Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2): “España está llamada a convertirse en un ‘hub’ de hidrógeno renovable”

Ingeniero de profesión y de vocación, Javier Brey se define como un “apasionado” del hidrógeno, elemento con el que lleva trabajando más de 20 años. Como presidente de la AeH2 está participando en uno de los momentos más apasionantes de su historia: el despegue de una economía basada en el uso de energías limpias.

Por su capacidad para almacenar energía verde y descarbonizar sectores difíciles de electrificar, el hidrógeno se presenta como un vector energético clave en el proceso de transición energética.

Consciente de ello, la Unión Europea presentó en 2020 tres iniciativas que subrayan el papel fundamental que desempeñará este elemento en el camino hacia una economía libre de CO2. El Gobierno de España quiere ir un paso más allá y convertir al país en una "potencia mundial" en hidrógeno renovable. Así, el pasado octubre aprobó la Estrategia del Hidrógeno.

Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), detalla las principales características que pueden posicionar al país a la cabeza del sector.

El Gobierno aprobó el pasado 6 de octubre la Hoja de Ruta del Hidrógeno Renovable. ¿En qué consiste este documento?

La Hoja de Ruta es la continuación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), en el que se explica cuáles son los objetivos y medidas que se van a poner en marcha para acompasar el hidrógeno verde con las energías renovables de aquí a 2030. Contempla una inversión conjunta de empresas y Administración de 8.900 millones para los próximos 10 años, y el Gobierno ya ha puesto encima de la mesa los primeros 1.500 millones.

El documento señala que se van a instalar
4 GW de electrolizadores para producir hidrógeno verde, y que en 2030 el 25% del hidrógeno que se utilice en la industria debería tener un origen renovable.

También recoge la puesta en marcha de proyectos de almacenamiento y gestión de las renovables utilizando hidrógeno y explica que deberíamos tener 150 estaciones de servicio y 7.500 vehículos de hidrógeno en los próximos 10 años.

La Hoja de Ruta va acompañada de un borrador sobre la estrategia de almacenamiento de energía, y un anteproyecto de ley de cambio climático, en los que aparecen referencias al hidrógeno.

En definitiva, el documento completa la estrategia sobre renovables y descarbonización introduciendo un nuevo capítulo que trata, exclusivamente, sobre el hidrógeno.

El hidrógeno que se fabrica en España no es renovable, sino fósil. De hecho, la primera planta de hidrógeno verde no estará operativa hasta 2022. ¿Cuáles son las diferencias entre el hidrógeno fósil y el verde?

En España producimos y consumimos 500.000 toneladas de hidrógeno al año, y el 95% es fósil, porque se obtiene mediante reformado de combustibles fósiles, como el de gas natural, un proceso que consiste en mezclar gas natural con vapor de agua para conseguir hidrógeno y CO2, que después se emite a la atmósfera. A este hidrógeno de origen fósil también se le llama marrón o gris.

El hidrógeno renovable o verde, se obtiene a través de la electrolisis de agua, un sistema a través del cual se descompone la molécula del agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2) utilizando corriente eléctrica. Es un proceso más limpio, porque únicamente produce oxígeno como residuo y la electricidad puede proceder de energías renovables.

La industria española utiliza sobre todo el reformado de gas natural porque es más barato, y la electrolisis se realiza solo cuando el usuario quiere una mayor pureza. Si la ley obligara a utilizar un hidrógeno libre de CO2 se podría hacer la famosa captura y secuestro de CO2, pero de esta forma se sigue dependiendo de importaciones de gas natural y, además, incrementaría los costes del proceso, dejando de ser atractivo para la industria.

Hasta ahora, el principal obstáculo para el desarrollo de la industria era la falta de una estrategia política que diera seguridad a los inversores y a las empresas que se dedican a esta actividad. ¿Cómo valora el respaldo del Gobierno y su apuesta por tratar de convertir a España en líder mundial del hidrógeno renovable?

Valoramos el respaldo del gobierno muy positivamente. En la asociación hemos contribuido activamente a elaborar la Hoja de Ruta, y ahora estamos diseñando la Agenda Sectorial de la Industria Española del Hidrógeno. Como dice, lo que faltaba no era tecnología ni oportunidad de mercado, sino empezar a escribir una estrategia, que ahora hay que continuar completando. La Agenda Sectorial analiza la situación actual de la industria española y da recomendaciones sobre cómo posicionarnos adecuadamente.

En España tenemos un gran potencial en energías renovables. De hecho, podríamos producir todo el hidrógeno renovable que necesitamos para alimentar nuestros cuatro sectores -energía, industria, transporte y residencial-, pero, además, podríamos exportar equipos e hidrógeno al norte de Europa, que va a necesitar mucho más hidrógeno del que va a poder producir.

Nos encontramos ante una enorme oportunidad porque no sólo vamos a poder producir hidrógeno renovable para autoabastecernos y exportarlo sino que, además, el hidrógeno que Europa importe del norte de África necesariamente va a pasar por España, y esto va a hacer que nos convirtamos en un hub de hidrógeno renovable.

¿Hay alguna región española que destaque en cuanto a desarrollo de hidrógeno renovable?

Todas las regiones españolas van a tener oportunidades, pero no necesariamente las mismas. Las comunidades que tengan mayor facilidad para producir energía renovable se centrarán en la producción, y otras que son manifiestamente industriales seguramente se especialicen en la fabricación de equipos

¿Qué características confieren al hidrógeno valor como vector energético?

El hidrógeno puede ser limpio tanto en su producción como en su uso, ya que puede generarse mediante fuentes de energías renovables evitando toda emisión de CO2 en su producción, y utilizarse de modo que solo emita vapor de agua. Todo esto lo convierte en un vector energético limpio.

España se ha marcado objetivos muy ambiciosos para 2030: multiplicar por cuatro la potencia instalada de energía solar (termosolar y fotovoltaica), y por dos la eólica. ¿Cómo puede ayudar el hidrógeno a conseguirlo y qué posibilidades ofrece para este contexto de transición?

El hidrógeno permite que la energía eléctrica sobrante, que en España será, previsiblemente, en 2030, del orden de son 17 teravatios/*hora (TWh) durante en los primeros seis meses del año), se pueda trasladar al otro semestre, para poder utilizar las renovables todo el año. 17 TWh es una gran cantidad, equivalente a la energía que consume Madrid en un año, y podemos gestionarla convirtiéndola en hidrógeno, que servirá para producir energía de nuevo, como un sustituto del gas natural o como un combustible limpio para alimentar a más de tres millones de vehículos al año

Para que el hidrógeno se vuelva tan ubicuo como el gas natural se necesitaría diseñar un importante programa para mejorar y construir infraestructuras. ¿Existen en la actualidad opciones rentables?

Efectivamente, necesitamos adecuar y actualizar las infraestructuras que existen en la actualidad para que permitan cada vez un mayor porcentaje de hidrógeno. A medida que la implementación y despliegue de tecnologías e infraestructuras vaya avanzando, será cada cada vez más fácil conseguirlo, hasta que en los próximos años llegue a ser competitivo con el gas natural. En ese momento España estará muy bien posicionada, porque será capaz de producir la alternativa al gas natural.

¿En qué medida ayudarán los fondos europeos a acelerar los planes que ya existían para el hidrógeno?

Estos fondos van a servir de catalizador para que la economía del hidrógeno empiece a rodar.

Todavía no tenemos vehículos de hidrógeno en España porque no hay infraestructura, y no la hay porque de momento no hay ningún vehículo impulsado por hidrógeno.

El hidrógeno renovable apenas se utiliza en la industria porque, al no producirse a gran escala, no es competitivo. Cuando esto pase, los electrolizadores y la electrolisis serán cada vez más baratos y, por lo tanto, el precio del hidrógeno verde también bajará. Pero de momento no se produce a gran escala porque no hay demanda.

Esos círculos viciosos que nos impiden el desarrollo de la tecnología, son los que se logra eliminar mediante los fondos europeos, que van a llamar también a que se movilicen fondos privados, porque no podemos depender únicamente de subvenciones, hay que movilizar a la industria privada.

¿Cuáles son los principales beneficios de su utilización en la movilidad?

Los vehículos eléctricos son una solución parcial, porque los tiempos de recarga son muy largos, la autonomía todavía es limitada y esta tecnología no es apta para cualquier medio de transporte.

El hidrógeno, en cambio, se puede utilizar en cualquier sector y, además, proporciona las mismas características que las de un vehículo convencional.

Por ejemplo, en el caso de un automóvil, los tiempos de recarga son de cinco minutos y la autonomía es de 700 kilómetros. Los vehículos llevan un deposito de hidrógeno y una pila de combustible que va produciendo energía eléctrica y emite sólo agua como residuo. Son vehículos eléctricos sin batería.

¿Qué posibilidades ofrece para reducir emisiones en algunos de los sectores más contaminantes, como el transporte de mercancías o la aviación?

Todos ellos pueden utilizar el hidrógeno, que tiene cero emisiones, como combustible.

En el caso de los aviones, el hidrógeno puede quemarse directamente, como se hace en los cohetes espaciales, o emplearse para producir combustible sintéticos; de hecho, Airbus planifica fabricar para 2035 un avión de pasajeros propulsado por hidrógeno.

Y también los barcos pueden utilizar esta tecnología. Navantia está desarrollando submarinos con una pila de combustible a bordo.

El hidrógeno, además, tiene capacidad para convertirse en una palanca que impulse la economía circular, ya que puede ser producido a partir de residuos, mejorando así la eficiencia en el uso de recursos. ¿Cuáles son sus principales ventajas para el tratamiento de residuos industriales o procedentes del sector agrario?

Así es, además de electrolisis, también podemos producir hidrógeno renovable a través de biomasa o biogás. Esto, evidentemente, tiene una penetración menor en la economía del hidrógeno pero no es despreciable en absoluto.

La producción de hidrógeno es local y cada provincia podría tener su propia estrategia. Una sería que utilizase residuos orgánicos o aguas de vertedero para producir un hidrógeno que también es considerado renovable y verde.