Egipto aprueba una inversión histórica para la desalación

El país africano precalifica 17 consorcios para desarrollar proyectos con los que reducir su estrés hídrico. Aqualia, FCC, Sacyr o Acciona optan a varios contratos.

El Fondo Soberano de Egipto (TSFE) ha precalificado los 17 consorcios que podrán optar a la primera fase del Programa de desalinización de agua diseñado para construir hasta 25 plantas desalinizadoras de agua de mar alimentadas por fuentes de energía renovable que ayuden a paliar el estrés hídrico que en los últimos años vive el país africano.

Los consorcios precalificados han sido organizados en cuatro categorías teniendo en cuenta su capacidad técnica y experiencia en proyectos similares a nivel mundial. En la categoría A, que incluye a aquellos consorcios con capacidad para producir más de un millón de metros cúbicos de agua diaria, destaca la presencia de varias compañías españolas como Sacyr Agua, que se presenta en solitario; Acciona Agua, que lo hace junto con la egipcia Orascom; la noruega Scatec; la japonesa Toyota Tsusho Corp, y la dubaití Metito Utilities y Abengoa, cuyo proyecto ha sido precalificado junto a Cuasar y Concrete Plus.

La categoría B engloba los consorcios capaces de generar hasta 600.000 metros cúbicos de agua al día y entre ellos se encuentra el conformado por las españolas Aqualia e Ignis con la africana Globaleq y la egipcia Samcrete.

El programa de desalinización de agua de Egipto contempla el desarrollo de varios proyectos diseñados para cubrir una capacidad total de 8,85 millones de metros cúbicos al día para 2050, 3,35 de ellos se incluyen en la primera fase que debería estar finalizada para 2025.

A pesar del elevado coste para asegurar la seguridad hídrica, este plan se posiciona como una opción estratégica e indispensable para proporcionar al país fuentes de agua adicionales que permitan colmar el déficit actual, si bien también se apuesta por reforzar la reutilización de las aguas residuales y la de las aguas de drenaje agrícola.

Así, el Estado egipcio pretende construir 25 plantas desalinizadoras que completen a las 58 ya existentes con una capacidad para producir 440.000 m3/día y a las otras 19 estaciones que se terminarán de construir a finales de este año y que sumarán una capacidad de 682.000 m3/día.

El programa egipcio pretende atraer inversión estratégica, tanto extranjera como local, y convertirse en una referencia en cuanto a tecnología y fabricación de componentes utilizados en desalinización. Para ello, ha conseguido reunir a distintas autoridades como el Ministerio de Vivienda, Servicios Públicos y Comunidades Urbanas, la Autoridad de Comunidades Nuevas y Urbanas, el Holding Company for Water and Wastewater y el Canal de Suez, que se encargará de formalizar y financiar los proyectos que se desarrollen en los territorios que se encuentran bajo su jurisdicción.

Política hídrica a largo plazo

Más allá de potenciar la desalinización, Egipto invertirá 50.000 millones de dólares una estrategia destinada a proteger sus recursos hídricos hasta 2050 y también ha elaborado un plan nacional que, hasta 2037, implantará políticas para la racionalización del uso del agua, la mejora de la calidad, la provisión de fuentes de agua adicionales y el establecimiento de un entorno adecuado para una gestión óptima.

Asimismo, en los últimos años el Gobierno de Egipto ha adoptado numerosas políticas en materia hídrica con el fin de hacer frente a los retos con los que el sistema pueda toparse. Entre ellos destaca el proyecto nacional de rehabilitación de canales, uno de los mayores planes del mundo en este ámbito cuyo objetivo es mejorar el proceso de gestión y distribución del agua y el suministro a los extremos de los canales que se encuentran prácticamente agotados.