Más ciencia y más conciencia para acabar con la ‘basuraleza’

Es prácticamente imposible que alguien no haya tropezado con una colilla paseando por la playa o por el campo. Si nos detenemos un momento y miramos a nuestro alrededor en cualquier espacio natural es difícil no encontrar algún residuo abandonado: restos de envoltorios, mascarillas, papel de aluminio, toallitas... Si nos detenemos un momento y miramos a nuestro alrededor nos damos cuenta de que estamos rodeados de basuraleza.

Estamos ante una imagen que nos resulta tan cotidiana que apenas reparamos en ella, pero cuando lo hacemos, nos sorprende; y cuando nos detenemos aún más y conocemos las consecuencias que tiene para la naturaleza y para nosotros mismos, cuanto menos, nos hace o nos debería hacer, tomar conciencia.

El conocimiento es el primer paso para avanzar en la solución de cualquier problema, en el de la basuraleza también. Conocer las consecuencias de las acciones que llevamos a cabo en el día a día es el primer paso para poder decidir cómo queremos actuar, conocer es la única vía para ser libres en nuestras decisiones. Ya lo decía la naturalista Jane Goodall: “No se puede pasar un solo día sin tener un impacto en el mundo que nos rodea. Lo que hacemos marca la diferencia, y tenemos que decidir qué tipo de diferencia queremos hacer”

¿Nos hemos detenido a pensar cómo afectan nuestras acciones en la naturaleza? Desde el Proyecto Libera llevamos cinco años tratando de arrojar luz, de sensibilizar sobre el impacto ambiental que supone el abandono de residuos en la naturaleza. Desde SEO/BirdLife y Ecoembes hemos puesto en marcha un movimiento que nos permite como sociedad luchar contra la basuraleza.

Un movimiento al que se han unido en el último año más de 25.000 personas que han actuado en más de 2.000 puntos repartidos por toda España, tal y como se desprende de la memoria anual. Gracias a las campañas de ciencia ciudadana, en las que las personas voluntarias salen a recoger y caracterizar basuraleza, se han retirado más de 257.000 residuos que estaban abandonados en el medio natural. Un trabajo de identificación de residuos que se ha podido realizar gracias a la tecnología de aplicaciones como e-Litter, Marnoba y Basuraleza, la nueva app que presentó Libera en 2021 para aumentar el uso de las caracterizaciones de residuos.

Y se han caracterizado más de 135 toneladas de basura. Más de 135 toneladas que, más allá de ser un problema estético, suponen la contaminación del entorno natural, un daño a los ecosistemas y la biodiversidad. Por citar un par de ejemplos: una mascarilla puede tardar en degradarse hasta 400 años y el abandono incontrolado de este tipo de residuos, además de traer consigo graves consecuencias para los entornos naturales, supone un grave problema para la fauna que las puedan llegar a ingerir o quedarse atrapados en ellas. Otro ejemplo: unos 4,5 billones de colillas se abandonan cada año en entornos naturales de todo el mundo y una sola de ellas puede llegar a contaminar hasta diez litros de agua, e incluso 50 litros si se trata de agua dulce. Además, estos residuos, pueden llegar a los ríos y mares, muchas veces degradándose y convirtiéndose en microplásticos, que afectan a la biodiversidad.

No es un asunto menor. Tenemos que conocer para actuar, para solucionar, para tomar conciencia del modelo de producción y consumo que tenemos. De cuántos, dónde y cómo acaban los residuos que generamos. Todavía nos queda mucho por saber y por hacer. Y la ciencia en esto, es clave. Porque más conocimiento implica más sensibilización, mayor prevención y por lo tanto mayores posibilidades de éxito. Por ello, liderado por SEO/BirdLife, en colaboración con el CSIC, hemos llevado a cabo un proyecto que ha analizado el impacto de la basuraleza en 140 IBA (Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y de la Biodiversidad) y, desgraciadamente, la realidad que nos ha demostrado el estudio de 49.000 datos es demoledora: la mayor parte de los espacios naturales están afectados por contaminación difusa. Este trabajo, el primer gran análisis de contaminación difusa en el medio natural asociada a la actividad humana, marca un antes y un después en el conocimiento de la basuraleza. Y nos señala un camino: necesitamos más ciencia y más conciencia para acabar con este problema.

Pero no podemos solos. Tenemos la firme convicción de que este reto solo es posible a través de la colaboración. Porque hay algo que no podemos obviar: la sensibilización colectiva no es más que la suma de pequeñas conciencias individuales encaminadas al mismo lugar. Por ello, desde Libera queremos no solamente ser una llamada de atención a la sociedad en su conjunto, sino una llamada a la acción de cada persona. Por este motivo, hemos tratado de implicar a la sociedad en su conjunto y convertirnos en un movimiento referente en la lucha contra la basuraleza. Contamos con el trabajo de alianzas científicas, académicas y de investigación, en estrecha colaboración con asociaciones, ONG y universidades. Más de 1.900 entidades públicas y privadas que luchan día a día contra la basuraleza. Porque de nada sirve poner el foco en el problema si no se busca una solución y, por supuesto, si no se fomenta la educación que evite que vuelva a suceder.

Formar, sensibilizar y educar, son pilares clave para impulsar un cambio de comportamiento. En este sentido, el año pasado difundimos 19 campañas de concienciación para evitar el abandono de residuos en espacios como cunetas, las ramblas, los torrentes y barrancos, identificados como grandes puntos negros de concentración de residuos. Además, trabajamos con 267 espacios naturales protegidos, aportando señalética y materiales de prevención, así como formación e información a los técnicos y profesionales que trabajan en ellos para favorecer la conservación de estos espacios y ayudar a sensibilizar a todas las personas que los visiten sobre las consecuencias de la basuraleza.

El mensaje es claro: necesitamos cuidar la naturaleza. Necesitamos pasar a la acción, fomentar la concienciación y la participación porque todos somos parte del problema y también de la solución.