El papel de las normas en
la transición ecológica

La transición ecológica es uno de los pilares de la recuperación económica. De hecho, el Plan Europeo de Recuperación (Next Generation EU), dotado con 750.000 millones de euros, dedica un importante capítulo a impulsar la transición ecológica y digital. De esta cantidad, España recibirá hasta 140.000 millones de euros en transferencias y créditos en los próximos años y nuestro país dedicará más de un 30% de estos fondos a la transición ecológica. En este contexto, las organizaciones tienen a su disposición unas eficaces herramientas para abordar con éxito la transición ecológica: las normas técnicas, más conocidas como estándares.

La normalización lleva décadas apoyando a la UE en la reglamentación de multitud de materias y, particularmente, en el ámbito de la sostenibilidad; y lo continúa haciendo ahora, dando soporte al Pacto Verde Europeo. Tal como reconoce la UE: La Comisión seguirá trabajando en nuevas normas para el crecimiento sostenible y utilizará su peso económico para dar forma a normas internacionales en línea con las ambiciones medioambientales y climáticas de la UE.

Además, el Consejo de la UE ha subrayado el papel esencial de la normalización para avanzar en la actual recuperación económica que afronta Europa. Estas conclusiones están recogidas en el documento “Una recuperación que haga avanzar en la transición hacia una industria europea más dinámica, resiliente y competitiva”, donde los países miembros de la UE destacan la importancia de un sistema europeo de normalización eficaz que apoye los objetivos del liderazgo tecnológico europeo, fundamentalmente en las áreas de transición ecológica y transformación digital.

En este contexto, las normas técnicas tienen mucho que aportar, ya que son el lenguaje común europeo. Las normas armonizan las buenas prácticas y proporcionan herramientas fiables y consensuadas a empresas y legisladores. Existen numerosas áreas de normalización con capacidad para impulsar la transición ecológica: desde la economía circular, hasta el cambio climático, pasando por la eficiencia energética, la movilidad, las finanzas sostenibles o la compra verde, entre otras.

.Por ejemplo, en el ámbito de la economía circular, el nuevo Plan de Acción lanzado por la Comisión Europea en 2020 identifica la normalización como un elemento facilitador para conseguir los objetivos en distintos campos.

El Comité Técnico de Normalización CTN 323 de la Asociación Española de Normalización, UNE, se centra en la economía circular, abordándola de una forma integral y con una perspectiva multisectorial. Este comité canaliza la influencia española en los foros internacionales y europeos en los que se desarrollan estándares clave para la competitividad de las empresas españolas.

En este mismo ámbito, UNE ha creado la Comisión Consultiva sobre Economía Circular, una mesa de diálogo multisectorial y transversal entre los miembros de UNE y las Administraciones públicas en la que se analizan qué medidas se pueden poner en marcha desde la normalización para facilitar la transición.

Mientras, en la lucha contra el cambio climático es fundamental contar con metodologías que permitan determinar de forma fiable y homogénea las emisiones de gases de efecto invernadero.

Normas como la familia UNE-EN ISO 14046 o la UNE-EN ISO 14067 proporcionan requisitos para el cálculo de la huella de carbono asociada a un producto o servicio, a una organización, así como para determinar las emisiones atribuidas a un proyecto de reducción de dichas emisiones.

La reciente aprobación del nuevo Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 visibiliza cómo la adaptación a los efectos del calentamiento global es otro elemento fundamental para asegurar un futuro sostenible. En esta área, la UNE-EN ISO 14090 y otras normas en elaboración proporcionan directrices para definir un marco de adaptación al cambio climático, para evaluar la vulnerabilidad, el impacto y el riesgo, y establecer planes de adaptación.

Por otro lado, la mejora de la eficiencia energética y la transición hacia energías menos contaminantes son aspectos clave en todas las políticas energéticas. La eficiencia energética puede enfocarse en el propio funcionamiento de una organización o en el producto o servicio que generan. Las normas UNE-EN ISO 50001 o la serie UNE-EN 16247 facilitan a las organizaciones la implementación de un sistema de gestión de la energía que optimice su consumo y la realización de auditorías energéticas específicamente diseñadas para los sectores del transporte, edificios y procesos industriales. Estas normas están referenciadas en la Directiva 2012/27/UE de eficiencia energética y, en el caso de la serie de normas sobre autorías energéticas, su mención en el RD 56/2016, que traspone la Directiva anterior, las presenta como alternativa para cumplir los requisitos que el RD establece para dichas auditorías.

En el campo de las energías renovables, la norma UNE-EN 16325 representa otro ejemplo de norma que da apoyo a políticas públicas al estar referida en la Directiva (UE) 2018/2001 de fomento de las renovables como referencia para los requisitos que han de cumplir las garantías de origen para que sean exactas y fiables.

Además, las normas UNE para la transición ecológica contribuyen al cumplimiento de diversos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU: ODS 7 sobre energía asequible y no contaminante; ODS 12 sobre producción y consumo responsable; ODS 13 sobre acción por el clima, ODS 13 vida de ecosistemas terrestres y ODS 17 alianzas para lograr los objetivos.

En definitiva, el apoyo que las normas técnicas ofrecen a multitud de áreas muestra el importante papel que la normalización tiene en la transición ecológica.