El agua vuelve al cauce del río Palancia tras más de cinco décadas

Los trabajos de restauración fluvial que ha desarrollado la Confederación Hidrográfica del Júcar han permitido recuperar 8,3 kilómetros de este río valenciano que estaban secos por un canal de derivación de aguas construido a principios de la década de los 70

El Palancia es un pequeño río costero de la Comunidad Valenciana. Nace en la sierra de El Toro, concretamente en el paraje denominado el “estrecho del collao del cascajar” (provincia de Castellón), y desemboca entre Sagunto y Canet de Berenguer (Valencia), tras 85 km de recorrido. Debido a su alto valor ecológico, en 1988 la cabecera del río fue recogida en el Inventario de la Confederación Hidrográfica del Júcar, como espacio natural a proteger.

Sin embargo, 8 kilómetros de su cauce han permanecido secos durante las últimas 5 décadas, debido a la existencia de un canal de derivación de aguas. Hoy, gracias a un proyecto de recuperación fluvial llevado a cabo por la CHJ en colaboración con diferentes agentes sociales, se ha conseguido recuperar la conectividad y el Palancia vuelve a fluir al completo por su camino natural.

Un problema histórico

Este proyecto de restauración ambiental ha conseguido poner fin a un problema cuyo origen se remonta a la década de los 60, cuando aparecen unas fuertes filtraciones en el cauce del rio que ponen en riesgo los pequeños regadíos de la zona. Para atajar este problema, la Confederación Hidrográfica del Júcar decidió ejecutar unas obras de derivación entre los municipios castellonenses de Viver y Jérica y levantar un canal paralelo para que el agua circulara por él. El objetivo era asegurar el abastecimiento de los regadíos, pero también mejorar el llenado de un embalse ubicado aguas abajo, evitando la infiltración del agua a los acuíferos cercanos. Finalizadas las obras, las aguas del Palancia fueron derivadas mayoritariamente por el canal, provocando que el río quedara seco de forma permanente durante más de 8 kilómetros.

En el año 2013, la ONG AEMS-Ríos con Vida denunció esta situación y la Confederación Hidrográfica del Júcar comienza a estudiar el caso e inicia los trabajos de caracterización hidrogeológica con el objetivo de adoptar soluciones integradoras.

En 2019, la presidencia del organismo de cuenca decidió anular el funcionamiento del canal y comenzar un periodo de pruebas lo suficientemente largo que permitiera encontrar la solución definitiva y modificar la gestión hidráulica trabajando con todos los agentes afectados.

“Este cambio en el modelo de gestión respeta el regadío de la zona, no afecta a los recursos hídricos gestionados desde el Embalse del Regajo y permite el libre flujo de las aguas del Palancia por su cauce”, aseguran desde la Confederación.

En cuanto al tramo de río, la CHJ asegura que ha comprobado que se trata de un río temporal, es decir, el agua no siempre discurre por el cauce, y por tanto, su régimen hidrológico es cambiante pudiendo encontrar diferentes tipologías de río (con caudal, pozas, o tramos secos durante algún tiempo) en función de la estación, del año hidrológico y del recorrido.

Asimismo, la Confederación destaca que el papel de la gobernanza del agua en este proyecto ha sido la clave del éxito. “Con ella se ha conseguido una interrelación equilibrada entre la Confederación Hidrográfica del Júcar y los distintos actores que ha permitido la adopción de cambios eficientes en los modelos de gestión con el fin de cumplir los objetivos de la Directiva Marco del Agua”, señala.

“Si tenemos en cuenta la situación de despoblación de las zonas rurales es fácil comprender que las medidas que se adopten para la recuperación ecológica de los ríos deben venir consensuadas por los usuarios y población del territorio. Esto solo es posible con un cambio de mentalidad en la gestión del agua, no sólo por parte de la Administración, sino de toda la sociedad”, añade.