Proyecto para la Digitalización de los Usos del Agua

El pasado 12 de enero, apenas unos días después de la fiesta de la epifanía o de los Reyes Magos, y con las connotaciones que se derivan de la tradición, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, hacía pública una declaración muy esperada por el sector del agua. En el foro de una reunión de inversores (Spain Investors Day) anunció un extraordinario proyecto, incurso en el Plan de Recuperación, Transición y Resiliencia (PRTR) sobre el agua.

Por fin, y después de muchas propuestas de nuestro sector y el reporte de nuestros diagnósticos sobre los servicios de agua urbana, así como de una perseverante proactividad para estar adecuadamente representados en el PRTR, nos encontrábamos con una decisión que parece bien estructurada y apoyada en un eje transformador, que anticipa un futuro lleno de expectativas.

En efecto, y según conocemos por información directa del Ministerio, se trata del Proyecto para la Digitalización de los Usos del Agua, estructurado para movilizar 2.855 millones de euros, dotado con una financiación pública de 1.783 millones, proveniente de los fondos europeos, que cofinanciarán entre el 50% y el 75%. Es una extraordinaria noticia. Además, el Ministerio ha establecido unas líneas generales de actuación muy completas y diseminadas en el territorio, teniendo en consideración las necesidades de la propia administración pública del agua (organismos de cuenca), el ámbito de los servicios urbanos y el regadío. Hay que hacer especial énfasis en el epígrafe destinado a los municipios menores de 20.000 habitantes que pone el acento en la problemática del denominado reto demográfico y reservan partidas para hacer avanzar los servicios con menor calidad o atención.

El núcleo del proyecto deriva de una propuesta, muy justificada, de algunas de las mayores entidades operadoras de los servicios de agua urbana de nuestro país que promovieron unas interesantes y eficientes actuaciones en telelectura de contadores individuales o domiciliarios. En España, se han desplegado hasta el momento un 26% de contadores digitales y la telelectura ha penetrado en una media del 16,4% sobre un parque de contadores de 21,7 millones de unidades.

Pero el Ministerio ha sabido complementar esta idea con una ambiciosa visión sobre otras actuaciones muy incardinadas con el concepto de digitalización, hasta conseguir un ambicioso proyecto nacional. Esto supone un doble reto de gran trascendencia para nuestro sector y para la administración pública del agua, que está constituida por variados actores y en donde confluyen muchos niveles de la administración estatal, autonómica o local. Ello requerirá un refuerzo de las acciones de coordinación administrativa y de colaboración política e institucional. Un esfuerzo de cooperación y confianza entre actores.

Como conocedor del sector profesional, sé que éste está preparado, tecnificado y tiene voluntad de mejora y de cambio, pero es muy heterogéneo y con algunas carencias de integración temática (entre las actividades de captación, distribución domiciliaria, alcantarillado o drenaje urbano, por ejemplo). También, que el reto de la colaboración público-privada y público-pública va a ser muy relevante.

Entendemos que, por ejemplo, en el ámbito urbano habrá que considerar para su elegibilidad formal y final, además de la telelectura, otras actuaciones tales como el telecontrol y telemando de sistemas de abastecimiento o saneamiento o de infraestructuras independientes; sectorización y el diagnostico mediante sensorización digital y análisis numérico de las redes de abastecimiento; vigilancia y control automático de la calidad del suministro; gemelos digitales de las redes y sistemas de abastecimiento y saneamiento; plataformas GIS o integradas territorialmente para mejorar la operación y la gestión de activos públicos; o las plataformas de conexión e interrelación con el usuario para mejorar y facilitar la transparencia, así como las acciones de ciberseguridad asociadas. Hay que pensar que la ciberseguridad es un elemento clave para que los sistemas automáticos y conectados sean seguros y resilientes, y que sin una concepción clara de tal circunstancia en los sistemas digitales desde su inicio se construirá sin los cimientos adecuados.

No cabe duda de que el Proyecto atiende a todos los retos y ejes del PRTR europeo y que está alineado con los objetivos del ODS 6, con los Planes Hidrológicos de Cuenca, la Agenda España Digital 2025 y la Agenda 2030 o con el PNA al Cambio Climático. Asimismo, su desarrollo apunta a unos beneficios bien definidos en el propio Proyecto:

- Todos los abastecimientos de más de 20.000 habitantes tendrán sistemas digitales de gestión del agua. Los abastecimientos de pequeñas poblaciones también serán reforzados en digitalización para mejorar su gestión.

- Los organismos de cuenca tendrán información veraz y continua sobre las captaciones de agua, los vertidos de aguas residuales y la gestión de los sistemas de saneamiento en episodios de lluvia.

- Para los ciudadanos la gestión digital les permitirá ser más eficientes en los usos del agua o recibir información sobre pérdidas internas o usos inapropiados.

- Además, se contribuirá a descarbonizar la gestión y toda la ciudadanía dispondrá de información fácilmente accesible con mayor transparencia.

- Todo lo anterior se puede trasladar al regadío.

- Se potenciará y fomentará el prestigio de la importante estructura empresarial de la gestión del agua en España que, además de generar un empleo tecnológico y digital cualificado en nuestro país, permitirá a las empresas españolas ser punteras en la gestión digital del agua en el mundo.

Celebramos la iniciativa de este Proyecto. No solo es la hora de actuar; hay que hacerlo con inteligencia, cooperación y coordinación para cumplir el reto.