La CHG toma medidas para reducir la erosión del Guadalquivir

El organismo de cuenca y el Puerto de Sevilla promueven un proyecto piloto que prevé minimizar el aporte de sedimentos al río, prevenir la erosión a lo largo de toda la cuenca y mitigar la turbidez de las aguas implantando medidas más sostenibles en los suelos destinados a usos agrícolas.

Los sedimentos que llegan a los embalses suponen un grave problema para no pocas cuencas de ríos, y se representan de forma cada vez más evidente en los andaluces, con especial incidencia en el Guadalquivir. Una fuerte erosión, propiciada por los diferentes usos del suelo que dejan los terrenos al descubierto y las fuertes lluvias registradas durante los últimos años, han propiciado las condiciones que dan lugar a procesos anómalos de movilización sedimentaria.

Esta problemática presenta una afección directa en la correcta gestión de los embalses que se ubican en las tierras altas y medias por las que discurre el río más importante de Andalucía, y pone también en jaque el propio estuario del Guadalquivir, que se ha convertido en uno de los más turbios del mundo, amenazando el equilibrio cada vez más frágil de su ecosistema.

Con el fin de hacer frente a este problema, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), la Autoridad Portuaria de Sevilla (APS) y el Instituto de Investigación y Formación Agraria, Pesquera y Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa) se han coordinado para promover un proyecto piloto que ayude a reducir la generación de sedimentos y prevenir la erosión a lo largo de toda la cuenca del rio.

El objetivo de esta iniciativa es minimizar el aporte de sedimentos al cauce, especialmente en la zona del estuario y a lo largo del canal de navegación, para facilitar el acceso marítimo hasta Sevilla y mitigar la turbidez de las aguas fluviales.

El proyecto contempla diferentes medidas que contribuyan a realizar una gestión más sostenible del suelo destinado a usos agrícolas. Entre ellas, está previsto implantar microcuencas experimentales en las que se aplicarán diferentes estrategias que, según ha quedado demostrado, mejoran la gestión del terreno agrícola como, por ejemplo, el empleo de barreras de vegetación, el uso de cubiertas vegetales o el control de cárcavas.

Los pequeños espacios experimentales se ubicarán en zonas especialmente problemáticas de las comarcas de las Subbéticas y Montoro (Córdoba), de Sierra Mágina y Cazorla, y El Condado (Jaén) y en las campiñas de Sevilla, Córdoba y Jaén.

Según señalan los expertos, todas estas actuaciones ayudarán a reducir a turbidez, mejorarán la calidad ambiental de las aguas y disminuirán la sedimentación que entra en los embalses, permitiendo que aumente el almacenamiento y se limite la entrada de material sedimentario en el estuario.

También tendrán efectos positivos en la agricultura, ya que permitirán reducir las pérdidas del suelo más fértil e incrementarán la cantidad de agua disponible para los cultivos al contener la escorrentía superficial.

Asimismo, el piloto desarrollará herramientas de simulación para evaluar el comportamiento de las diferentes comarcas de la cuenca a medio y largo plazo según la generación de sedimentos en un contexto de cambio climático.

Estudios comparativos

El proyecto cuenta con el asesoramiento de la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla, aunque también participan las universidades de Cádiz, Huelva, y Málaga (además de la de Sevilla), así como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). De hecho, los últimos informes presentados por el grupo de investigación de Geociencias Aplicadas e Ingeniería Ambiental (GAIA) han supuesto un importante punto de partida al concluir que “la elevada turbidez del sistema se debe a las altas tasas de erosión de los suelos margosos de la cuenca fluvial”, es decir, de aquellos suelos formados por arcilla y limo.

La iniciativa tendrá una duración de seis años, los tres primeros para recoger información sobre las condiciones actuales con suelos desprovistos de protección, y los tres últimos para replicar la metodología y generar datos derivados de suelos protegidos con cubiertas vegetales.