Renovables, vitaminas para el mundo rural

Hace unos años, un compañero de trabajo me explicó que no tomaba complementos vitamínicos porque había estudios que mostraban que su ingesta era mayor en personas enfermas y, evidentemente, él no quería enfermar. Tras unos segundos, le hice una sencilla pregunta: ¿esos estudios mostraban relación causal o simplemente señalaban que esos dos sucesos eran simultáneos? Si no nos dicen “los complementos vitamínicos generan enfermedades”, una relación causal, de nada vale lo anterior. Perfectamente la simultaneidad de sucesos podría explicarse porque las personas enfermas necesiten un aporte adicional de vitaminas y elijan tomarlas así. Habría mil ejemplos como este.

Esta discusión es similar a la que últimamente está apareciendo a la hora de hablar del desarrollo renovable. Muchas de las inversiones del actual desarrollo renovable se realizan en entornos rurales y esta es una de las principales ventajas que, desde APPA Renovables, hemos defendido siempre. Las renovables crean empleo y riqueza en zonas con riesgo de despoblación. Sin embargo, cuando desde algunos grupos se trata este tema, se agradecen las inversiones locales, se agradecen los empleos generados y después siempre aparece un enorme “pero”. Y, como dijo Benjen Stark en Juego de Tronos, “nada de lo que se diga antes de la palabra “pero”, cuenta realmente”.

Los motivos que se aducen entonces para criticar el desarrollo renovable son diversos: el número de empleos generado no es el esperado, la eólica o la fotovoltaica ocupan hectáreas que antes tenían otros usos, la eólica mata aves -o estresa a las vacas, que también lo he oído-, estropea el paisaje y, en última instancia, se concluye que, poco más o menos, la implantación de energías renovables en la comarca es la culpable de la despoblación.

En primer lugar, hay que explicar que, en el caso concreto de la eólica, hay dos factores fundamentales que marcan la ubicación de los parques. El primero es la posibilidad de conexión a red: si no se puede verter la electricidad, no hay negocio. El segundo es la disponibilidad de recurso. Que haya viento; mucho viento. Esto limita los buenos emplazamientos a zonas que ni siquiera suelen ser amables para el pastoreo. Eso sí, suelen ser visibles debido a la altura en la que se ubican. En un foro sobre eólica, un crítico denunciaba que, volviendo a Barcelona desde Madrid, los parques eólicos estropeaban el paisaje; como si la A-2 con sus numerosos carriles se mimetizase con el entorno o los vehículos que por ella circulan hicieran menos ruido que los aerogeneradores.

En segundo lugar, es importante reconocer que parte de las críticas tienen algo de razón y que estos comentarios muchas veces ayudan a mejorar. Por ejemplo, el Instituto Noruego de Investigación sobre Naturaleza concluyó que pintar una de las tres palas de negro reducía en un 70% la mortalidad de aves, o que la luz ultravioleta podía ser un aliado al ser detectada por estos animales y reducir así el riesgo de colisión. Bienvenidas sean todas estas aportaciones. Pero, en cualquier caso, los números hay que ponerlos en su contexto: según el Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos, los aerogeneradores provocaban la muerte de entre 140.000 y 500.000 aves al año, mientras que sólo los impactos contra ventanas alcanzaban cifras de entre 100 y 1.000 millones. Así que hablaríamos de que las ventanas matan anualmente entre 200 y 7.000 veces más aves que los aerogeneradores.

Otras iniciativas para que el uso intensivo de suelo no sea excluyente son las que consisten en combinar actividades. De hecho, es bien sabido que la actividad propia de los parques eólicos es perfectamente compatible con otras muchas. Y no sólo eso: recientemente, una importante compañía eléctrica anunció que plantaría calabacín, brócoli y alcachofa bajo los paneles solares, buscando la complementariedad de la generación eléctrica con la agricultura -algo extensible a la ganadería o la apicultura-. Como vemos, hay muchas alternativas y lo que debemos hacer es velar para que el desarrollo renovable sea también sostenible, sin olvidar cuáles son las otras opciones y a dónde nos llevan, o los múltiples beneficios que las renovables nos brindan.

Las renovables obedecen a una necesidad de generar energía con fuentes autóctonas y evitar el cambio climático, por lo que cualquier solución energética que propongamos -y las renovables son la que hemos escogido a nivel mundial- han de contraponerse con los problemas que la polución o el cambio climático nos traen. Situar y entender bien el contexto, en definitiva. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, más de 25.000 muertes prematuras son atribuibles a la contaminación atmosférica cada año en nuestro país. De largo, catorce veces más que los accidentes de tráfico y atropellos. Mitigar esto debe ser una prioridad para cualquier sociedad que pretenda mejorar su futuro.

Adicionalmente, las renovables tributan a nivel local y regional allí donde se instalan, algo que reconocen las administraciones públicas, y crean empleos. ¿Cuántos empleos? Depende mucho de la tecnología. Biomasa, hidráulica, eólica o fotovoltaica son tecnologías que, siendo todas renovables, generan un rango de empleo muy dispar, aunque siempre beneficioso. Por supuesto, en las etapas de construcción la generación de puestos de trabajo es mucho mayor que en la operación y mantenimiento, pero, más allá de ello y según el Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España, las energías verdes generaban ya más de 95.000 empleos en el año 2019, siendo uno de los pocos sectores con importante crecimiento durante la crisis y que, previsiblemente, seguirá creciendo en el futuro.

Finalmente, no olvidemos que la fusión de Transición Ecológica y Reto Demográfico en un solo Ministerio no es una coincidencia. Las renovables, pilar fundamental de esta Transición, son una magnífica herramienta para dinamizar las economías rurales. Y, por supuesto, no debemos confundir algo que sucede en el tiempo -despoblación y desarrollo renovable- con una relación causa-efecto. Las renovables no son la causa de la despoblación en el entorno rural; las renovables son vitaminas para el mundo rural.