Exportaciones agroalimentarias 2019: la cosa va por barrios ante la incertidumbre del Covid-19
Vivimos tiempos de incertidumbre con la explosión de la pandemia del Covid-19, cuyas consecuencias, todavía difíciles de predecir implicarán, sin duda, cambios no solo en términos económicos, que empezaremos a notar en los próximos meses. Por ello, el análisis de los datos de exportación agroalimentaria en el 2019 puede parecer, en estos momentos, un ejercicio anacrónico, pero es importante conocer la situación de la que partimos para medir la fortaleza del sector a nivel internacional y su propia competitividad, y poder afrontar, así, con mayores garantías, los duros tiempos que nos esperan. Recordemos, en este sentido, que los datos de 2018 dieron como resultado un frenazo en la tendencia ascendente con un raquítico crecimiento del 0,4% en relación con el año anterior.
Los datos de 2019 ofrecen, en cambio, una recuperación de la senda de crecimiento al aumentar las exportaciones un 5,9% con respecto al 2018. El dato está, sin embargo, condicionado por las exportaciones a China, que aumentaron en 1.055 millones con un incremento del 94% en relación al año anterior con el sector porcino como protagonista. Igualmente destacable es que el superávit de la balanza comercial agroalimentaria alcanzó los 13.300 millones de euros un 20,5% más que en 2018.
Pero como indica el título del artículo la cosa va por barrios. La evolución de los datos es espectacular en el caso del porcino, que aumenta sus ventas al exterior un 30% respecto a 2018 debido al crecimiento sin precedentes de las exportaciones a China, a partir de la declaración de peste porcina en ese país, superior al 200%. El sector porcino incrementó también sus exportaciones al resto de países más de un 11%, si bien el crecimiento de los embutidos, productos con un mayor valor añadido, fue más discreto, en torno al 3%. Podemos afirmar pues, que el gran protagonista del crecimiento de la exportación agroalimentaria en 2019 ha sido el sector porcino con China como motor. Siguiendo con el ranking de sectores exportadores, las frutas y hortalizas mantienen también un crecimiento vigoroso +6%, mientras los otros dos grandes sectores exportadores, aceite de oliva y vinos, descienden; el 3% en el caso del aceite de oliva, acumulando la caída a la del año anterior; y del 8% en el caso del vino.
Crecimiento por mercados
En los datos por países destaca, como ya hemos mencionado, el incremento de las exportaciones a China, de un 94%. Otros mercados que destacan por su comportamiento positivo son Polonia +202 millones de euros (+20%), Italia +174 millones de euros (+3,5%), EEUU +148 millones de euros (+8%) y Japón +93 millones de euros (+10%). Resaltar, en este sentido, el dato de EEUU. Habrá que esperar a datos posteriores para poder evaluar las consecuencias, seguro negativas, del incremento de aranceles impuesto por la administración Trump. En el plano negativo, destacan los datos de las exportaciones a Libia -63 millones de euros (-21,5%) Hong Kong -17 millones de euros (-9,5%) Reino Unido -13 millones de euros (-0,3%) y Corea del Sur -12 millones de euros (-2,5%).
Tendencias más allá del corto plazo
Un vistazo a una serie más larga nos permite observar algunas tendencias. La primera es que el éxito de la exportación agroalimentaria en relación con nuestros competidores se va mitigando. En la comparativa 2019-2018 se observa que España recupera el liderazgo en el crecimiento que había tenido hasta el parón del año pa sado +5,9% frente al 3,2% de Francia y el 0,7% de Italia, pero en la tendencia a más largo plazo, tomando como base los crecimientos medios en los últimos cinco y diez años, el liderazgo de España reduce distancias con respecto a sus competidores en relación con años anteriores.
Resaltar aquí el repunte de las exportaciones de Francia con un componente de valor añadido mucho más importante que España y después de varios años de atonía. En cuanto a mercados, el análisis de la evolución en los últimos cinco y diez años, indica que los países de Extremo Oriente con China a la cabeza, Corea, Filipinas y Japón, son los que se sitúan como más dinámicos en términos de crecimiento de las exportaciones agroalimentarias españolas junto con otros como Marruecos y Canadá.
Estrategia de futuro
Con la incertidumbre de las consecuencias económicas de la crisis sanitaria mundial debida al Covid-19 no resulta fácil definir estrategias a futuro. Sin embargo, y como machaconamente venimos repitiendo desde hace tiempo, pese a las buenas cifras que -por barrios- ofrece la exportación agroalimentaria, la venta por precio está todavía muy presente en algunos sectores como el vino y junto a las importantes oscilaciones en precios que sufren también otros sectores como aceite de oliva y frutas y hortalizas son un freno a la rentabilidad.
La evolución de las cifras, año tras año, en alguno de estos sectores, demuestra el error de las estrategias basadas en precios bajos, que deberían hacer pensar ya no solo a los propios sectores sino también a nuestras autoridades en relación a las ayudas de la PAC. Ligar, a futuro, estas ayudas, no solo a aspectos medioambientales, sino también al valor añadido que se genera en la cadena es una estrategia que los responsables deberían considerar, reflexionando si tiene sentido ayudar económicamente a producciones del sector vinícola que se venden en el exterior a precios medios inferiores a 60 céntimos el litro, con una incidencia negativa además en la imagen general del sector. Parece necesario empezar a premiar a aquellos, agricultores, empresas y sectores, que inviertan en innovación, en sostenibilidad y en marketing y, por lo tanto, en crecimiento rentable a medio y largo plazo centrado en un mayor valor añadido.
Más allá de las dificultades temporales, sean los aranceles planteados desde la administración estadounidense, sean las futuras consecuencias de la gravísima crisis sanitaria del Covid-19, es importante que la prioridad sea la valorización de los productos agroalimentarios y ya es hora de que las autoridades españolas y europeas tomen cartas en el asunto.