Óscar Hernández, director general de ANARPLA: “El plástico en sí mismo no es malo; es malo en función del uso que se le da”

La que preside es la única asociación española que agrupa a las principales empresas de reciclado mecánico de plástico en España. ANARPLA representa a más del 70% de la capacidad total del sector. Óscar Hernández repasa los retos del reciclaje de plástico en nuestro país.

España es uno de los países que más material plástico recicla de todo el mundo y cada año es capaz de batir, además, la marca del año anterior. En 2021, estos procesos ahorraron al medioambiente la emisión de más de dos toneladas de CO2. Ya desde 2019, nuestro país supera las exigencias de la Comisión Europea, que establece que al menos la mitad del plástico consumido sea reciclado antes de 2025. No obstante, queda todavía un largo camino por recorrer hasta firmar que el 100% de los plásticos son recuperados.

En 2021 se registraron cifras históricas de reciclaje que consolidaron a España como segundo país de la Unión Europea en capacidad de reciclado de plásticos, pero en 2022 la actividad se ha estancado. ¿Por qué se ha producido este parón?

Efectivamente, somos el segundo país de la Unión Europea en capacidad de reciclado sólo por detrás de Alemania. La capacidad de Alemania está en los 22,2 millones de toneladas y la de España por encima de los 1,6 millones, pero también hay que tener en cuenta que su población está por encima de los 84 millones de habitantes y la nuestra es de unos 47 millones, lo que nos coloca a la cabeza de Europa si atendemos exclusivamente al criterio poblacional.

En cuanto al parón registrado en 2022, fue debido a la demanda. En 2020, con la crisis de la pandemia, nuestro sector fue declarado esencial y no detuvo su actividad. La materia prima virgen, entonces, estaba a precios excesivamente bajos, al tiempo que la industria no trabajaba al 100%. Entonces, no se demandaba reciclado.

En 2021, el panorama cambió: la demanda de plástico reciclado fue alta porque la oferta de materia prima virgen empezó a ser muy baja y de precios muy elevados. Eso condujo a que el transformador o el fabricante de artículos plásticos mostrase más interés por usar plástico reciclado, lo que llevó también a que su precio aumentase.

Por eso, el reciclado se disparó en 2021 y, por eso también, a partir del verano de 2022, al caer de nuevo el precio del plástico virgen, cayó también la demanda del reciclado. Son fluctuaciones provocadas por la demanda en el mercado.

¿Qué iniciativas se deberían adoptar para bloquear estas fluctuaciones?

Para mantener una constante y desligar la demanda del plástico reciclado del precio del material virgen se deben establecer obligaciones de contenido de plástico reciclado en los productos.

Otra herramienta es la compra pública verde, porque depende de la Administración y su función debería ser siempre la de predicar con el ejemplo.

Si sus adquisiciones tienen requisitos de contenido reciclado para presentarse a ofertas y pliegos de condiciones, por un lado, se ve aumentada la demanda de plástico reciclado y, por otro, se consigue que el ciudadano, en su día a día, encuentre artículos con esa condición, y así se logra también reforzar la concienciación.

¿Cuántas toneladas de residuos plásticos se procesan anualmente en las plantas españolas y qué cantidad de CO2 se ahorra al sustituir la materia prima virgen por plástico reciclado?

En 2021, en material procesado ha supuesto 1.414.000 toneladas, ahorrando así 2.111.774 toneladas de emisiones de CO2. Buscando una comparativa práctica, esto supone el equivalente a la contaminación producida por 1,6 millones de automóviles de combustión recorriendo 20.000 kilómetros al año.

Anarpla se ha propuesto que en 2030 todos los envases sean reciclables de una manera económica. ¿Cómo plantea conseguirlo?

Nosotros ofrecemos una serie de herramientas a quienes fabrican los artículos plásticos. No influimos en el diseño, pero sí podemos proponer y orientar.

Para que un material pueda ser reciclado debe ser, primero, seleccionable; tiene que llegar a nuestra planta. Después, ese material tiene que poder ser procesable y no debe tener ningún componente que perjudique la calidad del producto final. Con estos condicionantes, el material podrá ser reciclable y convertido en materia prima.

Los motivos por los que un envase no puede ser seleccionado son bastante claros.

Para poder seleccionarlos se utilizan ópticos, que son las herramientas que leen la longitud de onda de los envases para determinar el tipo de polímero del que están compuestos y así enviarlos, discriminados, a su flujo de residuos.

Pero hay más requisitos. Mediante una herramienta creada por la Asociación de Recicladores Europeos, se puede determinar cuánto de reciclable es un envase comprobando en planta y en laboratorio hasta qué punto el material producido a partir de la materia prima generada del residuo reciclado sirve para sustituir a la materia prima virgen.

Estas son las herramientas que se están usando en el sector del reciclado para ayudar a las empresas fabricantes de artículos plásticos en sus procesos de diseño.

¿Qué capacidad de generación de empleo presenta el sector de reciclado de plástico en España?

El sector genera de forma directa unos 4.500 empleos. A priori, es cierto que se trata de un número no demasiado alto, pero a esos empleos hay que sumar también todos los indirectos, y eso multiplica la cifra exponencialmente.

Hay que sumar al personal de recogida, todo el que se dedica a la selección de material, las empresas de maquinaria para el proceso de reciclaje y proceso de selección... Al final, el sector genera de forma indirecta un número muy alto de empleos.

España ha publicado una nueva Ley de residuos que incluye instrumentos para una gestión más sostenible de los residuos, en este caso de los plásticos. También un Real decreto de envases y residuos de envases. El Gobierno también ha aprobado recientemente el Real decreto de envases y residuos de envases. ¿Qué impacto están teniendo las dos normativas?

El Real decreto establece objetivos tentativos, no obligatorios, pero que sí marcan ya a las empresas hacia dónde deben encaminarse.

Por el momento, sólo hay establecidos requisitos obligatorios para las botellas de bebida. Sí tiene otros requisitos referidos al ecodiseño y la ecomodulación, es decir, el pago de las empresas fabricantes al sistema integral de gestión o SCRAP en función del diseño de su envase y de su reciclabilidad.

La nueva regulación también habla de la responsabilidad ampliada del productor e incluye dos nuevos sectores relacionados con los envases. Hasta ahora, sólo estaba contemplado el doméstico, pero ya también incluye al sector comercial y al de la industria. Así, a partir de 2025 todos los envases comerciales, industriales y domésticos tendrán que estar integrados en su SCRAP que marcará su trazabilidad y medirá objetivos, cuánto se está reciclando, la responsabilidad sobre todos los envases, e involucrará a sus empresas adheridas en las tareas de ecodiseño y ecomodulación.

El Real decreto marca también unos objetivos de recogida para ampliar la red. Actualmente, seguimos teniendo más capacidad de reciclado de material del propio material que se selecciona para su reciclado.

Para nosotros, también es muy importante que se establezca el fin de la condición de residuo para el plástico. Es algo básico porque, al final, supone el reconocimiento a tu labor; tú procesas un material y generas una materia prima que debe ser reconocida como un producto nuevo que usará la industria de transformación.

Por otro lado, el PERTE de Economía Circular reconoce al sector del plástico como uno de los sectores prioritarios a tener en cuenta en el camino hacia la sostenibilidad. ¿Qué medidas habría que tomar para avanzar hacia la circularidad del plástico?

De nuevo, la clave vuelve a pasar por la demanda. Si trabajamos la demanda, lograremos la circularidad total del plástico.

Si impulsas el contenido en reciclado, si en determinados flujos estableces un porcentaje de material reciclado obligatorio, si se apuesta por la compra pública verde, etc. Trabajando en la demanda, se podrá alcanzar el 100% de la circularidad.

En los últimos años, el material plástico no goza de buena fama debido a los vertidos de basura que genera, principalmente en los océanos. Sin embargo, el 80% de los residuos que acaban en el mar parten de tierra firme. ¿Qué ventajas aportaría concienciar a la población para que haga un buen uso de este material como parte de la solución al problema de la basura plástica?

La concienciación es esencial. Al final, la economía circular depende de todos los agentes implicados (fabricantes, transformadores, Administración, etc.), pero el ciudadano tiene un doble papel.

Por un lado, es el que puede demandar artículos que son fabricados con plástico reciclado y, por otro lado, tiene en su mano colaborar con el proceso del reciclado, desechando en el contenedor adecuado los artículos que ha utilizado. Al final, todo usuario tiene la obligación de colaborar con la recogida selectiva, que es la única forma de que el producto nos llegue y así podamos recuperarlo.

Anarpla ha celebrado recientemente el Congreso nacional de reciclado de plásticos, que ha reunido a los principales actores para debatir el futuro del sector. ¿Cuáles fueron las principales conclusiones que se sacaron durante el encuentro?

Además de trabajar en la demanda, otro punto muy relevante repasado en nuestro encuentro ha sido el de la sustitución irreflexiva, sin basarse en datos o estudios, de unos materiales por otros por la simple creencia de que el plástico no es sostenible.

Al final, si fabricásemos todos los envases que hoy son de plástico con otros materiales que se presuponen más sostenibles, lo que provocaríamos realmente es un incremento en el nivel de emisiones; en cifras, estaríamos emitiendo 2,7 veces más de dióxido de carbono a la atmósfera, porque perderíamos las ventajas que sí supone apostar por el plástico.

Sus ventajas comparativas son muchas: por un lado, su ligereza, que ahorra emisiones durante su transporte; también, una sencilla transformación por no tener que aplicarle mucho calor... además de una capacidad de reciclado amplísima y que ya es más que operativa.

El plástico en sí mismo no es malo; es malo en función del uso que se le da. Casi el 100% de los plásticos ya se pueden reciclar con las tecnologías que existen, sólo que para ello tienen que llegar a la planta de reciclado. Si sustituimos todo el plástico sin un análisis adecuado del ciclo de vida, lo más probable es que nos estemos disparando en el pie. Simplemente desplazaríamos el problema a otro material.