Andrés Barceló, director general de la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid): “Las trabas administrativas hacen que el vertedero sea, en muchos casos, la opción más favorable”
La industria siderúrgica en España presume de haber registrado las mejores cifras de reciclaje de los últimos cinco años. Habiendo fabricado más de 14,2 millones de toneladas de acero, recuperó 11,1 de chatarra, y así es como justifica Unesid, la asociación de empresas siderúrgicas, que el suyo es el sector que más recicla
Además de presentar la ratio de reciclaje más alta de toda la industria, la siderurgia aprovecha casi el 80% de los residuos y subproductos que genera en sus procesos, subiendo hasta el 90% en la recirculación de agua. Base de la cadena de valor metal-mecánica, los automóviles, todo tipo de maquinaria y las infraestructuras, el acero supone también la materia prima del sector industrial que más recicla, aunque continúa alumbrando soluciones para alcanzar el desperdicio cero. Unesid, la asociación empresarial española de las empresas siderúrgicas, aglutina 46 compañías y, Andrés Barceló, su director general, repasa los retos y programas sobre los que pivota su actividad.
La industria siderúrgica española recicló el año pasado casi un 22% más que en el ejercicio precedente, alcanzando los 11,1 millones de toneladas de chatarra convertidas en nuevos aceros, la cifra más alta obtenida en el último lustro. ¿Cómo se ha conseguido este incremento?
El porcentaje de reciclaje de la industria siderúrgica española es muy alto; lograr incrementar ese nivel un 22% en el pasado ejercicio supone un auténtico logro que conlleva un gran esfuerzo.
El sector siderúrgico lleva muchos años trabajando en recircularizar sus operaciones, incluso más allá de aquellas sobre las que tenemos un control directo. Esta notable mejora es el resultado de un sin fin de evaluaciones, ambiciosos objetivos de economía circular y el esfuerzo de todas y cada una de las personas que conforman la industria siderúrgica española.
Desde Unesid aseguran que la siderurgia es el paradigma de la economía circular. ¿Podría describir algún ejemplo?
Nuestros procesos productivos absorben cantidades ingentes de residuos y materias secundarias que se convierten en acero. Además, generamos diversos tipos de materias secundarias que reintroducimos tanto en nuestros propios procesos de producción como en procesos de otras industrias, generando así sinergias sólidas y estables. Pero además, producimos un material, el acero, reciclable infinitas veces. El acero es el material más reciclado del mundo.
En materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el sector prácticamente ha llegado al límite de lo posible con las actuales tecnologías. ¿En qué medida se han reducido las emisiones en los últimos años?
La producción de acero conlleva grandes consumos energéticos. La energía, junto a las materias primas y los recursos humanos, son nuestros mayores costes de producción. El sector ha optimizado al máximo posible las medidas de eficiencia energética, prevención y mitigación de emisiones y hoy podemos afirmar que somos una industria eficiente energéticamente.
¿Se están desarrollando nuevas tecnologías para seguir avanzando en este ámbito?
Como el resto de sectores industriales, especialmente los electrointensivos, el siderúrgico está trabajando en planes de descarbonización que contribuyan a alcanzar el objetivo marcado por el Acuerdo de París y el Pacto Verde Europeo. Estos planes de transición requieren, en algunos casos, cambios radicales en el proceso productivo, con tecnologías que, a día de hoy, no están todavía maduras y, en todo caso, requieren disponer de energía renovable en cantidad suficiente y a precios que permitan mantener la competitividad de la industria.
También el consumo de agua ha bajado drásticamente. ¿Cuánto ha disminuido la utilización de este recurso y qué medidas se han implantado para lograrlo?
Además de ser un sector electrointensivo, la industria siderúrgica también se caracteriza por el elevado consumo de agua para la refrigeración del proceso productivo.
Si me permiten la simplificación, nuestra industria debe calentar y enfriar materiales, dándoles las características y las formas requeridas en cada momento, y el agua juega un papel fundamental en estos procesos de enfriamiento y transformación.
Llevamos muchos años trabajando con sistemas cerrados, en los que el agua que entra en las plantas es recirculada y reaprovechada, dando lugar a unas tasas de consumo significativamente menores que las que alcanzaríamos trabajando con sistemas abiertos.
Casi el 100% de los residuos y subproductos del proceso se valorizan. ¿Qué vías se utilizan para conseguirlo? ¿Qué tipo de nuevos materiales se generan?
Como ya se ha mencionado, existen diferentes destinos y procesos de valorización de los residuos, tanto internos en nuestras propias instalaciones como externos en otros procesos industriales. Las escorias, nuestra principal materia secundaria, se valorizan en obras de pavimentación, aprovechándolas como áridos siderúrgicos; la cascarilla se reintroduce en procesos siderúrgicos o se utiliza como pesos en la producción de pinturas o de vidrio; los ladrillos refractarios son realimentados a nuestros hornos para aportar los elementos químicos que necesitan nuestros procesos, etc. Existen un sinfín de opciones de aprovechamiento para todas estas materias secundarias.
¿Tienen algún plan desde la Asociación que se vincule a los fondos europeos?
La asociación, como tal, colabora con las empresas asociadas, a requerimiento de ellas, pero cada empresa tiene su propia estrategia de descarbonización y Unesid no está, por el momento, vinculada directamente a ningún proyecto del plan de recuperación.
Las empresas que conforman Unesid se comprometieron en 2019 a transformar sus operaciones para convertirse en un sector neutro climáticamente de cara a 2050. ¿En qué soluciones está trabajando para alcanzar este objetivo?
En un primer estadio se identificaron los procesos y las formas de operar con mayor impacto en lo que se refiere a emisiones de gases de efecto invernadero y, a partir de esta identificación, el trabajo se ha centrado en dos áreas claves: la valoración de vectores energéticos alternativos y la identificación de desarrollos tecnológicos.
Aspectos como el hidrógeno, el uso de pre-reducidos a partir de combustibles de origen no fósil, uso de energía renovable y medidas de optimización del consumo energético son temas en los que trabajamos intensamente.
Todas las instalaciones de empresas adheridas a Unesid están realizando estudios pormenorizados de cómo estas nuevas tecnologías pueden suponer un cambio en el paradigma energético de las operaciones.
Cabe señalar que la transición energética no será efectiva con la aplicación de una sola tecnología; será esencial combinar varias para paliar las deficiencias que hoy todavía mantienen algunas de ellas.
El sector siderúrgico está inmerso en un plan destinado a promover el empleo de árido siderúrgico en mezclas bituminosas en la obra pública. ¿En qué consiste este proyecto?
Estamos en un momento de gran relevancia en lo que al uso del árido siderúrgico se refiere.
Después de muchos años de espera, está a punto de aprobarse el expediente que permitirá que se deje de considerar el árido siderúrgico que generamos como residuo y pase a tutelarse bajo la figura de fin de condición de residuo. Esto será posible, entre otros aspectos, gracias a la salida que tiene este material en el mercado.
La aprobación del expediente, además de facilitar la operación, tanto a nuestras plantas como a los usuarios finales de este material, supondrá una mayor permeabilidad y acogida en mercados de materias secundarias.
¿Qué papel desempeñará la industria siderúrgica en la denominada economía del hidrógeno?
El futuro del hidrógeno y el de la siderurgia van de la mano. Visualizamos una economía con una relación bidireccional que se basa en la necesidad de vectores energéticos limpios, como el hidrógeno verde, para el futuro del sector siderúrgico. Y en la necesidad que la obtención, transporte, almacenamiento y uso del hidrógeno tiene de materiales versátiles y resistentes como el acero.
Se están realizando infinidad de pruebas, tanto a escala micro como industrial, de las características de los materiales que permitan el desarrollo de la economía del hidrógeno.
El acero está muy bien posicionado gracias a sus características intrínsecas, a su comportamiento en contacto con este tipo de gases y bajo las grandísimas presiones de operación requeridas.
¿El elevado precio de los costes energéticos está incentivando las inversiones en cuanto a generación de electricidad renovable, hidrógeno y nuevas redes de distribución?
El elevado precio de la energía está ahogando la industria electrointensiva. En un escenario de precios tan elevados, bajo condiciones que generan semejante incertidumbre, el mantenimiento de la operación abarca el grueso de los esfuerzos de una organización, dejando de lado cualquier atisbo de inversión. Esto no está exclusivamente relacionado con el coste que la energía supone en la cuenta de resultados, sino con la incertidumbre que este tipo de situaciones generan y que frustra cualquier planificación de medio o largo plazo.
¿Qué valoración hace el sector de la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados?
La nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, aprobada el pasado mes de abril, supone un avance en cuanto a consideración de conceptos clave, tales como durabilidad, reutilizabilidad, reparabilidad, materiales fácilmente reciclables... para una promoción real de la economía circular.
La nueva Ley de Residuos también incluye esquemas de penalización asociados a ciertos destinos de los residuos, como es su depósito en vertedero.
Entendemos que se trata de una medida que busca, de forma ambiciosa, corregir ciertas prácticas obsoletas y poco eficientes de “no tratamiento” de los residuos, pero a día de hoy existen muchas trabas administrativas que suponen que el depósito en vertedero es la opción más favorable para ciertos tipos de residuos. Estamos de acuerdo con subir un punto la exigencia, pero debemos promover usos o destinos alternativos si queremos que la penalización de depósito en vertedero sea una realidad.
¿Cómo está la industria siderúrgica española comparada con otros países en cuanto a reciclaje de acero?
A finales de los años 70 del pasado siglo, la industria siderúrgica española abordó una compleja reconversión que transformó el proceso de producción de acero.
Hoy, aunque aún una parte significativa del acero producido en España proviene de alto horno, la mayoría de nuestras instalaciones basan su proceso productivo en la fusión de chatarra, nuestra principal materia prima, en hornos eléctricos. Se trata de una casuística única a nivel europeo y no hay ningún otro país que esté al nivel de España en lo que a fabricación de acero en base a un proceso de reciclaje se refiere.