La Agenda 2030, en manos de las pymes

Decir que es necesario que las empresas actúen contra el cambio climático es tan repetitivo que casi suena antiguo, pero nunca como ahora ha sido tan necesario que esta acción sea efectiva. El tiempo para tomar acción frente al cambio climático se está agotando y no debemos caer en el riesgo de pensar que porque se lleve años hablando del tema no es urgente.

Aun así, no sería justo decir que no se están tomando acciones por parte de empresas y gobiernos a nivel internacional. Cada día más organizaciones se replantean sus procesos de producción en aras de conseguir reducir sus emisiones a la mitad, tal como marcan los objetivos establecidos por las Naciones Unidas en el marco de la Agenda 2030.

No obstante, a ocho años de la fecha fijada como límite, en materia de emisiones todavía no se ha puesto el foco en uno de los actores sobre los que realmente recae el potencial de conseguir estos objetivos: las pymes. Las pequeñas y medianas empresas representan el 90% del tejido empresarial mundial, el 95% en España, y dan trabajo a más de dos mil millones de personas, pero son las más desprovistas de recursos económicos, herramientas, formación y tiempo para participar en la lucha de esta crisis que nos afecta a todos.

La huella de carbono de una pyme es relativamente pequeña en comparación con las grandes empresas. No obstante, dado el gran peso que este tipo de empresas tienen en el tejido empresarial mundial, todas ellas en conjunto representan un gran impacto en el planeta y en las comunidades en las que operan. Tras años en los que las grandes empresas y los gobiernos han estado en el centro del debate climático, la necesidad de incluir estrategias climáticas en el seno de las pymes se vuelve cada vez más patente. Es primordial analizar qué es aquello que está impidiendo a algunas pymes reducir sus emisiones para replantear, en consecuencia, una nueva estrategia climática mundial para que se movilicen junto a las grandes empresas.

Según una encuesta realizada por PYMES Climate Hub, dos tercios de los propietarios de pequeñas empresas están preocupados por no tener las habilidades y conocimientos adecuados para hacer frente a la crisis climática. La mayoría destacan la falta de habilidades y conocimientos (63%), la financiación (48%) y el tiempo (40%) como los principales motivos para retrasar su lucha contra el cambio climático.

Además, los efectos devastadores de la pandemia, entre otros, han dejado a muchas empresas con una financiación disponible muy limitada. En concreto, cerca del 70% de las pymes necesita acceder a fondos externos para reducir sus emisiones y sólo a un tercio se les ha ofrecido un incentivo de este tipo.

La ayuda a estas empresas para que puedan acometer acciones frente al cambio climático no sólo es relevante de cara al medio ambiente. Entre un 40% y un 60% de pymes se ven obligadas a cerrar sus negocios tras un desastre o catástrofe relacionada con el clima, por lo que nunca había sido tan importante crear empresas resilientes y resistentes.

Llegados a este punto, se pone de relieve el rol clave que las grandes empresas juegan para garantizar que las pymes lideren la transición a un futuro más sostenible, sin olvidar sus propios esfuerzos. A fin de cuentas, la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero de las grandes empresas proceden de sus cadenas de suministro, formadas por pymes en la mayoría de los casos.

En la colaboración entre grandes y pequeñas entidades está la clave. En definitiva, invertir en estrategias climáticas para las pymes reporta beneficios para todos los actores implicados. Sin ir más lejos, al incentivar a las pymes a medir y reducir sus emisiones, las grandes empresas incurren en cadenas de suministro más resistentes y en una menor huella de carbono indirecta.

Lo que ahora son recomendaciones es muy probable que se conviertan en normativas si se quieren conseguir los objetivos de la Agenda 2030. Cuanto antes se tome conciencia de esta necesidad desde el entorno pyme y se trabaje en ello, mejor preparadas estarán para cuando esto sea una realidad.

Es verdad que ya hay pymes en España que están desmarcándose en términos de sostenibilidad, tomando la iniciativa y actuando de forma efectiva para reducir su impacto medioambiental. Incluso hay algunas que están liderando en la lucha contra el cambio climático y obteniendo ventajas competitivas. Es necesario que más empresas sigan este ejemplo y entiendan que apostar por la sostenibilidad es aportar valor al negocio.

Si bien es cierto que muchas pymes carecen de los recursos o conocimientos necesarios para afrontar estos cambios, existen diversas iniciativas promovidas por entidades internacionales como el Race to Zero de Naciones Unidas, con proyectos enfocados a las pymes como el PYMES Climate Hub, que ofrece calculadoras de huella de carbono y otros recursos gratuitos para acometer este reto. Este tipo de medidas les ayudarán a prosperar y a conseguir un gran reto: reducir a la mitad las emisiones de CO2 para 2030 y cero emisiones netas antes de 2050.

El último informe de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Clima lo dice muy claro: la ventana se está cerrando y frenar el cambio climático requiere un esfuerzo entre todos.

Las pymes tienen un papel muy importante que desempeñar. Aunemos esfuerzos ya sea a través de ayudas de grandes empresas o gobiernos, o favoreciendo a esas empresas demandando sus productos y servicios como ciudadanos. La lucha contra la emergencia climática nos afecta a todos.