La carne ‘in vitro’ iguala ya en sabor y en precio

Las inversiones en carne cultivada en laboratorio se duplican año tras año para crear un producto capaz de replicar a la tradicional en todos los aspectos

La carne cultivada en laboratorio o carne in vitro, que nada tiene que ver con los sustitutivos vegetales, sigue creciendo de forma acelerada. Así lo ha asegurado el director general de Biotech Food, Íñigo Charola, la primera startup española en crear carne cultivada, en el marco congreso Aecoc de Productos Cárnicos y Elaborados. “Desde su aparición, hace cuatro años, las inversiones para la producción de carne cultivada se han duplicado año tras año, y, en unos pocos meses de 2020, ya hemos duplicado la financiación lograda en 2019”. Una inversión, añade Charola, “que no solo se dirige al desarrollo de la tecnología, sino también a multiplicar la capacidad de producción, por lo que la carne cultivada llegará antes de lo que creemos”. Charola subraya que la carne elaborada en laboratorio tiene el reto de replicar el sabor y el precio de la tradicional, así como aportar información a los consumidores para que conozcan el producto.

En Biotech Foods recuerdan que la carne in vitro responde a las necesidades de un consumidor cada vez más preocupado por la sostenibilidad: “La carne cultivada en el laboratorio requiere un 80% menos de tierra; un 94% menos de agua y un 76% menos de emisiones de gases de efecto invernadero para su producción. Además, evita el sacrificio animal y no conlleva problemas relacionados con la seguridad alimentaria, revela Mercedes Vila, directora científica de la empresa.

En tanto que la carne de laboratorio sigue su prometedor desarrollo, los sustitutivos cárnicos de base vegetal son ya una realidad en el mercado. Para Marc Coloma. fundador de Heura, otra compañía especializada la elaboración de carne cultivada, “si en la actualidad la carne vegetal solo representa el 1% del mercado cárnico es porque las alternativas, hasta ahora, no han estado a la altura”, razón por la cual su empresa, dice, se ha fijado como objetivo “replicar los productos más queridos por el consumidor español y llevarlos a los lineales”. Coloma está convencido de que los sustitutivos cárnicos acabarán siendo relevantes en el mercado y ha pronosticado que en 2040 la proteína animal consumida no será de origen animal y que la sostenibilidad será uno de los motores de crecimiento de estos sustitutivos cárnicos: “Tomar consciencia del impacto que tiene lo que comemos será el primer paso hacia los que ya es una realidad: ya tenemos alternativas nutritivas y sabrosas”, comenta.

Por su parte, el sector cárnico, ante la amenaza de la carne cultivada, considera fundamental adaptar su comunicación a un consumidor cada vez más enfocado a los canales digitales y, a la vez, responder a las demandas de productos saludables y sostenibles. El controller del grupo agroalimentario Vall Companys, Santiago Aliaga, reclamó durante el congreso de Aecoc sobre carnes, en el que se analizó la carnicería del futuro, y que también reunió a portavoces de Cedecarne, Interporc y Costa Brava Mediterranean, poner en el debate la rentabilidad de los nuevos lanzamientos: “Apostamos por productos cada vez más premium y que cumplan con los criterios de sostenibilidad y salud que nos piden los compradores, pero la gente que puede pagar por el valor que queremos aportar es cada vez menor”, dijo.