Casi 20 saltos de agua revertirán a la CHE antes de 2027

La Confederación Hidrográfica del Ebro se ha convertido en el organismo más activo a la hora de rescatar las centrales hidroeléctricas cuyos permisos vayan caducando.

El precio de la luz lleva más de siete meses registrando niveles históricos. Desde el pasado agosto la electricidad ha estado cotizando por encima de los 100 euros MW/h y el precio medio del mercado mayorista en el mes de febrero se situó en los 200,22 euros por megavatio hora (MWh), un 602,7% más que en el mismo periodo del año anterior, convirtiéndose en el tercer mes más caro de la historia del pool, sólo superado por los dos meses anteriores.

El encarecimiento de los costes del gas (que surte a las centrales térmicas de ciclo combinado) y el aumento de los derechos de emisión de CO2 ha llevado a las centrales hidroeléctricas a ofrecer energía a niveles récord y fijar los precios en un amplio porcentaje de las horas poniendo en evidencia las incongruencias del actual sistema de subastas.

Gran parte de las centrales se encuentran actualmente gestionadas por compañías privadas, pero en las dos próximas décadas vencerá un número importante de concesiones y el Gobierno recuperará la propiedad de una de cada cuatro centrales. De cara a 2060 se habrán revertido prácticamente todos los permisos concedidos para operar estas instalaciones.

Se trata de un procedimiento iniciado en 2013 que se encuentra contemplado en la Ley de Aguas, según la cual las concesiones en el dominio hidráulico se extinguen al cabo de 75 años.

Según datos de Red Eléctrica, la energía hidráulica supone entre la quinta y la sexta parte de la potencia instalada en España y cubre entre la quinta y la octava parte de la demanda. En este contexto, la gestión del agua como recurso energético puede constituir un factor clave para influir en los precios del mercado eléctrico ya que tiene un importante potencial productivo con un coste de generación considerablemente reducido.

También ayudaría a impulsar la transición energética facilitando el objetivo de superar el 74% de generación eléctrica renovable en 2030 y proporcionando un mayor control público de las emisiones de CO2 y de la gestión del agua.

Una cuenca pionera

La Confederación Hidrográfica del Ebro se ha convertido en el organismo más activo a la hora de rescatar las centrales hidroeléctricas cuyas licencias van caducando. La cuenca cuenta con 363 plantas que aprovechan el agua de los ríos para la producción de energía y antes de que finalice 2027 tiene previsto nacionalizar las 19 centrales cuyas concesiones expirarán en este tiempo.

El organismo de cuenca ya ha recuperado la instalación de El Pueyo de Jaca (Panticosa), la del municipio oscense de Campo, las de Barrosa y Urdiceto (Bielsa), y también la de Lafortunada-Cinqueta (Tella-Sin), una de las más potentes del Pirineo. Todas ellas se han puesto de nuevo en funcionamiento con un contrato de operación adjudicado directamente por la CHE.

Asimismo, en los próximos años acabarán las concesiones de varios saltos de agua ubicados a lo largo de toda la cuenca como La Requijada (Nuévalos), Morana y Morca (Añón de Moncayo), Salinas, Argoné (Seira), Baños de Panticosa, San José (Graus) o El Ciego (Estada).

A lo largo de este tiempo, la Confederación Hidrográfica del Ebro ha cursado tres peticiones al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) solicitando el uso de monte público para la explotación de las centrales hidroeléctricas de Barrosa, Lafortunada-Cinqueta y El Pueyo.

Recientemente el Inaga ha dictado la primera resolución favorable y ha concedido a la CHE autorización para usar el monte en el que se asienta la central hidroeléctrica de Barrosa (en el municipio de Bielsa). El permiso se ha otorgado por 30 años mediante el pago de una tasa anual de 18.000 euros al Ayuntamiento.