La economía circular se coloca en el centro de la política ambiental del Gobierno

Los cada vez más avanzados sistemas de reciclaje y la multiplicación de los usos para materiales que hasta hace poco no se podían recuperar imponen, desde hace años, el estudio de cambios en las normativas con el fin de procurar avances hacia la economía circular. En este sentido, iniciativas como la recién firmada por el Ministerio de Transición Ecológica, que ya considera material y no residuo el caucho procedente de los neumáticos fuera de uso (NFU), tal y como demandaban plataformas dedicadas a su recuperación como Signus, caminan en la senda de la exigencia que impone la propia deriva del consumo en el mundo.

Hace ya tiempo que la humanidad consume recursos naturales a una velocidad mayor de la que los ecosistemas pueden regenerarlos y libera más CO2 del que la naturaleza es capaz de absorber. La ONU afirma que en la actualidad el planeta es capaz de cubrir las necesidades de toda la población pero la realidad es que esto es imposible si el nivel de consumo de los países desarrollados continúa incrementándose.

Al ritmo actual, la humanidad necesitaría casi tres planetas Tierra para satisfacer las demandas alimentarias y energéticas de los más de 9.000 millones de personas que se prevén para el año 2050. De hecho, el consumo mundial de recursos ha superado tanto la biocapacidad que, según los expertos, se necesitan 1,5 años para regenerar los recursos utilizados sólo durante el año 2007.

En este sentido, el reciclaje de los neumáticos al final de su vida útil (NFVU) se presenta como una práctica de gran importancia para desarrollar un sistema sostenible basado en el máximo aprovechamiento de los escasos recursos naturales disponibles y también a la hora de aplicar el modelo de economía circular, ya que permite transformar un residuo, el neumático fuera de uso, en un producto que se destina a distintas aplicaciones incorporándolo de nuevo al ciclo productivo.

En España se generan cada año cerca de 300.000 toneladas de neumáticos al final de su vida útil, cifra que en la Unión Europea asciende a 3.250.000 toneladas. El proceso de reciclaje del NFVU consiste en separar sus componentes -el acero y las fibras textiles- para después triturar, granular y moler el neumático y obtener así granulado o polvo de caucho, acero y textil.

En esta misma línea, el Gobierno prepara la aprobación de un Perte específico para la economía circular. Los planes de Moncloa pasaban por presentarlo en la primera quincena de enero, pero el Ejecutivo ha optado por dejarlo para finales de febrero y poder así prepararlo con un mayor detalle. Por el momento, las cantidades a consignar en este nuevo plan siguen sin conocerse, pero la idea es que sea un proyecto ambicioso y que dé entrada a diversos sectores.