Luis Lombana, CEO de Ficosterra: “El desarrollo agrícola debería basarse en reutilizar las materias orgánicas para mejorar los suelos”

El poder del mar, en manos del agricultor. Sobre este eje pivota la actividad de Ficosterra, la firma burgalesa que transforma algas para utilizarlas, en tierra, como fertilizantes, subrayando además que sus bioestimulantes mejoran el rendimiento y la productividad de cualquier cultivo.

Exprimir los principios activos del mar, reconduciendo sus beneficios a las plantas y derivándoselos a los suelos agotados por la sobreexplotación. Esta es la esencia que inspira la actividad de Ficosterra, empresa española de biotecnología marina fundada en 2017 que ha sido una de las nueve elegidas a nivel mundial para formar parte del programa Ocean Innovation Challenge de Naciones Unidas.

Ficosterra vende un fertilizante ecológico a base de algas y microorganismos. ¿Cómo surgió la idea de crear esta empresa?

Las algas se llevan utilizando como materia prima en agricultura desde hace muchísimo tiempo. De hecho, se pueden encontrar referencias históricas en Columela, agrónomo de la Antigua Roma que ya recomendaba su aplicación en los cultivos. Pero desde hace 20 años se ha producido un desarrollo científico y académico muy importante en torno a las razones de su extraordinario funcionamiento, y esto ha supuesto un punto de inflexión en cuanto a la aplicación generalizada de las algas marinas en el sector de la agricultura.

Ficosterra nació como una spin off de Hispanagar, una compañía que lleva más de 50 años extrayendo extractos de algas para la industria farmacéutica y alimentaria. En el seno de Hispanagar iniciamos un proyecto de investigación para recopilar todos los desarrollos científicos que se habían hecho en los últimos años sobre esta tradición milenaria y así ofrecer una mejor y más novedosa aplicación en agricultura.

¿Cuáles son las cualidades de las algas que utiliza la compañía y qué nutrientes tienen para ayudar a revitalizar el suelo?

En general, las algas tienen múltiples beneficios porque reciben muchos micronutrientes del mar, que es un laboratorio biológico de elementos que normalmente no están disponibles en los cultivos.

Nuestros productos están elaborados a base de algas como la Macrocystis pyrifera, un alga muy particular que se da mayoritariamente en las costas del Pacífico y que alcanza longitudes de hasta 60 metros. Los principios activos que hacen que el alga se desarrolle de esta forma tan extraordinaria son los que nosotros extraemos a través de las tecnologías que hemos desarrollado para, después, aplicarlos a las plantas.

¿Qué otros productos ofrece Ficosterra?

Juntamos los principios activos de las algas con el aporte de la microbiología, que es una nueva faceta científica de largo recorrido en este sector. Hemos descubierto que al unir algas y microorganismos se produce un efecto multiplicador y, de esta forma, las plantas reciben una dosificación enorme de vitaminas, en forma de lo que hoy llamamos bioestimulantes, los nuevos insumos de la agricultura del siglo XXI, que sirven para estimular el crecimiento de raíces y plantas de una forma 100% ecológica y respetuosa con el medio ambiente.

En definitiva, ofrecemos complementos a la fertilización que aportan un plus de productividad. Hemos querido subir al pico de la pirámide para darle al cultivo ese empujón final que necesita para tener una capacidad productiva muy próxima al 100%.

El uso de abonos químicos va agotando el terreno. ¿Por qué es necesario reponer la materia orgánica de los suelos?

Creemos que es importante aplicar productos que recuperen no solo la materia orgánica, sino también la vida microbiológica del suelo. Por eso, todos nuestros productos están registrados como orgánicos y son aptos para la agricultura ecológica y para la convencional.

Con el desarrollo que ha experimentado la fertilización convencional y los fitosanitarios durante las últimas décadas, los suelos agrícolas han sufrido un enorme bombardeo que los ha agostado y ha limitado su capacidad productiva. Un reto al que se enfrenta la agricultura en el siglo XXI es volver a dotar al suelo de capacidad agronómica y productiva.

¿Cómo contribuyen sus fertilizantes a mejorar la productividad agrícola?

Ofrecemos estimulantes que aportan microelementos y microoganismos que activan el desarrollo de la planta de una forma 100% eco y respetuosa con el medio ambiente. Esta estimulación tiene dos beneficios: por un lado, aporta un mayor desarrollo productivo que, dependiendo de los cultivos, oscila entre un 8% y un 20%. Pero, además, se produce un mayor desarrollo vegetativo. Con los aportes que proporcionan nuestros productos la planta está mucho más fuerte y preparada para resistir mejor a lo que se llama estrés abiótico (exceso de calor, de frio o por carencia de agua).

¿Podría explicarnos algún caso de éxito que ha desarrollado la compañía?

Llevamos más de cuatro años trabajando en cultivos extensivos e intensivos y hemos tenido bastantes casos de éxito. Los más relevantes los hemos tenido en cultivos de alto valor hortícola y en frutos rojos, normalmente bajo plástico, donde el efecto de los microorganismos y las algas es especialmente significativo.

Por ejemplo, en cultivos de fresas realizados en condiciones normales y con una fertilización convencional, nuestros productos han logrado un desarrollo productivo un 18% superior.

También merece la pena señalar otros casos en los que hemos realizado ensayos en parcelas poco productivas donde hemos conseguido igualar a otros terrenos en los que la producción era estándar o muy buena. Esto, para nosotros, también es un caso de éxito: poner a prueba la eficacia de nuestros productos donde existen carencias o dificultades para el crecimiento de la planta.

Entonces, utilizar este tipo de fertilizantes orgánicos, ¿contribuiría también a solucionar el problema de los nitratos?

Estamos convencidos de que hoy Ficosterra puede ayudar a paliar, aunque no a eliminar, el problema de los nitratos, que es francamente importante no solo en cuanto a subsuelo y emisiones de metano, sino también a nivel de acuíferos y contaminación del medio marino.

Los bioestimulantes han experimentado un alto grado de desarrollo tecnológico en los últimos años. ¿Se espera que su uso se incremente exponencialmente en un futuro próximo?

El desarrollo de los bioestimulantes va a ser muy importante y su aplicación en la agricultura muy necesario, porque estamos obligados a ello.

Se espera que este mercado, que está formado por algas y microorganismos, duplique su desarrollo en los próximos cinco años pasando de los 2,5 billones de dólares actuales a los más de cinco billones que se esperan para el 2027.

¿Qué papel desempeña una empresa de fertilizantes como Ficosterra en el marco de la economía circular?

Ficosterra ha nacido en el seno de la economía circular y es la base de nuestra actividad. Las algas son un clarísimo ejemplo: utilizamos una materia prima que viene del mar, la transformamos con tecnología sostenible, la aplicamos al suelo del suelo, se lixivia y acaba volviendo al mar cerrando así un círculo perfecto.

El desarrollo de la agricultura necesariamente debe pasar por aprovechar las materias orgánicas, principalmente de alta calidad, que se puedan reutilizar para su uso en la mejora de los suelos.

El proyecto Nutrialgae de Ficosterra ha sido seleccionado por el ‘Ocean Innovation Challenge’ (OIC) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como una de las nueve soluciones excepcionales que contribuirán al cumplimiento del ODS 14: conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos. ¿En qué consiste esta iniciativa?

Nos presentamos en febrero de 2020 a este programa, cuyo objetivo es contribuir a diseñar la agricultura del siglo XXI y fuimos una de las nueve empresas seleccionadas entre más de 600 candidaturas de todo el mundo, y también la única española.

El proyecto consiste en desarrollar en Marruecos y en México una serie de ensayos que demuestren que la aplicación de productos bioestimulantes permite reducir hasta un 20% el nitrógeno aportado, que generalmente acaba en el mar y genera grandes desequilibrios, manteniendo la productividad.

Esto se consigue haciendo un uso más eficiente del aporte nitrogenado o fosfatado que se realiza en los cultivos a través de un aporte microbiológico. Los microorganismos de nuestros productos hacen que la materia orgánica, básicamente el nitrógeno y el fósforo que están en el suelo se transformen y hagan solubles para ponerse a disposición de la planta y que ésta los absorba os de forma más fácil y rápida. Los primeros datos que manejamos de los ensayos en estos dos países, son francamente esperanzadores.

El Mar Menor es un caso muy llamativo en cuanto a los problemas generados por este tipo de contaminación. ¿Pueden sus productos ayudar a solucionar esta situación?

El Mar Menor es un ejemplo a pequeña escala del problema que existe en mares y océanos a nivel global y por supuesto, en Ficosterra tenemos soluciones efectivas que contribuyen a paliar gran parte del problema.

Estamos actualmente en conversaciones con distintos agentes de la región de Murcia ofreciéndoles distintas soluciones fruto de la experiencia y resultados que estamos teniendo en nuestros ensayos internacionales.

Ficosterra y la compañía mexicana Algamar se aliaron a principios del pasado año para desarrollar nuevas tecnologías en beneficio de una agricultura sostenible. ¿En qué soluciones están trabajando?

Hemos desarrollado dos líneas de actividad, una eminentemente corporativa con la creación de Ficosterra América, una compañía con sede en Ensenada (México) que da servicio al mercado agrícola mexicano y el sur de Estados Unidos, sobre todo California.

Por otro lado estamos inmersos en un programa de investigación para el aprovechamiento y extracción de nuevas algas, porque la zona del Pacífico es muy rica en especies que pueden ser muy interesantes para la agricultura. Esta iniciativa nos va a permitir lanzar un nuevo producto que combina algas y microorganismos y otro que proporciona un aporte de auxinas orgánicas, que van a ser realmente únicos en el mercado mundial.

¿Qué previsiones tiene la compañía para un futuro próximo?

La compañía se encuentra en una fase expansiva y de búsqueda de partners que nos ayuden a desarrollar el mercado internacional. El objetivo a medio plazo es cubrir desde España la zona de Europa, Norte de África, Portugal y Sudáfrica, y desde México el mercado mexicano, el norteamericano y algunos países de Latinoamérica, pero hay otros mercados, como Asia o el centro de África, a los que nos gustaría llegar en una segunda fase. Estamos convencidos de que cuando nuestros potenciales socios nos conozcan en profundidad se van a quedar gratamente sorprendidos del potencial internacional de lo que era hace cinco años era una pequeña compañía de Burgos.