Los chopos volverán a las riberas del Duero a partir del próximo invierno

La Confederación Hidrográfica ha modificado el borrador del Plan Hidrológico de Tercer Ciclo para retirar la prohibición de sembrar cultivos arbóreos en estas zonas dejando un espacio de cinco metros desde la vegetación de la orilla o el cauce de aguas bajas.

La Confederación Hidrográfica del Duero permitirá finalmente plantar chopos en la ribera de los ríos que formen parte de la cuenca a partir del próximo invierno. Esta decisión modifica la propuesta incluida en el borrador del Plan Hidrológico 2022-2027 que prohibía expresamente la siembra de cultivos arbóreos en dominio público hidráulico y, por tanto, da luz verde a la plantación de choperas siempre y cuando se salvaguarde un espacio de cinco metros desde la vegetación de ribera, si existiera, o desde el cauce de aguas bajas.

El cambio de normativa ha sido acogido con satisfacción por los integrantes del sector, uno de los más prolíferos no solo de España, sino también de Europa. Con una superficie total de 44.260 hectáreas, el 70% de todo el territorio nacional, la cuenca del Duero aglutina el 94% de las choperas que pueblan el país.

Concretamente Castilla y León (con León, Zamora y Palencia a la cabeza) está considerada la mayor región en superficie de choperas en toda la Unión Europea. La comunidad produce anualmente 400.000 m3 de madera de chopo, lo que supone el 50% del total a nivel nacional. Además, esta actividad es una importante fuente de desarrollo económico en la región, donde genera más de 10.000 empleos, un 30% de ellos en el medio rural.

De hecho, la prohibición de plantar chopos en la ribera de los ríos hubiera obligado a eliminar cerca de 15.000 parcelas -el 12% de la superficie de choperas en la Cuenca del Duero-, y hubiera provocado unas pérdidas anuales de 23 millones de euros, según datos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

Además de su función meramente productiva, las plantaciones de chopos aportan numerosos beneficios ambientales en las zonas donde se ubican. Cumplen una importante misión como captadores de CO2 (las choperas de Castilla y León absorben anualmente más de un millón de toneladas de dióxido de carbono), pero también actúan como filtros verdes protegiendo a las masas de agua frente a la eutrofización y desempeñan un importante papel frente a las inundaciones al laminar las avenidas y retener los materiales que son arrastrados durante estos episodios.

Posturas encontradas

La decisión de prohibir los cultivos arbóreos adoptada inicialmente por la Confederación Hidrográfica del Duero chocaba con el criterio del el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que en recientes publicaciones referidas a las buenas prácticas de usos en zonas inundables ha reconocido que se trata de un cultivo perfectamente adaptado a los episodios de inundación. “Las choperas cumplen una importante función de estabilización del terreno, reduciendo la erosión y disminuyendo la velocidad y fuerza de las crecidas. Además, favorecen la sedimentación de los limos y arenas transportados por la corriente, siendo en muchas ocasiones el único uso productivo factible en áreas sometidas a frecuentes inundaciones”, señala la Guía de adaptación al riesgo de inundación publicada por el Miteco en 2019.

En esta misma línea, los Planes Hidrológicos de las otras dos Confederaciones que albergan choperas en la comunidad, la del Ebro y la del Miño-Sil, permiten cultivar chopos en el dominio público hidráulico. La del Ebro, en concreto, fomenta su proliferación en estos espacios ya que, generalmente, las choperas no se ven afectadas por la mayor parte de los episodios de inundación. Esta circunstancia se ve reflejada en el marco del Programa Ebro Resilience para la mejora de la gestión del riesgo de inundaciones en la zona media del río Ebro, un tramo que sufre de avenidas extraordinarias con una frecuencia muy superior a la habitual. El programa define varias líneas de actuación, entre ellas la adaptación de cultivos, promoviendo aquellos más resistentes a las inundaciones y apostando por las plantaciones de chopos.

La medida tampoco era respaldada por la mayoría de los profesionales, propietarios y administraciones locales afectadas. De hecho, a finales de 2021 se creó +Chopo Sí, una plataforma integrada por las organizaciones Cose, Facycle y Aefcom, que representan a los propietarios de choperas y a los integrantes de la industria de transformación de la madera; poco después se sumaron a la iniciativa otros afectados (ayuntamientos, juntas vecinales, viveros o diputaciones) dispuestos a actuar para defender las bondades de la populicultura en la comunidad desde el punto de vista medioambiental, económico y social.

La intensa actividad llevada a cabo por la plataforma hizo que la protesta llegara hasta las Cortes de Castilla y León que pidieron al Gobierno que levantara la prohibición de plantar chopos en la cuenca. Finalmente, la Junta y la CHD acordaron incorporar dicha petición en la redacción del Plan Hidrológico del Tercer Ciclo, poniendo así punto y final a una disputa que desde hace años afecta a cerca de 40 localidades ribereñas de la demarcación.