España se estrena en la emisión de su primer bono verde

España continúa avanzando en su camino hacia un modelo económico y social más sostenible. En los últimos años, la preocupación por el medio ambiente ha ganado protagonismo entre los ciudadanos y el Gobierno se ha hecho eco de esta demanda creciente, que ha cobrado más fuerza -si cabe- con motivo de la pandemia. Una de las últimas iniciativas que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha lanzado para impulsar la necesaria descarbonización es el lanzamiento del primer programa de emisión de bonos verdes soberanos, lo que supone un primer paso para promover que incluso desde el ámbito público se tengan en cuenta los factores ambientales a la hora de fijar las decisiones políticas.

El pasado 2 de septiembre, el Tesoro Público emitió el primer bono verde a 20 años, inaugurando así un programa que ha identificado más de 13.600 millones de euros de gasto verde elegible para financiar proyectos dirigidos a la mitigación y adaptación al cambio climático, el uso sostenible y la protección de recursos hídricos y marítimos, la transición hacia una economía circular, la prevención y control de la contaminación, y la protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas.

Con esta primera emisión, el Ejecutivo espera captar entre 3.000 y 4.000 millones en obligaciones del Estado a cinco, siete y diez años. Asimismo, prevé colocar entre 250 y 750 millones en obligaciones del Estado indexadas a la inflación.

El Marco español ha recibido la máxima calificación posible y la mayor obtenida por un emisor soberano europeo hasta la fecha por parte de Vigeo Eiris; también la agencia de calificación Moody’s le ha concedido la nota crediticia más alta, al nivel de Francia o Reino Unido.

Según el Observatorio Español de la Financiación Sostenible (Ofiso), las colocaciones de este tipo se dispararon en nuestro país un 70% en el primer semestre del año en comparación con el mismo periodo de 2020, hasta alcanzar los 15.103 millones de euros. Esta cifra incluye las emisiones realizadas por los cuatro actores activos en este sector: entidades financieras y empresas, el ICO y las comunidades autónomas.

Los bonos verdes -aquellos que financian proyectos que benefician al medio ambiente- subieron un 70% en relación al mismo periodo de 2020. Los sociales (dirigidos a solventar problemas relacionados con la Sanidad, el empleo o la exclusión, entre otros), cayeron un 45% “por efecto de la mejora de la pandemia”, y los sostenibles (que combinan características de los dos anteriores) registraron un incremento de un 112%. Los 1.250 millones restantes ligados a la sostenibilidad (SLB), corresponden a la emisión realizada por Repsol, pionero en España en este tipo en este tipo de emisiones.