Los expertos urgen a salvar el ecosistema de la Antártida

Un reciente informe alerta de que la región polar se encuentra en una situación crítica debido a la crisis climática, y esto podría desencadenar una serie de repercusiones nefastas para la biodiversidad y la humanidad de todo el planeta

Los efectos del calentamiento global son tan significativos que están impactando en todos los puntos del planeta, y su consecuencia más evidente es la disminución de las reservas de agua dulce por derretimiento de glaciares o pérdida de masas heladas. El retroceso de estos fenómenos está cobrando especial importancia en las últimas décadas, ya que el aumento de la población mundial puede hacer que, en un futuro cercano, nos enfrentemos a un problema global de escasez de agua. Ante esta realidad, el continente antártico desempeña un papel fundamental. Se calcula que en sus 14 millones de kilómetros cuadrados se encuentra el 90% del hielo del planeta y el 70% del agua potable del mundo. Sin embargo, en los últimos años, la Antártida está siendo sometida a realidades muy negativas derivadas de la crisis climática. Así, por ejemplo, el hecho de que la temperatura media haya aumentado hasta 3ºC ha provocado que las plataformas de hielo estables ahora corran peligro -desde la década de 1950 se han perdido 25.000 kilómetros cuadrados-. Durante la reciente Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA), un grupo de expertos publicó un informe en el que se advertía de que este fenómeno está empujando a esta región polar, que conecta todas las cuencas oceánicas propiciando la habitabilidad de la tierra, hacia varios puntos de inflexión que tendrán importantes repercusiones tanto para la humanidad como para la biodiversidad.

“La Antártida está llegando a umbrales críticos y la vida en el mundo está directamente relacionada con estos efectos. Su protección no sólo nos ayudará a revivir la biodiversidad allí, sino que permitirá estimular la resiliencia de los ecosistemas marinos lejanos”, señala Andrea Capurro, investigadora visitante de la Universidad de Boston y coautora del informe, añadiendo que “al nutrir su salud estamos nutriendo la nuestra; al desarrollar su resiliencia a la crisis climática, estamos estimulando la nuestra”.

El documento alerta de que el consecuente incremento de la temperatura del océano está causando el colapso del casquete de hielo y haciendo que el nivel del mar suba varios metros. Asimismo, el aumento de la absorción de dióxido de carbono está modificando la química del océano dando lugar a la acidificación y a la posible interrupción de las redes tróficas. Las dinámicas de los ecosistemas y especies se están igualmente alterando, factor que provoca la pérdida de la biodiversidad, la modificación de los procesos biológicos y el consecuente cambio de las distribuciones geográficas de las especies, así como la dinámica de la red trófica.

“Ha quedado claro que, como parte del manejo de la crisis climática, el establecimiento de una red circumpolar de áreas marinas protegidas en el Océano Austral, entre otras acciones, contribuiría notablemente a la ciencia climática y ayudaría a desarrollar políticas relacionadas con el clima para todo el planeta”, insiste Capurro.

Asimismo, el informe enfatiza que la Comisión para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos, la organización multilateral responsable de gestionar y conservar la vida marina de la región, debe tener más en cuenta la crisis climática y le urge, más allá, a adoptar medidas que observen el Sistema del Tratado del Antártico.

Los expertos proponen expandir las protecciones del hábitat creando una red circumpolar de áreas marinas protegidas alrededor de la Antártida, incorporar las consideraciones de la crisis climática en las actuales políticas de gestión de pesca, implementar un programa de trabajo de respuesta a la crisis climática para desarrollar la resiliencia e integrar la crisis climática a las medidas de conservación y re-enfatizar la estrategia preventiva en su toma de decisiones para prevenir los cambios irreversibles a las especies que se encuentran en sus aguas.

“Los gobiernos tienen la oportunidad de promover estrategias de mitigación del cambio climático si priorizan esfuerzos de conservación de la Antártida”, enfatiza Andrea Kavanagh, directora de los esfuerzos de conservación de la Antártida y el Océano Austral de The Pew Charitable Trust.