Teruel consolida su liderazgo en el cultivo de trufa negra

Las obras de la primera fase del proyecto de regadíos en Sarrión finalizarán en marzo de 2023 y beneficiarán a 134 regantes y a más de 600 hectáreas

Aragón se ha convertido en el mayor productor y exportador de trufa negra del mundo. Con más de 10.000 hectáreas dedicadas al cultivo de este preciado hongo -una quinta parte del total a nivel global- en la región se recolectan 80 de las 150 toneladas que se recogen en todo el planeta. Teruel es la provincia más prolífera en cuanto a la producción de tuber melanosporum. Sus características condiciones climáticas, muy adecuadas para el desarrollo de este manjar, le han permitido dedicar casi 9.300 hectáreas al cultivo de trufa, una vasta superficie que abarca un total de 159 municipios, principalmente en el entorno de Sarrión y las sierras de la comarca Gúdar-Javalambre.

Con el objetivo de consolidar el liderazgo internacional de Teruel en el sector trufícola, mejorar su rentabilidad y asegurar una producción homogénea, el Gobierno de Aragón y la Comunidad de Regantes de Sarrión han desarrollado un proyecto para impulsar el regadío dedicado a su cultivo en la zona. Este plan afecta a 617 hectáreas de los municipios de Sarrión, Albentosa, Manzanera y La Puebla de Valverde, beneficia a134 regantes y contempla una inversión de 15,3 millones de euros (6,7 millones por parte del ejecutivo autonómico y 8,6 millones los aporta la comunidad de regantes).

La primera parte de las obras ya ha sido ejecutada al 73% y se espera que concluya en marzo del próximo año. Asimismo, el presidente aragonés, Javier Lambán, ha reafirmado recientemente el compromiso del gobierno regional con la ejecución de la segunda fase, que ya ha superado la declaración de impacto ambiental del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga).

La superficie a regar se destinará únicamente al cultivo de la trufa, la actividad agrícola más importante de la provincia con una producción anual de 100 toneladas y que supone un importante impulso económico y demográfico en la zona. De hecho, se calcula un impacto directo en la creación de al menos un centenar de puestos de trabajo una vez finalizada la siguiente fase del proyecto. Esta segunda etapa prevé transformar en regadío una superficie de 342 hectáreas que beneficiará a 112 propietarios, lo que supone incrementar un 54% la superficie a irrigar.

Tres pozos y dos balsas

El cultivo de la trufa está asociado a unas particularidades muy específicas y conlleva unas necesidades hídricas anuales de 900 metros cúbicos por año, con un periodo crítico de cultivo de 250 metros cúbicos y una duración de dicho periodo de entre 15 y 20 días. Por eso, el riego se realizará mediante micro aspersores, un sistema similar al agua que aporta el agua de lluvia y que es el que mejor se ajusta a las necesidades de las carrascas truferas. Desde los sondeos se bombeará el agua a las balsas y de ahí llegará a las parcelas por gravedad.

El agua para las fincas se obtiene de tres pozos, los dos primeros tienen un caudal de explotación de 80 y 90 litros por segundo respectivamente y se ubican al norte del municipio, en la zona comprendida entre el Llano del Pobo y Lomas de Babor. Estos acuíferos llenarán una balsa de 62.000 metros cúbicos de capacidad que se construirá en una extensión cercana a las dos hectáreas de terreno. El tercer pozo se localiza al sur del término municipal de Sarrión, en la zona de la Cruz-Ermita de San Cristóbal y abastecerá a una balsa que actualmente se encuentra en construcción y que tiene capacidad para 10.000 metros cúbicos.

Dada la gran diferencia de cotas entre las parcelas ha sido necesario diseñar seis sectores de riego que incluyen ocho bombeos agrupados en dos estaciones, un sistema que permite optimizar los gastos energéticos.

Además, se han conectado varios de los sectores entre sí para otorgarles más elasticidad y versatilidad, pero también para poder continuar el riego en caso de que surja alguna avería.

Así, la primera balsa dará soporte a los sectores uno, dos y tres, con una superficie total de 407 hectáreas. El sector uno se regará en parte por presión natural desde la balsa y los sectores dos y tres por bombeo directo. La segunda balsa, por su parte, proporcionará agua al sector cuatro -88,89 hectáreas-por presión natural y al cinco -23,92 hectáreas- mediante bombeo desde la balsa, mientras que el sector seis -98,10 hectáreas- se regará por rebombeo a través de un ramal terminal que abastece al sector cinco.

Ampliar para ahorrar costes

A lo largo de la obra ejecutada hasta el momento se han realizado diversas mejoras y modificaciones que han supuesto un ahorro de 200.000 euros en la inversión prevista al inicio.

La ejecución de la segunda fase también requerirá menor coste de la infraestructura por hectárea puesto que para hacer llegar el agua a la nueva superficie se aprovechará buena parte de las tuberías, balsas y zanjas ya construidas en la etapa actual, así como un menor coste de los gastos por hectárea en lo que se refiere al mantenimiento. Así, el coste por hectárea pasaría de los 24.800 euros a los 18.000, lo que supondría una rebaja del 27% en el precio final. El ahorro se lograría únicamente integrando ambos proyectos, sin que el Gobierno de Aragón aportara más dinero, puesto que gran parte de la red de tuberías sería común. La comunidad de regantes, por su parte, debería abonar poco más de 10.000 euros por hectárea frente a los 14.000 que tiene que afrontar ahora.