La Sociedad Española de Presas alerta sobre los requisitos de seguridad

La Sociedad Española de Presas ha lanzado una preocupante advertencia: la normativa sobre seguridad de este tipo de instalaciones se ha suavizado frente a la que había anteriormente. Esta es la principal conclusión que se desprende del Análisis crítico de la nueva normativa que ha elaborado esta institución formada por profesionales de la materia tras estudiar las Normas Técnicas de Seguridad (NTS) que se aprobaron en abril de 2021 con el objetivo de “garantizar la seguridad de las personas, el medio ambiente y los bienes”.

El organismo recalca que la normativa ni siquiera incluye un mínimo diagnóstico de la situación en la que se encuentra el actual parque de presas y su gestión, un inventario “indispensable” para poder realizar una valoración económica de las medidas de seguridad necesarias y abrir un proceso transitorio pilotado por un organismo con capacidad ejecutiva para ordenar al titular que acometa las obras que garanticen la seguridad. La situación, por lo tanto, es preocupante porque hay muchas presas que ni siquiera tienen titularidad conocida o no están inventariadas, aseguran desde esta organización.

Esta ausencia de diagnóstico oficial impide conocer el nivel de seguridad de cada una de las presas concretas, gran parte de ellas proyectadas y construidas hace más de 50 años bajo los criterios de la Instrucción para el Proyecto, Construcción y Explotación de Grandes Presas aprobado en 1967

Otro de los aspectos negativos que incluyen las Normas Técnicas de Seguridad, según destaca Seprem, son las escasas referencias al cambio climático. Estas aparecen de forma “genérica y referida exclusivamente al futuro” a pesar de que los aspectos climáticos que se incorporan a la evaluación de la seguridad (hidrología, ola de viento, efectos térmicos, etc.) están ya influidos por este fenómeno. “En la norma se podrían haber incorporado las medidas que ya incluyen otros organismos como el Cedex, la Aemet o, incluso los planes hidrológicos”, indican.

La situación de las presas, por lo tanto, requiere una revisión de modo que se pueda incrementar el nivel de seguridad. Habitualmente, la transparencia sobre la situación de este tipo de infraestructuras no es muy elevada, así como el acceso a información sobre las mismas.

España y Portugal trabajan en incrementar la cooperación en materia de agua y ambos países piensan impulsar la energía hidroeléctrica como una de las formas de mayor capacidad de almacenamiento de energía, pero para poder lograrlo resulta indispensable que se garanticen los más elevados estándares de seguridad para instalaciones que tienen una vida útil elevada y un impacto ambiental considerable.