Nestlé quiere crear una red nacional para reciclar cápsulas de café

La compañía, que implantó hace diez años un sistema de recogida selectiva para sus marcas Nescafé Dolce Gusto y Nespresso, ofrece ahora al resto de fabricantes la posibilidad de implicarse en su sistema y crear una solución conjunta que beneficie a todo el sector

Su uso, cada vez más extendido, encuentra en la comodidad y en la rapidez los dos argumentos más potentes. En nuestro país, el movimiento de introducir una de estas cápsulas en la cafetera se repite diariamente entre cuatro y seis millones de veces, aunque el paso posterior, el de su correcto reciclaje, está todavía lejos de acercarse a esa cifra. Nestlé dispuso hace ya diez años un sistema de recogida selectiva con el que, además de procurar un tratamiento adecuado a estos desechos, ha pretendido hacer partícipes a los usuarios de que estas cápsulas de aluminio o plástico no son simples envases, y la compañía, junto a sus marcas Nescafé Dolce Gusto y Nespresso, ofrece ahora a los fabricantes de café la posibilidad de implicarse en su sistema y construir, de forma conjunta, una red de reciclaje global para las cápsulas en España.

Desde 2011, y en espacios habilitados en colaboración con ayuntamientos y organismos municipales, además de en sus propias tiendas, la empresa suiza trata así de recopilar estos residuos, procurando un segundo uso tanto al aluminio y al plástico de sus carcasas como a los propios posos de café.

Ahora, con la invitación a otras empresas del sector a sumarse a su sistema, Nestlé tiene la voluntad de multiplicar las cifras que alcanza hoy por sí misma, esperando ofrecer una solución a todo el sector.

“Esta decisión se alinea con nuestras iniciativas globales para dar forma a un futuro sin residuos e impulsar el cambio de comportamiento hacia una economía circular, dando una segunda vida a nuestras cápsulas”, sostiene Thomas Reuter, director general de Nespresso España.

Arroz solidario

Los restos de café que el sistema de reciclaje de Nestlé recopila son separados en una planta de compostaje donde expertos en gestión de residuos separan los posos de sus recipientes mediante un proceso mecánico. Así, el café ya filtrado se utiliza para enriquecer un compost con el que luego fertilizar naturalmente arrozales del Delta del Ebro, en Tarragona.

Es el proceso que estableció, hace 10 años, el proyecto Nespresso Arroz Solidario, que se completa con la compra de esas cosechas y su donación a la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal). Nestlé colabora con los 56 Bancos españoles, beneficiando a un millón de personas al año.

Desde 2011, año en el que Nespresso puso en marcha esta iniciativa, la firma ha logrado triplicar la cantidad de compost generada, y plantea ahora tratando de implicar a las empresas tostadoras españolas engrosar las cifras de forma exponencial.

Bicicletas, bolígrafos u ordenadores

El reciclaje de las carcasas de las cápsulas continúa siendo el mayor reto para la compañía, puesto que la mayoría de los ciudadanos entiende que deben ser depositadas en los contenedores amarillos.

En el caso de Nespresso, el aluminio de las carcasas puede ser reconvertido en piezas para bicicletas o patinetes, en material de oficina o en componentes del ordenador, entre otros usos. Las de Dolce Gusto, de plástico, son trituradas e integradas en un proceso de obtención de granza, material utilizado para elaborar otros productos o mobiliario urbano como bancos y papeleras.