Gravity Wave retira y recicla nueve toneladas de redes de pesca al mes

La compañía, que trabaja para limpiar de residuos los mares y océanos, coordina la recogida de redes fantasma en 72 puertos españoles y las convierte en muebles o productos decorativos que sean reciclables y sostenibles en el tiempo.

España arroja al mar, diariamente, más de 126 toneladas de plásticos. El nuestro es, sólo por detrás de Turquía, el segundo país que más contamina el Mediterráneo. La acumulación de estos residuos en mares y océanos degrada los ecosistemas, pero no sólo los marinos; la salud humana también termina viéndose afectada. Las partículas de microplásticos son ingeridas por los peces y retornan de nuevo al ser humano a través de la cadena alimentaria, devolviéndole así las consecuencias de su consumo irresponsable.

Gravity Wave, la startup española que trabaja por un océano libre de plásticos, ha logrado ya el hito de recuperar nueve toneladas mensuales de redes de pesca. En colaboración con pescadores, patrones de barco y autoridades de 72 puertos españoles, coordina las labores por las que los profesionales regresan del mar cargados de estos materiales que suponen casi el 50% del total de plásticos que contaminan las aguas. Presente ya en la mayoría del litoral español (puertos de Cataluña, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Andalucía, Galicia, Cantabria y las Islas Baleares), la empresa dispone en los hangares contenedores donde los más de 4.000 pescadores ya adscritos a su iniciativa depositan las redes fantasma recuperadas del agua.

Una vez en tierra, Gravity Wave inicia un proceso de economía circular por el que bloquea esos plásticos como agentes contaminantes. Prensándolos hasta obtener plantas compactas y aptas para ser recortadas y moduladas, fabrican mobiliario reciclado que ponen a disposición de consumidores particulares, establecimientos y administraciones. Son bancos, sillas, mesas, letreros, papeleras, maceteros y otros objetos decorativos que, al quedar integrados en hogares o negocios, difícilmente volverán al mar.

Según los datos de la empresa, a lo largo de sus cuatro años de actividad han conseguido transformar ya más de 200.000 kilos de redes de pesca. “No basta sólo con recoger los residuos; también hay que concienciar de la necesidad de tratarlos y revalorizarlos en productos duraderos”, explica Ignacio Martí, el responsable de Puertos de Gravity Wave.

Destaca Martí también el papel imprescindible de los propios pescadores por implicarse diariamente en el cuidado y preservación de los mares y océanos. Es, además de un ejercicio de responsabilidad, una forma de garantizar su propio trabajo: “Los residuos plásticos interfieren en la actividad de los profesionales del mar”, confirma José Carlos Mariño, asistente técnico de la Cofradía de Pescadores Cambados y colaborador de Gravity Wave, que también reclama una mayor implicación de las administraciones.

Una problemática mundial

Según una investigación firmada por expertos australianos, la masa de aparejos de pesca que se pierde cada año en las aguas podría envolver el planeta hasta 18 veces. El estudio asegura también que casi el 2% de los aparejos utilizados por los buques se pierden o descartan, directamente, en el mar, convirtiéndose en un agente contaminante de primer orden. Las olas y el viento los erosionan hasta convertirlos en microplásticos que son ingeridos por los peces, que afectan los corales y fondos marinos o que, conforme se van compactando de nuevo, generan enormes manchas de basura flotante. La más imponente del mundo fondea en aguas del Pacífico Norte, bloqueando un espacio de 1,6 millones de kilómetros cuadrados y presentando un peso de 80.000 toneladas. Conocida como El séptimo continente, triplica el tamaño de Francia, y termina con la vida de millones de peces al año entre las costas de California y Hawai.