Bruselas impondrá un veto masivo a los químicos más contaminantes

La Comisión Europea ha anunciado su intención de prohibir antes de 2030 miles de sustancias tóxicas contra las que los grupos ambientalistas y de salud han luchado durante décadas. La medida se convertiría en la mayor eliminación reglamentaria de productos químicos autorizados jamás realizada.

A principios de 2022 los científicos alertaban de que la contaminación química había superado el “límite planetario” seguro para la humanidad, una afirmación que suma un nuevo motivo de preocupación a la agónica situación medioambiental que en los últimos años se manifiesta cada vez con más contundencia en todo el planeta y que, según los expertos, podría terminar colapsando los ecosistemas de todo el mundo.

Tal y como revela el estudio The Lancet Commission on Pollution and Health, publicado recientemente por The Lancet Planetary Health, los productos químicos tóxicos son responsables de 1,8 millones de muertes al año, incluidas 900.000 muertes por contaminación con plomo, un metal que sigue formando parte de nuestra vida cotidiana al estar presente en tuberías de agua, pintura e, incluso, algunos alimentos. No obstante, el documento señala que la letalidad de estos contaminantes podría ser muchísimo mayor, ya que sólo una ínfima parte de los 350.000 químicos sintéticos que existen han sido probados adecuadamente para determinar su seguridad. De hecho, un informe ambiental de la ONU publicado el pasado mes de marzo destaca que la contaminación química está causando más muertes que el Covid-19.

La certeza cada vez más evidente del peligro que la contaminación supone para la salud y la senda marcada por el Pacto Verde europeo ha llevado a Bruselas a anunciar su decisión de prohibir próximamente miles de los productos químicos más peligrosos.

La hoja de ruta se ha diseñado como un primer paso para prohibir las sustancias tóxicas relacionadas con enfermedades como el cáncer, la alteración hormonal, los trastornos reproductivos, la obesidad o la diabetes pero, si se acaba implantando, podría convertirse en la “prohibición más grande de productos químicos tóxicos del mundo”, según ha avanzado la Oficina Ambiental Europea (EEB). Tanto es así que hasta los activistas ambientales han calificado la acción como “la más estricta hasta el momento”. El proceso de prohibición de los productos incluidos en la lista comenzará dentro de dos años y la EEB calcula que para 2030 todas estas sustancias habrán desaparecido.

El plan, denominado Restrictions Roadmap under the Chemicals Strategy for Sustainability, forma parte de la estrategia química de la UE para un medio ambiente libre de tóxicos e incluye los productos químicos contra los que los grupos ambientalistas, de consumidores y de salud han luchado durante décadas.

En esta línea, planea prohibir todos los retardantes de llama, químicos que frecuentemente están relacionados con el cáncer, así como los bisfenoles, ampliamente utilizados en plásticos, pero que alteran las hormonas humanas. También vetará todas las formas de PVC, el plástico menos reciclable que contiene grandes cantidades de aditivos tóxicos, y restringirá todos los PFAS, unos compuestos conocidos “productos químicos para siempre” por el tiempo que tardan en degradarse, además de otros 2.000 químicos dañinos que se encuentran en pañales para bebés, chupetes y productos para el cuidado de los niños.

“Esta gran desintoxicación promete mejorar la seguridad de casi todos los productos fabricados y reducir rápidamente la intensidad química de nuestras escuelas, hogares y lugares de trabajo. Ya es hora de que la UE convierta las palabras en acciones reales y urgentes”, ha señalado Tatiana Santos, gerente de la política de químicos de la EEB.

La industria química europea se ha convertido en el cuarto sector de actividad más importante del viejo continente. El volumen de venta de estos productos se duplicó entre 2000 y 2017 y se espera que se dupliquen de nuevo para 2030.

Sin embargo, las tres cuartas partes de los productos químicos producidos en Europa se consideran peligrosos. La principal asociación sectorial a nivel comunitario, el Consejo Europeo de la Industria Química (Cefic), reconoció hace unos meses que existen hasta 12.000 químicos, presentes en el 74% de los productos de consumo o profesionales, con propiedades preocupantes para la salud o el medio ambiente.

El sector advierte de que las nuevas prohibiciones recortarían más de una cuarta parte de la facturación anual -unos 500.000 millones de euros, según Cefic- y reclama la modificación de un enfoque que consideran demasiado general y que podría afectar a productos de venta al público como cremas y perfumes, pinturas, productos de limpieza, adhesivos, lubricantes y pesticidas.