Bruselas autoriza con condiciones la fusión entre Veolia y Suez

La Comisión Europea solo dará el visto bueno si se cumplen las concesiones ofrecidas por Veolia para corregir los problemas de competencia detectados y que pasan por desinvertir en la mayoría de las actividades que desarrolla Suez en los sectores de gestión de residuos y aguas municipales en Francia.

La Comisión Europea (CE) dio luz verde a mediados de diciembre a la fusión de las empresas francesas de gestión de aguas y residuos Veolia y Suez. Sin embargo, Bruselas ha advertido que únicamente otorgará la autorización definitiva si se cumplen todas las concesiones ofrecidas por Veolia para corregir los problemas de competencia que el Ejecutivo europeo detectó al inicio de la operación.

Cuando las dos compañías anunciaron su intención de integrarse, el Gobierno comunitario ya señaló que ambas empresas ofrecían una amplia gama de servicios a clientes municipales e industriales y que competían en el diseño y la construcción de instalaciones de sistemas de tratamiento de agua, su operación y mantenimiento, o el suministro de productos químicos para el tratamiento de aguas y soluciones de agua móviles.

También alertó de que Veolia y Suez son rivales en el sector de los residuos, ya que ambas prestan servicios relacionados con su recogida y tratamiento en sus diferentes versiones (no peligrosos, regulados y peligrosos).

Por eso, el estudio que llevó a cabo la Comisión Europea antes de aprobar la operación concluyó que la transacción, de producirse tal y como se había notificado de forma inicial, hubiera planteado claros problemas de competencia, dando lugar a “importantes solapamientos horizontales” en no pocos mercados franceses y del Espacio Económico Europeo (EEE).

Estos se hubieran manifestado, principalmente, en los trabajos de gestión de aguas municipales, en el segmento del agua industrial en Francia y en las actividades relacionadas con los servicios de agua móvil en el EEE. También de forma exclusiva en el ámbito francés, el conflicto se hubiera hecho patente en los servicios de recogida y tratamiento de residuos no peligrosos y regulados, así como en el tratamiento de residuos peligrosos.

Todos estos solapamientos, avanzaba Bruselas, podrían haber “eliminado la presión competitiva” ejercida por Suez y haber desembocado en la creación de un gran conglomerado líder de mercado a escala europea, nacional o local.

De esta forma, y según la CE, los clientes habrían quedado expuestos a un recorte significativo de la oferta de servicios, aunque también admite que la transacción crea igualmente vínculos verticales que no plantean problemas relacionados con la competencia.

Con el objeto de enfrentar los sí subrayados por Bruselas, Veolia redactó un listado de compromisos en los que se incluye la desinversión de la práctica totalidad de las actividades de Suez en los sectores de gestión de residuos (regulados y no peligrosos) y en el sector de las aguas municipales en Francia. Igualmente, queda reflejada la voluntad de Veolia de obviar inversiones en el mercado de los servicios móviles de agua en el Espacio Económico Europeo y en la mayoría de las actividades en la gestión del agua industrial en el ámbito francés.

Por último, firma también Veolia que desinvertirá parte de las actividades de vertedero de residuos peligrosos y de todas las acciones de Suez en incineración y tratamiento de residuos peligrosos.

El visto bueno de la Comisión Europea podría el broche final a un proceso que comenzó el pasado mes de abril, cuando Veolia y Suez anunciaron un acuerdo por el que la primera lanzaría una OPA sobre la segunda para procurar la fusión de buena parte de sus actividades. Según el esquema del acuerdo, esta operación daría lugar al “campeón mundial de la transformación ecológica” con una facturación anual de unos 37.000 millones de euros. El pacto también asegura que la nueva Suez se mantiene en manos francesas, tanto la dirección como los socios financieros y los empleados, un punto que el Gobierno de Francia insistió en garantizar.