La ría de O Burgo se prepara para enfrentar la etapa clave del dragado

A lo largo del mes de septiembre comenzará el bombeo de los 583.337 metros cúbicos de lodos que acumula este mítico enclave coruñés contaminado durante décadas por los vertidos de los municipios colindantes. Las obras pretenden recuperar los bancos marisqueros y potenciar los usos lúdicos.

Con cerca de 10.300 metros cuadrados de superficie marina, la ria de O Burgo, en A Coruña, conformaba en los años 90 uno de los parques de marisco más productivos de España. Los pescadores llegaban a extraer hasta 70.000 kilos anuales de almeja fina -la de mejor calidad y mayor valor en los mercados- y una importante cantidad de berberechos, pero en los últimos 30 años las capturas se han reducido en más de un 90% a causa de la contaminación. La ría ha sido receptora durante décadas de numerosos vertidos que han deteriorado la calidad de sus aguas y ha acumulado gran cantidad de sedimentos procedentes de vertidos industriales y urbanos de los municipios colindantes. El deterioro de sus aguas es tal que la Unión Europea llegó a incluir a la ría en la lista de espacios más contaminados de Europa.

El elevado porcentaje de residuos orgánicos y metales pesados que se acumulaban en la ría ha provocado durante años las protestas no solo de los profesionales del mar, que se han visto obligados a cerrar gran parte de los negocios relacionados con el marisqueo, sino también de vecinos y ecologistas que pretendían llamar la atención sobre la necesidad de llevar a cabo labores de limpieza y un posterior dragado. Y es que según Greenpeace, este espacio natural habría perdido ya casi el 60% de la superficie de humedales costeros, el 70% de las lagunas costeras y sólo el 20% de los sistemas dunares está en buen estado.

La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a las esperadas obras que transformarán el estuario coruñes y las dos riberas (Culleredo y Oleiros) y señaló que se trata de “el mayor proyecto de descontaminación integral de una franja costera”.

Los trabajos, que tendrán una duración de dos años y cuentan con una inversión de 33 millones de euros, comenzaron en febrero, pero está previsto que a lo largo del mes de septiembre se realice una de las tareas más importantes: el bombeo de los 583.337 metros cúbicos de lodos. Según contempla el proyecto, parte de ellos se depositarán en un punto de vertido al mar con un estricto control ambiental, donde se agrupan los materiales procedentes de los puertos autonómicos; otros se aprovecharán en unos recintos ambientales cuya superficie genera espacios verdes y da continuidad a las sendas o paseos que bordean la ría, y los áridos procedentes de la restauración de los canales o bancos marisqueros se utilizarán para la restitución de las condiciones hidrodinámicas en la zona intermareal, la mejora de los bancos marisqueros y del fondo de la laguna de Culleredo. El material obtenido en la zona más exterior de la ría se depositará en la playa de Santa Cristina.

Usos lúdicos y actividad marisquera

La retirada de los materiales contaminados de la ría y su restitución parcial por sedimentos libres de contaminación permitirá mejorar la calidad de las aguas y de los fondos, potenciar los usos lúdico-recreativos de la zona y favorecer la recuperación, productividad y calidad de los bancos marisqueros allí localizados. De hecho, el objetivo es que la ría se convierta en la puerta de entrada de la reserva de la biosfera de As Mariñas y Terras do Mandeo.

De forma complementaria, se preservarán los hábitats principales de aves invernantes que habitan este espacio y también de las praderas de fanerógamas que existen en la zona de marismas situadas en la margen de Culleredo para dejarlas fuera de la zona de actuación.

El proyecto contempla otras actuaciones como la recogida de las especies marisqueras afectadas de forma previa al inicio de los trabajos y su resiembra una vez finalizados con semillas procedentes de viveros (hatchery) de la misma especie; el trasplante de la fanerógama marina Zostera noltii; y la limpieza de la ría con eliminación de especies exóticas invasoras como el carrizo de la pampa.