Baleares será el primer destino en regular la sostenibilidad del turismo

El gobierno autonómico ha modificado la ley turística para potenciar la seguridad y el cuidado del medio ambiente. La normativa establece medidas respecto al agua, la energía o los residuos, bloquea el crecimiento de plazas turísticas durante cuatro años y exige planes de circularidad a las empresas.

Baleares ha iniciado el camino para liderar la transformación del modelo turístico y fijar las bases de los viajes postpandemia posicionándose como la primera comunidad en regular la sostenibilidad y la circularidad del sector.

El Parlament ha iniciado recientemente la tramitación del Proyecto de Ley de medidas urgentes para la sostenibilidad y la circularidad del turismo en Baleares, aprobado el 11 de febrero por el Consell de Govern con el objetivo de potenciar la seguridad y el cuidado del medio ambiente y trazar una ruta hacia la transición energética. La futura norma entiende la sostenibilidad desde una triple perspectiva: equidad social, eficiencia económica y conservación ambiental. “Queremos seguir a la vanguardia del turismo como el primer destino circular del mundo y un referente en cuanto al cuidado de los trabajadores, que son quienes nos hacen líderes”, afirmó Francina Armengol, presidenta del Govern, durante la presentación de la estrategia.

El Ejecutivo autonómico prevé destinar hasta 60 millones de euros en ayudas directas y 45 de ellos irán destinados a fomentar la estrategia de la circularidad. En este sentido, la normativa impone medidas de carácter medioambiental que afectarán a toda la cadena de valor turística. Así, por ejemplo, prevé sustituir las calderas de fuel-oil por alternativas más sostenibles, una medida que permitirá eliminar una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero del sector del alojamiento, alrededor de unas 57 toneladas de CO2 al año.

Baleares será el primer destino que exija planes de circularidad a las empresas. Los alojamientos hoteleros, apartamentos turísticos, agroturismos y hoteles rurales deberán diseñar una estrategia específica y cada año tendrán que realizar una evaluación de la gestión de los recursos y los residuos generados con una serie de indicadores objetivos que estimen el consumo de energía, agua, materiales y alimentos.

A partir de esta evaluación, las empresas elaborarán una Planificación cada cinco años en la que estipularán los objetivos de reducción, así como las inversiones, prácticas y protocolos necesarios para lograrlos. De manera paralela, la ley insta a la Conselleria de Modelo Económico, Turismo y Trabajo a elaborar un Plan Estratégico de Destino Circular, a modo de hoja de ruta que identifique la política general para avanzar en esta transición.

Hacia un modelo más equilibrado

En su tercer eje, la ley insiste en la protección del territorio y en presentar Baleares como un destino donde importan los turistas y los residentes.

Con esta premisa el Govern ha acordado bloquear el crecimiento de plazas turísticas en Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera durante cuatro años, tanto en alquiler vacacional como en cualquier otro tipo de alojamiento. Es decir, cuando una plaza se dé de baja se incorporará a la bolsa, pero no volverá a salir, garantizando así una reducción gradual de la oferta. Una vez pasado este plazo, los consells insulares evaluarán la necesidad de mantener la medida en función de la evolución respecto a los objetivos de la región en materia de emisiones y residuos.

Por otro lado, la norma también hace hincapié en la trazabilidad de los pescados y mariscos, prima el producto local y prohibe el uso de especies amenazadas.

En definitiva, la hoja de ruta que presenta la ley balear quiere impulsar el cambio de modelo desde la colaboración y la apuesta por un crecimiento inclusivo y sostenible que permita seguir mejorando el turismo, pero sin excesos y apostando por el patrimonio, la riqueza ambiental y la cultural.