N-AmaticSystems convierte los purines en agua apta para el riego

El innovador proceso para el tratamiento de efluentes agroganaderos desarrollado por la compañía contribuye a mitigar el impacto medioambiental de las macrogranjas al transformar el purín de cerdo y vaca en un agua que puede reutilizarse para regar cualquier tipo de cultivo.

España es uno de los países líderes a nivel mundial en producción y exportación de productos cárnicos, especialmente los procedentes del cerdo.

El sector porcino tiene una importancia clave para la economía nacional ya que supone en torno al 14% de la Producción Final Agraria y, desde el punto de vista internacional, nuestro país se ha convertido en la cuarta potencia productora y el segundo mayor exportador de carne de porcino, solo por detrás de Estados Unidos.

Pero los 28,4 millones de cerdos que se contabilizan en España producen millones de metros cúbicos de purines al año que el suelo es incapaz de absorber y acaban transformándose en nitratos y nitritos que son arrastrados por la lluvia hacia los acuíferos subterráneos, haciendo que en muchos casos se supere el nivel máximo permitido de nitratos en agua, que la OMS fija en 50 mg por litro.

En un escenario como este se hace más urgente que nunca solucionar este problema medioambiental que se ha agravado mucho en los últimos años y en torno al cual se ha generado recientemente un intenso debate debido a las declaraciones del ministro de Consumo Alberto Garzón en una entrevista publicada en el diario británico The Guardian afirmando que las macrogranjas “contaminan el suelo, contaminan el agua y exportan carne de baja calidad de animales maltratados”.

Con el objetivo de impulsar un crecimiento más sostenible del sector y reducir el impacto medioambiental que generan los purines, las compañías N-AmaticSystems y Descontaminación y Medio Ambiente (Deyma) han desarrollado una tecnología especializada en el tratamiento de efluentes agroganaderos que transforma los purines de cerdo y vaca en subproductos valorizables en el mercado.

Freno a los gases de efecto invernadero

Sus técnicas de gestión de los purines no solo eliminan la contaminación por nitratos de tierras y de ríos, aguas marinas, superficiales o subterráneas, sino que también frenan la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) como el metano, el óxido nitroso y el dióxido de carbono, reducen los olores y los elevados consumos de agua de las ganaderías industriales, promueven la optimización de recursos, el aprovechamiento de los residuos como materia prima enriquecida con nutrientes para abono orgánico, desodorizado, higienizado o cama seca para animales, sin microorganismos sometidos a ensayo, y ayudan a regenerar el capital natural perdido (agua, clima, suelo y biodiversidad).

También contribuyen a reducir la emisión de amoniaco gaseoso que se emite libremente a la atmósfera por la degradación de la materia orgánica durante las fases del alojamiento de animales y el almacenamiento de purines y su aplicación a campo, mejorando la calidad del aire y la salud respiratoria en áreas cercanas a las granjas.

Según han demostrado las analíticas realizadas de la fracción líquida tratada, que es la que contamina inmediatamente, esta tecnología reduce los elementos nitrogenados totales (orgánicos y amoniacales) entre un 80% y un 90%.

El purín se transforma en un agua que puede reutilizarse para regar cualquier tipo de cultivo ya que contiene nutrientes que varían en función a la clase de purines. Además, puede usarse a lo largo de todo el año, almacenarse en balsas durante largos periodos de tiempo porque ya no fermenta, y ayuda a reducir de forma importante las hectáreas de riego. Asimismo, el agua resultante cumple la normativa ambiental para verter a cauce seco.

Los equipos han sido diseñados bajo criterios de eficiencia en cuanto a automatización y mantenimiento y utilizan tratamientos físico-químicos biodegradables. “Nuestras soluciones son garantía de que no existe un muro insalvable entre la generación de riqueza y el cuidado del medio ambiente en las macrogranjas. Reafirman el compromiso en el desarrollo de una economía circular sostenible a unos costes operativos y energéticos competitivos”.