La digitalización de los regadíos, clave para ser más sostenibles en el sector del agua

El agua dulce es uno de los recursos más importantes del planeta y es también uno de los más escasos. Solo el 2,5% del agua del planeta es dulce, por lo que apostar por la correcta gestión del agua es uno de los pasos fundamentales para hacer frente a los retos presentes y futuros como sociedad.

En España, la optimización del uso que hacemos del agua potable es especialmente importante por diversos motivos. Los últimos datos del INE señalan que el volumen del agua utilizado para las explotaciones agrícolas en nuestro país asciende a 15.495 hectómetros cúbicos, siendo casi la mitad de nuestro territorio nacional considerado como superficie agraria.

A esta situación, se le añade la dificultad de hacer llegar el agua a dos tercios del territorio que están en riesgo de desertización, ya sea por ser áreas áridas, semiáridas o subhúmedas secas, según afirman los ministerios para la Transición Ecológica y de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Sin lugar a duda, una de las vías para mejorar la gestión del agua es aplicar más tecnología, y especialmente aquellas relacionadas con la digitalización que permiten un mayor control de la forma en la que utilizamos este recurso vital, y que nos permiten asimismo reducir al mínimo su desperdicio. Por ejemplo, desde el punto de vista industrial, es importante reconocer que se producen grandes pérdidas de agua entre el punto de origen y hasta el grifo -estimadas entre un 10% y un 15%- que podrían evitarse aplicando este tipo de tecnologías.

En estos momentos tenemos una oportunidad única frente a nosotros para mejorar la gestión del ciclo del agua en nuestro país, dado que la pandemia del Covid-19 ha acelerado la adopción digital en todos los ámbitos -casi el 70% de los gerentes de las empresas españolas afirma haber introducido hábitos digitales en su negocio en los últimos meses, según datos de Salesforce- y en la gestión del agua no debería ser diferente.

Es más, la ayuda que suponen los fondos europeos de recuperación puede ser la palanca que nos permita hacerlo a escala nacional y de forma transversal (desde el sector agrícola a la industria pesada) permitiéndonos ser más sostenibles, pero al mismo tiempo ganar en eficiencia y competitividad internacional.

El sector agrario sigue siendo uno de los sectores clave de España, y uno de los más intensivos en el uso de recursos hídricos. La llegada de los fondos Next Generation permitirán -utilizados adecuadamente -mejorar los sistemas de regadíos para hacerlos más eficientes y sostenibles.

En este sentido, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación dispondrá de 1.051 millones de euros, más otras cuantías asignadas a otros ministerios y a la Política Agraria Común (PAC), y es vital que esos fondos se utilicen para abordar, de una vez por todas, la modernización del sector agrario español.

Así pues, es el momento de escuchar a los agricultores y a las empresas dedicadas a los sistemas de riego. Por un lado; los primeros demandan sistemas que garanticen el riego en zonas de escaso suministro, altamente efectivos y capaces de evitar pérdidas de agua. Por otro lado; los fabricantes requieren equipos seguros, fiables, resistentes y, a la vez, resolutivos. Sin olvidar, un buen asesoramiento y servicio que les ayude a construir sistemas más eficaces y a disponer de más información del estado de la producción y un plan de mantenimiento que permita resolver averías o fallos que puedan reducir la eficiencia y competitividad.

En estos dos casos, la solución pasa por una digitalización y monitorización continua de los regadíos. Por ello, desde el sector tecnológico, estamos convencidos de que la transformación digital será la palanca que permitirá controlar mejor el ciclo completo del agua avanzando en los objetivos de sostenibilidad y competitividad.

Un reto para las empresas tecnológicas proveedoras que marca el camino a seguir: ofrecer tecnología y digitalización para ayudar a todos los profesionales del sector agrario y, al mismo tiempo, preservar el medio ambiente.

En muchas ocasiones, se ha dicho que los datos son el petróleo del siglo XXI. Y así es: entre sus múltiples usos, los datos nos permiten disponer de información in situ sobre el estado de la producción, lo que facilita la optimización y la correcta gestión de los procesos.

Ninguna modernización y paso adelante en digitalización es posible sin ellos, ya que son capaces de medir de manera eficiente y fiable y a su vez compartir y permitir al sistema de control interpretar y tomar decisiones adecuadas.

Desde las empresas tecnológicas tenemos la responsabilidad de dar respuesta a la situación que vive el sector del agua, ofreciendo plataformas operativas para la gestión en remoto de los equipos -depuración, regadíos, sistemas de canalización y bombeo, reciclado de aguas, etc.-. Soluciones tecnológicas que favorezcan la digitalización de los procesos, optimicen el rendimiento, minimicen los costes y mejoren la eficiencia de los equipos.

Es decir, debemos poner a disposición del sector herramientas tecnológicas y digitales que permitan recopilar datos y revelar información de valor con total transparencia.

Así, se podrán adoptar medidas que permitan reducir los tiempos de inactividad, ampliar la vida útil de los equipos, reducir los costes, asegurar las operaciones y mejorar la rentabilidad y los índices de sostenibilidad, evitando el desperdicio de agua. Sin duda se trata de una oportunidad del ahora para el sector del agua en nuestro país -y en todo el mundo- que nos permitirá garantizar un futuro más sostenible, digital y eficiente.