Cataluña avanza en autosuficiencia hídrica

Las medidas incluídas en el Plan de Gestión de las cuencas internas pretenden incrementar un 30% la disponibilidad de agua nueva.

La advertencia no ha decaído: si la situación de profundo estrés hídrico que atraviesa Cataluña no se ve aliviada por las lluvias antes de septiembre, la Comunidad verá activada una emergencia inédita en su historia. Con el Guadiana y el Guadalquivir, las cuencas internas catalanas han sido, desde el inicio de la época de sequía, los puntos del país en los que la falta de agua se ha hecho sentir con más crudeza. Y podía parecer que las tormentas que han empezado a descargar sobre el territorio iban a aplacar las alarmas, pero estas se han presentado como era de esperar: de forma súbita y violenta, puntual y, además, muy cercanas a la costa y a las desembocaduras de los ríos, por lo que apenas han servido para rellenar aquello que realmente sirve para paliar la situación: los embalses y pantanos.

De esta forma, y empezando a asomar un verano que no se prevé especialmente lluvioso, además de un panorama en el medio y largo plazo que avanza también prologadas épocas de sequías, la Generalitat de Cataluña ha aprobado el Plan de gestión del agua de las cuencas internas para el período 2022-2027, una hoja de ruta que contempla las actuaciones e inversiones previstas por el Govern para preservar y mejorar la calidad de las masas de agua y los ecosistemas hídricos, garantizar las demandas de agua e impulsar actuaciones en materia de saneamiento y regeneración.

La estrategia ha sido diseñada con el objetivo de garantizar el acceso al agua de todos los usos, a pesar del déficit hídrico estructural de las cuencas internas y la emergencia climática. Asimismo, se centra en asegurar el buen estado del medio hídrico frente a un contexto con una distribución cada vez más irregular de las lluvias y con fenómenos meteorológicos más extremos, en línea con la Directiva marco del agua europea.

Las previsiones de la Agencia Catalana del Agua (ACA) señalan que para el año 2050 la disponibilidad de agua en Cataluña se habrá reducido hasta un 18%. Si a este dato se suma el hecho de que la ACA sólo puede gestionar el 40% de los recursos hídricos de Cataluña -el resto son de competencia estatal- en un territorio donde se concentra el 90% de la población, la autosuficiencia hídrica cobra más relevancia que nunca.

Y este es, precisamente, uno de los principales objetivos del plan: avanzar en la autosuficiencia hídrica del territorio a través de la eficiencia en la gestión del agua. Por eso, la estrategia se centra en mejorar la calidad de las masas de agua y en garantizar el suministro de las cuencas internas sin depender del régimen pluviométrico. Este doble objetivo se alcanza mediante la concreción de las medidas necesarias a aplicar y, sobre todo, garantizando la financiación adecuada de estas acciones.

Todos los recursos hídricos adicionales que se prevé incorporar al sistema servirán para dar respuesta a las demandas ambientales de las masas de agua -caudales ambientales y recuperación de acuíferos- y al déficit de garantía actual. No se contempla la reducción de los usos actuales, pero sí se dará un importante impulso a la reutilización para sustituir el uso cuando sea posible.

Las actuaciones previstas en el plan de gestión incrementarán un 30% la disponibilidad de agua nueva y aunque se prevé que la necesidad de abastecimiento urbano durante este periodo se mantenga constante, la actual situación de sequía, que se mantiene desde 2021, ha hecho que algunas de las medidas planteadas se adelanten para que puedan estar terminadas antes de lo previsto.

El plan de gestión del distrito de cuenca fluvial de Cataluña también pone el foco en la mejora hidromorfológica, la restauración de caudales ambientales y la conectividad fluvial, con especial atención a las medidas para hacer frente a los efectos del cambio climático y el bajón de recursos disponibles para los usos y el medio. Por ello, hace hincapié en el agua regenerada y en la desalinización, como medidas para compatibilizar usos y preservar caudales de mantenimiento en los ríos y sistemas acuáticos.

Triplicar la inversión

En el próximo ciclo de planificación se prevé invertir cerca de 2.437 millones de euros, de los que 1.401 serán aportados por la Agencia Catalana del Agua. Esta cifra casi triplica la inversión del plan que hasta ahora estaba en vigor y que destinó más de 950 millones de euros entre 2016 y 2021.

Por otro lado, el plan también destina 266 millones a apoyar a los ayuntamientos y el sector local para impulsar trabajos que ayuden a mejorar el abastecimiento, la eficiencia en el uso del agua, la regeneración y la prevención de inundaciones.

Asimismo, se multiplica por cinco la inversión en restauración ambiental del ciclo del agua.