Murcia pide gestionar la cuenca vertiente para salvar el Mar Menor

Ante el empeoramiento de este enclave natural, el Ejecutivo autonómico ha iniciado los trámites para solicitar a Madrid el traspaso de las competencias en materia de costas, de la cuenca vertiente y del dominio público hidráulico que es gestionado por la Confederación Hidrográfica del Segura.

La ola de calor que asoló España a mediados del mes de agosto fue el desencadenante de una nueva catástrofe medioambiental en el Mar Menor. Decenas de peces y crustáceos aparecieron muertos en diferentes playas, debido al aumento de la temperatura del agua. Aunque no se trata de una situación nueva -en 2019 tuvo lugar un episodio similar- en esta ocasión las consecuencias han sido todavía más graves, ya que se han llegado a recoger hasta cinco toneladas de animales marinos, dos más que en el desastre anterior.

La laguna murciana sufre desde hace décadas un proceso de contaminación activo (eutrofización), causado por el permanente aporte de nutrientes (nitratos y fosfatos) procedentes de la actividad agrícola e industrial que se desarrolla en la zona. Sus aguas se encuentran tan sobrecargadas que cualquier fenómeno meteorológico brusco pone en peligro la supervivencia de su ecosistema.

Si bien la contaminación es la causa determinante de la degradación ecológica, la inacción política y los ineficientes procedimientos llevados a cabo por las autoridades competentes, -Gobierno regional y central (a través de la Confederación Hidrográfica del Segura) han facilitado el proceso, ya que lejos de tomar medidas para resolver el problema, llevan años responsabilizándose mutuamente de la situación alegando falta de competencias.

Murcia asegura que tiene “las manos atadas” y no puede actuar en primera instancia por la recuperación del ecosistema. Ante la “inacción” del Ejecutivo central, el Gobierno autonómico ha iniciado los trámites para solicitar a Madrid que le transfiera las competencias de costas y la cuenca vertiente y poder así “salvar” y “proteger” la laguna salada. Según el presidente autonómico, Fernando López Miras, esto les permitiría controlar la ordenación de las masas de agua superficial y subterránea que discurran o se hallen por completo dentro de la región, así como la gestión de las ramblas y cauces que vierten a la laguna.

El ejecutivo murciano también pide el control sobre el dominio público hidráulico que es gestionado por la Confederación Hidrográfica del Segura con el fin de actuar sobre la explotación de embalses o acuíferos de la demarcación, vigilar los regadíos ilegales que vierten a las aguas del Mar Menor y poder desmantelar las bocas de riego que suministran agua a las parcelas que no cuentan con derechos de concesión.

La ministra Teresa Ribera, por su parte, considera que la Comunidad “tiene competencias de sobra” para proteger el Mar Menor y ha diseñado un plan de acción que pasa por aplicar las medidas que impuso la CHS cuando declaró en riesgo químico el acuífero. Entre estas iniciativas destaca la prohibición de utilizar fertilizantes orgánicos e inorgánicos en la Zona 1 de 1.500 metros más cercana al mar, limitar el ciclo de cosechas en el área 2 (la siguiente más próxima) y constituir una única comunidad de usuarios de aguas subterráneas.