Agbar se integra en la matriz de Veolia como activo estratégico

Una vez suscrito el acuerdo para la fusión entre Veolia y Suez, la multinacional francesa descarta prescindir de la compañía catalana por considerarla capital en sus planes de expansión por Latinoamérica y por su experiencia en la gestión integral del ciclo del agua

Tras meses de negociaciones, encuentros y desencuentros, Veolia y Suez han conseguido alcanzar un acuerdo para consolidar su fusión tras fijar en 20,50 euros el precio por acción de Suez. Con esta operación, Veolia aspira a convertirse en un "campeón mundial de la transformación ecológica" al configurar un grupo de gestión de residuos y tratamiento de aguas que prevé facturar anualmente cerca de 37.000 millones de euros.

El acuerdo supone la ruptura de los procedimientos judiciales en curso y la retirada de todos los litigios iniciados por ambas compañías. También contempla la rescisión del pacto de Suez en Australia para vender a Cleanaway, su negocio de reciclaje en ese país por un valor de unos 1.600 millones de euros, así como la suspensión de cualquier otra cesión significativa, lo que permite a Veolia adquirir todos los activos designados como estratégicos en la oferta presentada el pasado 8 de febrero ante la Autorité des marchés financiers de Francia.

Entre los activos estratégicos, la multinacional gala incluye a Agbar, la Sociedad General de Aguas de Barcelona, que gestiona el agua de diferentes municipios tanto en España como en Latinoamérica a través de su filial, Aguas Andinas, y que pertenece a Suez desde el año 2014. El grupo francés compró a a Criteria Caixa el capital que aún le faltaba (24,14%) de Agbar y, a cambio, la entidad bancaria se quedó con cerca de un 6% del capital de Suez.

Oportunidad de desarrollo

El interés de Veolia por Agbar es tal que la firma ha decidido integrarla directamente en su matriz. Y es que la compañía española ofrece a la francesa una importante oportunidad de desarrollo ya que, mientras el principal negocio de Agbar se centra en la gestión del ciclo integral del agua, Veolia se dedica principalmente al sector energético y servicios a clientes industriales y terciarios, dos actividades complementarias que, además, permitirán consolidar la posición de esta última en Latinoamérica.

Suez, por su parte, se quedará con un volumen de negocio reducido a unos 7.000 millones de euros frente a los 17.000 actuales, ya que Veolia ha anunciado su intención de crear una filial “sostenible desde el punto de vista industrial y social” a la que prevé denominar Nueva Suez, y que se encargará de desarrollar en el largo plazo y en solitario activos de diversas geografías como Italia (incluida la participación en Acea), República Checa, África (incluido Lydec), Asia Central, India, China, Australia y otras actividades digitales y ambientales globales, además de las relacionadas con aguas municipales y residuos sólidos de Suez en Francia (incluido el Cirsee, el principal centro de investigación del país).

El nuevo Suez estará controlado por un grupo de accionistas que tendrán que ser “mayoritariamente franceses”, entre los que habrá “socios financieros” de ambos grupos y también empleados.

Tras el acuerdo de fusión, Veolia no sólo ha reiterado las garantías sociales que había propuesto en su oferta inicial por un periodo de cuatro años para los trabajadores de Suez, sino que también ha anunciado que integrará en los equipos de dirección centrales y en cada país a directivos del que hasta ahora era su principal competidor directo.

Una negociación de ocho meses

Veolia anunció el pasado verano la compra del 29,9% de Suez, que hasta entonces estaba en manos de la energética Engie, y después declaró su intención de hacerse con el 70,1% restante mediante una OPA que rápidamente fue considerada hostil y que originó un conflicto al que se puso fin el pasado mes de abril con un principio de acuerdo sellado por ambas compañías, que deberá concretarse en un compromiso definitivo detallado antes del 14 de mayo. “Hemos alcanzado un acuerdo de principio que reconoce el valor de Suez. Estaremos atentos a que se cumplan las condiciones para alcanzar un acuerdo definitivo que ponga fin al conflicto entre nuestras dos empresas y ofrezca perspectivas de desarrollo”, señaló Philippe Varin, presidente del Consejo de Administración de Suez.

El precio de 20,50 euros por acción pactado finalmente por ambas compañías para seguir adelante con el proceso de fusión representa una prima del 13,9% respecto a los 18 euros por título ofrecidos inicialmente por Veolia para adquirir el 70,1% de la empresa, y que fueron rechazados por Suez al considerar que no valoraba adecuadamente la empresa y supondría su desmantelamiento.

Por su parte, el presidente y consejero delegado de Veolia, Antoine Frérot, ha afirmado que el acuerdo “permitirá construir el campeón mundial de la transformación ecológica en torno a Veolia”.