Los colegios, claves para establecer buenos hábitos alimenticios desde pequeños

Sobra decir que los niños son capaces de acostumbrarse y adaptarse absolutamente a todo, pero también es cierto que sus primeros años de vida son los más determinantes para su desarrollo cognitivo, social y emocional. De este modo, los primeros años nos brindan una oportunidad que no debemos desperdiciar para construir hábitos saludables, incluyendo la alimentación que ayudarán a nuestros jóvenes a disfrutar de una vida plena. La alimentación juega un papel fundamental en la salud de los seres humanos, así como en su estado físico y, consecuentemente, también emocional. Por ello, la tendencia de apostar por unos hábitos alimenticios saludables y por un tipo de alimentación lo más equilibrada y sana posible no deja de crecer en la sociedad actual junto con la promoción de la actividad física.

Como en casi todos los aspectos de la etapa infantil, tanto las familias como el entorno escolar son imprescindibles para desarrollar estas costumbres. Por ello, más allá de inculcarles en casa unos hábitos saludables a la hora de comer, es esencial que el colegio también forme parte del establecimiento de los mismos. Esto no sólo se hace mientras los alumnos están en el comedor o en clases de tutoría, sino también de manera transversal en otras asignaturas, así como en eventos especiales fuera del aula. Mientras en clase trabajamos sobre la importancia de seguir una dieta sana y variada donde la fruta, las verduras, los cereales, la carne o el pescado, convivan de una forma equilibrada y bajo los parámetros de la pirámide alimenticia, es importante que todos estos conocimientos se lleven a la práctica y, para ello, la hora de la comida en el colegio será fundamental.

Así pues, ¿qué claves deberíamos tener en cuenta a la hora de preparar un menú escolar?

1. Preparar los menús de la mano de un/a especialista: Es muy importante que cada menú escolar se prepare junto a nutricionistas y dietistas que puedan asegurarnos que el mismo será equilibrado y que, además, nos garantice que cada niño recibirá los nutrientes que necesita. La proporción de hidratos de carbono, proteínas y grasas es muy importante.

2. Apostar por la fruta y la verdura: Es esencial que, desde muy pequeños, incluyamos las frutas y verduras como alimentos con mucha presencia en su día a día. Es importante que tomen ambos varias veces de forma diaria. Por ello, desde sus primeras etapas debemos permitirles experimentar todos los sabores y acostumbrarles a los mismos porque, aunque los gustos cambian a medida que van creciendo, si se familiarizan con ellos desde pequeños, será mucho más fácil crear esa costumbre y esa conciencia sobre la importancia de los mismos.

3. Apostar por los cereales: Consumir cereales en forma de pan, arroz o pasta es también muy importante en la etapa infantil. Aportando vitaminas, proteínas o minerales, entre otros nutrientes, serán una fuente de energía vital para los más pequeños.

4. Regular el consumo de carne y pescado: Se recomienda regular el consumo de carne y pescado tomando dos o tres veces a la semana carne y dos o tres veces a la semana pescado. También se recomienda no mezclar ambos en el mismo día. Estos alimentos los podemos completar incluyendo huevo en el menú semanal, un alimento rico en proteínas que tolera la mayoría de los niños y perfecto para completar una dieta sana y equilibrada.

5. Dar otras opciones de alimentación: Desde los centros escolares también debemos pensar en los niños que siguen una alimentación vegetariana o vegana y, por ello, es importante que se dé la opción de poder disfrutar de un menú vegetal con platos variados, atractivos y sabrosos. Del mismo modo, tendremos que tener en cuenta las intolerancias alimenticias para ofrecer las opciones alternas a quienes las sufren.

6. Excluir la comida rápida y la bollería industrial: Por supuesto, esto es muy importante en el ámbito familiar y totalmente necesario en el escolar. Este tipo de comidas incluyen muchas grasas que no favorecen, bajo ningún concepto, a nuestro organismo. Por ello, es importante que los más pequeños lo vean como algo que está muy lejos de su día a día, algo momentáneo y que solo pueden comer a la larga para que, de este modo, aprendan a vivir sin la necesidad de consumirlo.

7. La comida artesanal y casera, ¡adiós a los platos precocinados! Otro de los puntos indiscutibles en el comedor escolar es apostar por comida artesanal. Patatas peladas en la propia cocina del colegio, albóndigas o croquetas caseras, serán solo algunos ejemplos del tipo de comida por el que debemos apostar. Evitar al máximo los alimentos procesados y precocinados será primordial para ofrecerles una alimentación de calidad a los niños.

8. Comida rica y atractiva... ¡Conquistemos todos sus sentidos! Sin duda, en las edades más tempranas y con el objetivo de que disfruten experimentando nuevos alimentos y sabores, es primordial ofrecerles platos atractivos, llenos de color y sabor que empiecen por conquistar su vista y acaben conquistando sus cinco sentidos.

9. Involucrar a la comunidad educativa en la elaboración del menú: la participación de los alumnos, sus familias y los profesores invita a una reflexión conjunta a través del diálogo que permite estar continuamente mejorando la oferta alimenticia y que todas las partes entiendan la elaboración del menú.

Si seguimos estas pautas de alimentación y las complementamos con otros hábitos como un sueño adecuado, la actividad física y el trabajo en los valores de reflexión y responsabilidad, estaremos promoviendo el bienestar físico y emocional de los más pequeños y su mantenimiento en la etapa juvenil y adulta.