Andalucía avala la rentabilidad y eficiencia del algodón ecológico

Los primeros ensayos del proyecto que desarrolla la Junta en colaboración con los agricultores, la industria desmotadora y el Grupo Inditex demuestran que producir algodón utilizando prácticas sostenibles incrementa el rendimiento de los cultivos, mejora la gestión del agua y reduce los insumos.

Con un rendimiento productivo medio de 2.000 kilogramos por hectárea, los primeros ensayos centrados en producir algodón ecológico en Andalucía confirman que es más rentable y eficiente utilizar esta técnica respetuosa con el medio ambiente que hacerlo de forma convencional.

Así lo reflejan los resultados de las pruebas que desde el pasado mes de julio se han desarrollado en dos fincas ubicadas en los municipios sevillanos de Aznalcázar y La Rinconada y que han servido para dar el pistoletazo de salida al Acuerdo Marco firmado por el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa) con la Organización Interprofesional del Algodón, Espalgodón (integrada por más de 6.000 agricultores a través de Asaja, COAG y UPA y Cooperativas Agroalimentarias), por las ocho industrias desmotadoras representadas por Adesur y Aeda y por el Grupo Inditex para impulsar prácticas más sostenibles en el cultivo del algodón en el campo andaluz y mejorar su productividad.

Los primeros ensayos de este proyecto, que se prolongará durante tres años más, demuestran que producir algodón ecológico no sólo es viable para satisfacer una creciente demanda por parte de los consumidores, sino que también supone una oportunidad de negocio para el sector en Andalucía. En este sentido, Se espera que el acuerdo permita a la comunidad andaluza, seguir creciendo en objetivos de sensibilidad e iniciar una nueva etapa de modernización y consolidación del sector algodonero. El Grupo Inditex, por su parte, se ha comprometido a utilizar ya este año solo 100% algodón orgánico, reciclado o certificado como más sostenible.

La primera fase de esta iniciativa ha permitido definir cuál es la preparación idónea del lecho de siembra, fijar el periodo del 1 al 15 de abril como el óptimo para la siembra, conocer el momento en el que se debe efectuar el último riego para forzar al cultivo a una defoliación natural, detallar las técnicas más eficientes para proteger el cultivo frente a plagas (utilizando el confusionismo y polilleros con feromonas) y establecer la necesidad de recolectar utilizando cosechadoras de husillos.

Un futuro más sostenible

El algodón es una de las fibras textiles más utilizadas en el mundo y Andalucía concentra la práctica totalidad su cultivo en España, que es, junto a Grecia, uno de los dos países productores de esta fibra en la Unión Europea.

La superficie destinada al cultivo de algodón en Andalucía ronda las 52.000 hectáreas y, según los datos del aforo del algodón, se estima que podrían producir alrededor de 175.000 toneladas. Más del 90% de la superficie de algodón de la comunidad autónoma andaluza se encuentra en regadío y la mayor parte es de rotación con otros cultivos, especialmente remolacha, maíz y trigo.

El sector algodonero andaluz tiene un gran peso social y económico, ya que genera un elevado número de empleos directos y tiene una importante industria asociada. Gracias a este cultivo se han creado en los últimos años una media de 850.000 jornales por campaña, que suponen 3.500 empleos a tiempo completo; y el sector desmotador de Andalucía ha contado con alrededor de 80 trabajadores indefinidos y 285 eventuales por campaña.

La industria lleva años trabajando para ser cada vez más sostenible con el objetivo de garantizar su futuro desde un punto de vista social y económico (ya que es un cultivo esencial y difícilmente sustituible en muchas de sus zonas productoras), pero también medioambiental.

Así, en los últimos tiempos ha evolucionado en la gestión de un recurso escaso como el agua, en la optimización y reducción del uso de insumos y, sobre todo, en su forma de cultivar, apostando por prácticas sostenibles como la producción integrada, que ahora puede dar lugar a un paso más, el ecológico.

Y es que, según un informe de Textiles Exchange de 2017, el algodón orgánico emplea un 9% menos de agua azul (procedente de acuíferos y masas de agua en superficie, como lagos y ríos) que el algodón convencional, ya que la mayor parte se cultiva en granjas pequeñas, que suelen usar el agua de lluvia y no tanto los sistemas de riego.

Además, el algodón orgánico no implica que sea transgénico, un cultivo que, por lo general, suele requerir más agua. Por otro lado, el hecho de trabajar sobre un suelo sin pesticidas hace que se ahorre un importante portcentaje de agua durante el proceso. De hecho, el 95 % del agua que se usa para el cultivo del algodón orgánico es agua ecológica (de lluvia o almacenada en la propia tierra).