Los derechos de emisión de CO2 pueden provocar una nueva crisis energética

El precio de las emisiones de CO2 está volviendo a convertirse en el caballo de batalla de las instituciones europeas. Cuando parecía que Bruselas había comenzado a domar los precios del gas natural y la electricidad, la subida en los derechos de emisión vuelve a provocar precios elevados de la energía y profundiza en la crisis energética actual.

A finales del pasado mes de febrero el precio del CO2 superó la barrera de los 100 euros por tonelada emitida. Se trata de la primera vez que el Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea (ETS) alcanza una cifra de tres dígitos en sus 18 años de historia cruzando así un umbral histórico que podría hacer que las industrias más contaminantes impulsen la implementación de medidas que permitan reducir sus emisiones, pero que a la vez golpea notablemente su capacidad para competir en un mundo globalizado mientras las reglas de juego no sean homogéneas.

El precio del carbono ha experimentado un rápido crecimiento desde el año 2020, cuando los legisladores de la UE fijaron nuevas reglas para acelerar los esfuerzos de descarbonización del bloque. El coste de los derechos de emisión se ha incrementado significativamente en los últimos meses debido a la reciente aprobación del RepowerEU, el paquete de medidas presentado por Bruselas para independizarse energéticamente de Rusia. De hecho, en agosto de 2022, en plenas tensiones en torno al gasoducto Nord Stream, se alcanzaron los 99 euros por tonelada.

Entre las diferentes teorías que se barajan para explicar el porqué de la subida, los analistas destacan las compras especulativas, las liquidaciones con premium de las subastas en el mercado primario y un posible repunte de la producción industrial tras la bajada de los precios de la energía.

La cercanía del mes de abril, fecha en la que las industrias afectadas por el ETS deben entregar sus derechos de CO2 por las emisiones del año anterior, es otra posible causa, ya que el cierre del ejercicio siempre hace que las compras se estimulen. Este año además, al haberse incrementado la producción de energía con fuentes más contaminantes, es previsible que la demanda de estos derechos se incremente. Por otro lado, las olas de frío que se han sucedido en los últimos meses y la caída que ha experimentado la producción renovable incrementan la demanda, puesto que la electricidad tiene que producirse a partir de combustibles fósiles.

La situación, por lo tanto, se vuelve de nuevo compleja y ha superado con creces una vez más los escenarios de precios que se barajaban para estos derechos.