El mal uso del saneamiento cuesta en España 200 millones al año

La falta de infraestructuras de saneamiento en el mundo provoca la muerte diaria de 800 niños. En España, gracias al trabajo de Administraciones públicas y operadores, el reto está en proteger los sistemas y concienciar acerca de su buen uso para evitar el coste extra que generan las malas prácticas.

La falta de infraestructuras de saneamiento provoca que, además de los daños ambientales, a diario más de 800 niños menores de cinco años mueran de diarrea en el mundo, debido al consumo de agua insalubre, un saneamiento inseguro y una higiene deficiente. Esta es la alerta que ha lanzado Naciones Unidas este año en el Día Mundial del Retrete, que nació para crear conciencia sobre el problema mundial que suponen los más de 3.600 millones de personas que viven sin acceso a un saneamiento gestionado de forma segura.

Mientras que en los países en vías de desarrollo el saneamiento es aún un reto pendiente que causa millones de muertes cada año y que impide el desarrollo económico de esas naciones, en países como España el reto está en proteger los sistemas de saneamiento.

Históricamente el principal problema de contaminación aportada en nuestros saneamientos públicos se derivaba de los vertidos industriales. Pero, cada vez con mayor frecuencia, se encuentran más contaminantes ligados a prácticas asociadas al consumo doméstico, muchos de los cuales tienen poca capacidad para ser depurados en las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR). “Toallitas húmedas, bastoncillos y otros textiles llegan hasta las depuradoras. El pequeño gesto de arrojarlas por el inodoro puede resultar muy caro”, afirma Juan Pablo Merino, director de Comunicación y Sostenibilidad Corporativa de Aqualia. “Debemos ser conscientes, además del grave problema ambiental que supone, de los problemas técnicos que ocasionan en las instalaciones este tipo de productos, lo que supone importantes costes en su reparación”.

AEAS (Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento) ha calculado pérdidas para España cercanas a los 200 millones de euros anuales, lo que supone un aumento total de los costes de gestión del ciclo integral del agua de entre un cuatro y un seis por ciento. Si sumamos que, tras la pandemia la compra de toallitas húmedas ha aumentado un 50%, las consecuencias de este mal hábito pueden ir a más si no se remedia.

“Los daños no son mayores”, continúa Merino, porque “en la mayoría de nuestras ciudades y pueblos el saneamiento es objeto de mantenimiento y vigilancia permanente por las empresas especializadas”. “Por poner algunos ejemplos”, añade, “de municipios concretos en los que prestamos servicio, solo en Badajoz, en los primeros ocho meses de este año, extrajimos más de 2,4 millones de litros de residuos de las alcantarillas y otras instalaciones de saneamiento de la ciudad; en Nerja, Málaga, se retiraron más de 25.000 litros de residuos en esas mismas fechas. En Sóller, Mallorca, las últimas cifras registradas por el Servicio hablan de hasta tres camiones con más de 18 toneladas de residuos recogidas. Gracias a estas tareas periódicas se ha evitado un daño económico y ambiental de una gran magnitud”.

La protección de la red comienza en casa

Estos datos dejan claro que se está produciendo una tendencia generalizada en la sociedad de mal uso de determinados productos muy utilizados por los usuarios domésticos y que son vertidos al alcantarillado urbano a través de los desagües domésticos. En la mayoría de estos casos, se constata que los desechos que con más frecuencia se encuentran en las tuberías de saneamiento cuando van a desatascarse son las toallitas húmedas.

Pero no solo las toallitas y otros textiles provocan daños en las infraestructuras de saneamiento. Aceites vegetales y grasos, fármacos, cosméticos o pinturas, son algunos de los productos que arrojados al inodoro o al fregadero pueden ocasionar consecuencias muy negativas.

En este sentido, los operadores realizan continuas campañas formativas e informativas dirigidas al conjunto de los usuarios de la red. En el caso de Aqualia, la iniciativa actuaconaqualia.com, apela al compromiso ciudadano para hacer un buen uso del inodoro y no utilizarlo como papelera. “La protección de la red comienza en casa”, recalca el director de Comunicación y Sostenibilidad Corporativa de la compañía. “Por ello, Aqualia realiza continuas campañas para promover y sensibilizar a los ciudadanos sobre un uso correcto de los sistemas de saneamiento y, sobre todo, que destierren la idea de que el inodoro es una papelera en donde se puede arrojar cualquier tipo de residuo”.

Estas campañas de sensibilización impulsadas por Aqualia están alineadas con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, y en concreto con el ODS 6 (Agua Limpia y Saneamiento), que requiere de investigación e inversión para optimizar los recursos disponibles y garantizar un saneamiento limpio.