Balfegó implanta un sistema de trazabilidad único para el atún rojo

Este sistema, pionero en el mundo, permite al consumidor final conocer el recorrido del atún desde el mar hasta su mesa a través de un código QR. El grupo también invierte en iniciativas que fomentan la sostenibilidad y apuestan por el aprovechamiento total del producto.

En los últimos tiempos el atún rojo se ha convertido en uno de los pescados más valorados por los consumidores. Las múltiples propiedades beneficiosas que aporta a la salud gracias a su alto contenido en proteínas, ácidos grasos omega3, minerales y vitaminas hacen del denominado Rey del Mar un alimento destacado de la dieta mediterránea y un producto óptimo para la alimentación de los niños y de personas que hacen deporte. Además, su valor culinario no ha parado de crecer desde los años 60 y cada vez son más los chefs que apuestan por reinventar su propuesta gastronómica en base a este manjar.

Sin embargo, este incremento de popularidad, tanto en España como en países asiáticos, está provocando una gran disminución de ejemplares en los mares de todo el mundo, llegando incluso a considerarse una especie en peligro de extinción.

La principal causa de esta situación es la pesca masiva. Según un estudio elaborado por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), las capturas que se produjeron en el año 2007 (61.000 toneladas) duplicaron lo permitido por la ley y cuadruplicaron la cantidad considerada ecológicamente sostenible.

Consciente de que pescar de forma responsable es la única forma de garantizar la continuidad del atún rojo, Grupo Balfegó se ha convertido en una de las empresas que más invierte en iniciativas enfocadas a garantizar la sostenibilidad de esta especie. “Somos la quinta generación de pescadores y también los primeros interesados en que el atún rojo siga para generaciones futuras”, señala Juan Serrano, CEO de Balfegó.

La compañía trabaja en base a un modelo centrado en la calidad, el equilibrio sostenible y la trazabilidad, y apuesta por la gastronomía como fórmula para acercar a los consumidores su producto pescado y gestionado de forma responsable. En este sentido, ha implantado un sistema de gestión digital pionero en el mundo que, además de ofrecer la máxima transparencia y garantía de seguridad alimentaria, lucha contra el fraude y el comercio ilegal de especies marinas, ya que permite identificar y acreditar individualmente cada uno de los ejemplares que captura. Entre otras cosas, esta medida certifica que el método de extracción empleado está libre de estrés y ha sido realizado utilizando la técnica del cerco, una práctica que permite la pesca dirigida monoespecie e, incluso, liberar aquellos individuos con una talla menor a los 30 kilos.

Esta iniciativa se suma a la filosofía ecosostenible de la compañía que cuenta con una de las flotas más eficientes de la Unión Europea, considerando su emisión de CO2 por cada kilogramo de pescado capturado, y ha implementado un programa de medidas para reducir las emisiones en toda su cadena de valor.

La compañía cuenta, además, con varias medidas para proteger el medio marino y la especie entre las que destaca un proyecto dirigido a empresas y chefs que pretende encontrar nuevas iniciativas en materia de sostenibilidad, reducción de residuos y el pleno aprovechamiento del atún rojo. A través de Tunateca, el centro de experimentación gastronómica del grupo, las partes más desconocidas del atún como la oreja, el corazón, los ojos, los tendones, la piel o la médula, entre otras, han dado lugar a innovadoras creaciones culinarias, como los cócteles a base de atún rojo.

Más allá, Grupo Balfegó ha puesto en marcha un proyecto de ecodiseño de envases para encontrar modelos más respetuosos con el medio ambiente, y está investigando el uso de ciertas partes del atún en el ámbito de la salud y también en el textil.