Ambar da una segunda vida al 95% de sus residuos

La cervecera zaragozana ha implantado un modelo de gestión circular que convierte los residuos procedentes de su actividad en materias primas que utiliza en su cadena de suministro.

Más del 95% de los residuos que se generan al fabricar la cerveza Ambar tienen una nueva oportunidad para ser utilizados y menos del 5% termina en el vertedero. Este hito se ha conseguido gracias a la implantación de un modelo de gestión circular que convierte los residuos en materias primas que la cervecera utiliza para su propia cadena de suministro. El sistema ha permitido a la compañía zaragozana hacerse con el sello medioambiental ‘De residuos a recursos: zero a vertedero’ entregado por el Grupo Saica y avalado por la certificadora internacional TÜV SÜD, convirtiéndose así en una de las primeras 25 cerveceras de España y Portugal en obtener esta distinción.

“Nuestra obligación con el planeta pasa por hacer la mejor cerveza de manera sostenible”, señala el consejero delegado del Grupo Agora, Sergio Elizalde. “Sólo pensando en generar el menor impacto se puede tener futuro”, añade.

En colaboración con Saica Natur, división especializada en la gestión de residuos y servicios medioambientales del grupo multinacional, la plantilla de Ambar ubicada en los centros de producción y envasado de La Zaragozana y de Cobecsa ha recibido la formación necesaria para impulsar la nueva cultura de segregación de residuos en origen y mejorar el flujo de los residuos más complejos.

Más de 800 toneladas de residuos valorizadas

En el periodo auditado, que abarca un total de seis meses, la empresa consiguió reciclar o valorizar energéticamente más de 828 toneladas de residuos. Gestionó 33 toneladas de papel y cartón que fueron recicladas y convertidas en el equivalente a 200.000 cajas de cartón 100% reciclado y reciclable; asimismo, 22 toneladas de residuo de polietileno de baja densidad transparente se transformaron en granza reciclada, que sirvió para fabricar 100.000 metros cuadrados de film con el que agrupar las latas de los packs.

Los residuos que no se pudieron reciclar directamente -unas 108 toneladas- fueron valorizados energéticamente, generando 223.000 kWh de energía eléctrica, lo que equivale al consumo medio anual de 68 hogares españoles.

Pan con corazón de cerveza

El Grupo Ambar promueve desde hace tiempo la circularidad de los subproductos resultantes de la elaboración de sus cervezas. Así, el dióxido de carbónico procedente de la fermentación, el bagazo o la levadura se utilizan tanto en la alimentación humana como animal.

Por ejemplo, el bagazo resultante del proceso de cocción de la malta y el arroz lo destina a la fabricación de pienso para ganado. Además, desde 2011 la cadena de panadería Panishop elabora a partir de este subproducto un pan que aporta numerosos beneficios desde el punto de vista nutricional.

La cervecera aragonesa también trabaja para reducir las emisiones y ha colocado en su fábrica de La Cartuja (Zaragoza) una de las mayores plantas solares sobre techumbre de Aragón. La instalación consta de 4.000 placas y cubre el 25% de la energía que consume la planta, evitando la emisión de 870 toneladas de CO2 anuales a la atmósfera.

En esta misma línea, la marca ha lanzado una botella más ligera que incluye un 85% de vidrio reciclado. Además, el 60% de los envases de consumo en barril y en botella son retornables y ha sustituido más de cinco millones de anillas de plástico por cartón 100% biodegradable. Por otro lado, ha innovado con la primera Triple Zero que, sin alcohol y sin azúcar, compensa las emisiones de CO2 que no se han podido reducir, a través de los Bosques Ambar. El grupo empresarial también ha trasladado su compromiso con la sostenibilidad al agua que comercializa y utiliza plástico 100% reciclado en las botellas de litro y medio de la marca Lunares que envasa en el manantial de Jaraba.