No existe plan de acción climática sin consideraciones de biodiversidad

La COP27 se ha celebrado en Sharm el-Sheikh con las expectativas de los activistas del clima más altas que nunca. El cambio climático está acelerando y las acciones llevadas a cabo hasta ahora han sido insuficientes para mitigarlo. Más allá del endurecimiento de las medidas actuales de descarbonización, hoy se espera de estas Conferencias de las Partes un abordaje más completo, que incluya temas de justicia social y de conservación y restauración de la biodiversidad en la lucha contra el cambio climático.

Entre 1970 y 2018, las poblaciones de fauna salvaje han perdido en promedio el 69% de sus miembros, según el informe Planeta Vivo 2022 de WWF. Sabemos que esta disminución es el resultado de la actividad humana, y ahora sabemos también que la pérdida de la biodiversidad perjudica nuestros esfuerzos de mitigación de la crisis climática.

Cuanto más biodiverso es un ecosistema natural, más fuerte es su capacidad de adaptación y mitigación al cambio climático, aportando a la absorción de toneladas de carbono.

Con la reducción de la biodiversidad en los bosques, los humedales y los océanos, estos sumideros de carbono naturales están perdiendo su eficiencia. Por eso, y como bien dijo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, “la biodiversidad es un tema tan importante como el cambio climático y no podemos ganar esta batalla sin trabajar todas las palancas”.

Invertir millones en la reducción y en la compensación de la huella de carbono sin hacer nada para proteger y restaurar la diversidad biológica de la fauna y flora del planeta es un esfuerzo incompleto. Esto vale a nivel global, pero también a nivel corporativo: las empresas que tienen la ambición seria de reducir y mitigar su impacto ambiental deben considerar la biodiversidad como parte integrante de su estrategia climática.

Por suerte, ya existen mecanismos para proteger y restaurar la biodiversidad: por ejemplo, en mayo de 2022, Terrasos y ClimateTrade, en conjunto con XM, BID Lab y Partnership for Forest, unieron esfuerzos para comercializar créditos de biodiversidad voluntarios en el marketplace climático de ClimateTrade basado en la tecnología blockchain.

Estos créditos se generaron en el Banco de Hábitat del Bosque de Niebla-El Globo, en Colombia, donde Terrasos desarrolló una metodología para convertir los esfuerzos de protección y restauración de la biodiversidad en unidades económicas que se puedan vender.

Cada crédito representa 10 metros cuadrados de tierra protegida o restaurada durante 30 años. El precio de los créditos, 30 euros en el marketplace de ClimateTrade, se calculó a partir de los costos de implementación y de monitoreo de las diferentes medidas de conservación y restauración, incluyendo además la gestión técnica, financiera y legal, así como los incentivos a los propietarios de la tierra, durante los 30 años de la vida del crédito.

Comparados con las campañas de adopción de vida salvaje o de contribución voluntaria a su protección, los créditos de biodiversidad establecen un marco legal, financiero y técnico para la protección de la naturaleza en un periodo definido.

Implican el monitoreo de indicadores de conservación y restauración, como puede ser el número de especies en el área, o el tamaño de sus poblaciones, asegurando la rigurosidad en las metodologías y análisis para así lograr los compromisos en naturaleza positiva.

Estos créditos además incluyen, dentro de sus principios rectores, la transparencia y trazabilidad en toda la cadena de valor, lo que permite capitalizar las lecciones aprendidas del mercado de carbono, generando créditos caracterizados por su alta integridad.

Por el momento, estos créditos no se pueden revender, ya que para cumplir con los objetivos de la naturaleza, primero debemos aumentar la huella de estas contribuciones permanentes de biodiversidad: las empresas y las personas que los compran son sus propietarios durante toda la duración del crédito.

Aquellos que eligen comprar estos créditos no lo hacen para lograr un impacto neutral en biodiversidad, sino para volverse “nature-positive”.

Por todas estas razones, los créditos de biodiversidad han sido reconocidos por el Foro Económico Mundial (WEF) como un instrumento relevante para financiar la protección de la naturaleza.

Para una empresa, invertir en Créditos de Biodiversidad Voluntarios es una forma increíble de implicar a todos sus grupos de interés en la generación de impacto ambiental positivo. Ya que el crédito se mantiene en el portfolio de la compañía durante 20 a 30 años, se pueden comunicar actualizaciones periódicas sobre el proyecto asociado, con datos sobre las medidas implementadas y el aumento de la biodiversidad.

A diferencia del carbono, la fauna y la flora son palpables y visibles: su permanencia y aumento gracias a la inversión de la empresa es medible y se logra cuantificar rigurosamente, generando una gran satisfacción entre ambos empleados y clientes.

Al final, cuidar de la biodiversidad no es solo lo correcto para una empresa, sino que la puede ayudar a integrar la acción climática en su día a día, concientizando a sus empleados y cumpliendo con las expectativas de sus clientes más comprometidos con el medioambiente.