumidores durante el periodo precovid (nov. 2019-feb. 2020) y covid (14 de marzo y mayo de 2020) ha puesto de manifiesto la complementariedad de los canales físico y digital. De hecho, los consumidores que más han crecido en comparación con el año 2019 son los mixtos; es decir, los que utilizan ambos canales, quienes ha experimentado un crecimiento del 4,8%, mientras que el crecimiento de quienes solo compran online fue del 1,4%. Por su parte, el porcentaje de aquellos que solo hacen sus compras en tienda física cayó un 8,3%. De las respuestas de los encuestados -más de 4.000 entrevistas-, se infiere que el efecto covid ha incrementado en un 3% el porcentaje de quienes han tenido su primera experiencia de compra en el canal electrónico hace menos de un año, y en un 9%, el de aquellos que han realizado su primera compra digital entre los pasados uno y tres años, “probablemente muchos de ellos en los últimos meses”.

El observatorio revela que casi seis de cada diez compradores (58%) digitales nunca adquieren productos frescos, categoría cuya penetración online cae del 51% al 42%, mientras que sube la de alimentación envasada, que pasa del 73% al 75%.