Desafíos y tendencias actuales en la gestión del agua
La importancia de la gestión del agua crece significativamente año tras año, donde la tecnología destaca como medio para reducir el consumo y el impacto medioambiental de su actividad. Actualmente, no basta con analizar la gestión del agua desde una perspectiva medioambiental. El agua es un bien esencial que garantiza la existencia de vida, pero también es un bien que influye directamente en la economía (desde 2020, cotiza en el mercado de futuros de Wall Street). Su análisis debe ser multidimensional (medioambiental, tecnológico, higiénico-sanitario, económico, político, social y como bien de consumo).
No solamente el cambio climático afecta desde grandes industrias a pequeños consumidores, sino que las recurrentes crisis ponen a prueba la adaptabilidad constante de los sectores económicos, dificultando el acceso, disponibilidad, calidad y comercialización de recursos. Frente a esta problemática y la preocupación que genera, las tendencias en innovación relacionadas con la mejora de la gestión del agua son las siguientes:
Regeneración y reutilización
El tratamiento del agua visto como depuración es un concepto importante, pero limitado, no ajustándose a la necesidad actual. En un contexto de escasez es determinante que las aguas residuales ya no sean vistas como desechos, sino como una fuente de agua de calidad y de recursos de valor. Por tanto, la regeneración y reutilización de las aguas depuradas y de proceso adquiere una relevancia significativa, siendo clave en nuestro futuro. El presente demanda el diseño e implementación de instalaciones capaces de obtener agua de gran calidad destinada para un uso posterior como la devolución al cauce para su mantenimiento ecológico, la reutilización agrícola o industrial y, quizás, ¿potabilización?
Para ello, la intervención de todos los actores implicados es fundamental. No solo la sociedad y las empresas, sino también la Administración Pública a través de permisos y planes de financiación que faciliten la reutilización para situar esta tecnología en un marco económico real donde la viabilidad económica de los proyectos se analice desde una gestión integral de recursos, con un enfoque estructural y amplio en el que se cuantifique económicamente la no actuación.
Valorización energética de residuos
Un enfoque más circular de la gestión del agua conlleva intrínsecamente la valorización de residuos, estableciéndose como herramienta clave dentro de una sociedad y una industria sostenible. Esto permite el aprovechamiento de muchos residuos en lugar de destinarse a vertedero, reduciéndose significativamente su volumen generado y su carácter contaminante y, consecuentemente, simplificando su gestión y reduciendo su impacto sobre el ecosistema receptor. En concreto, la valorización energética posee una gran proyección debido a la situación geopolítica actual, convirtiendo en energía para uso doméstico e industrial aquellas corrientes residuales que no pueden ser recicladas. Además, se obtiene una fuente de abastecimiento energético renovable y sostenible, donde su máximo exponente sería el biogás, biometano y biohidrógeno, y que puede actuar como motor para la reactivación socioeconómica.
La importancia del agua hipersalina
La gestión de salmueras y otras corrientes hipersalinas es una preocupación muy discutida técnicamente, ya que los sistemas de depuración convencionales no están diseñados para su tratamiento. La forma tradicional de tratar estas corrientes es la dilución con agua o su almacenamiento en balsas de evaporación, donde se generan emisiones gaseosas y olores por la fermentación de la materia orgánica, atrayendo insectos y poniendo en peligro acuíferos subterráneos por infiltraciones indeseadas. La búsqueda de soluciones modulares, versátiles y adaptables para tratar estas corrientes es un desafío que puede ser contestado por tecnologías de membrana como ósmosis directa, sistemas bioelectroquímicos o electrodiálisis.
Eficiencia energética
El consumo energético constituye una parte significativa de los costes de producción industrial, causando la mayor parte de su impacto medioambiental. La industria ya trabaja para reducir el consumo energético y generar negocio para tener un mayor margen de venta en estas nuevas condiciones. Esto no debe ser ajeno al agua. La optimización de recursos y la minimización del consumo energético debe impulsarse conjuntamente con la mejora de la competitividad de las empresas a partir de sistemas capaces de analizar, prevenir y proporcionar soluciones integradas y eficientes.
Estandarización de huellas medioambientales
El establecimiento de un control multiparamétrico que permita implementar indicadores de referencia de consumo y vertido es clave, así como su estandarización para identificar puntos clave de mejora, comparar rendimientos, cuantificar mejoras y evaluar el mantenimiento de los objetivos ambientales. El uso de huellas medioambientales debe conocerse, extenderse y estandarizarse en las empresas para desarrollar convenientemente un plan de eficiencia energética y evaluar fehacientemente el impacto de su actividad.
Optimización del flujo del agua mediante transformación digital
Resulta imprescindible ampliar el foco analítico y la adaptabilidad de los sistemas actuales de tratamiento mediante la implementación de tecnologías de digitalización y sensórica para controlar y monitorear el uso y calidad del agua en cada punto del sistema (optimizando los flujos) y también prevenir y detectar anomalías, fugas, problemas estructurales y nuevos focos de contaminación. Esta tarea de integración llevaría a un control robusto del proceso, permitiendo al sector privado y público ser un vehículo vivo capaz de ser más sostenible.
Desarrollar soluciones multidisciplinares
Estas tendencias inciden en la optimización de la operativa en ciclo integral del agua. Las potenciales sinergias entre las diversas áreas de conocimiento pueden resultar vitales para el avance de la innovación sostenible en el sector y, con ello, hacer realidad una sociedad e industria más sostenible.