El agua ya es un valor de futuros en Wall Street

La escasez hídrica en California ha precipitado la salida a Bolsa de este recurso, abriendo la puerta a una temida especulación.

El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconocía explícitamente que el agua potable y segura, así como el saneamiento, son un derecho humano esencial para el pleno goce de la vida. Esta declaración hacía realidad una reivindicación social histórica que pretendía garantizar el acceso universal al agua potable. Diez años después, en plena emergencia sanitaria a causa del coronavirus, el agua ha comenzado a cotizar en la Bolsa de Nueva York. El líquido elemento se convierte así en un activo bursátil cuyo precio fluctúa en Wall Street como lo hace el del petróleo, el oro, el trigo o la soja.

Durante la pandemia, el agua se ha revelado como un bien básico y fundamental para evitar los contagios, pero también se ha puesto de manifiesto su importancia como recurso cada vez más escaso debido a las consecuencias del calentamiento global y el cambio climático.

Según señala el informe mundial de Naciones Unidas sobre el desarrollo de recursos hídricos, su uso se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años pero, a pesar de este incremento, se calcula que en el mundo hay todavía 2.200 millones de personas que no tienen acceso a agua potable.Y es precisamente su escasa disponibilidad la que ha llevado a los inversores a interesarse por él.

Así, desde principios de diciembre, el mercado de futuros de materias primas de Wall Street incluye el agua como un valor a cotizar. Debutó con un precio de 486,53 dólares por acre-pie, medida equivalente a 1.233 metros cúbicos, y bajo el indicador Nasdaq Veles Califonia Water Index (NQH2O). Los contratos de futuros no requieren entrega física y son puramente financieros, basados en el precio semanal promediado entre las cinco principales cuencas fluviales de California hasta 2022 ya que, por el momento, el valor hídrico únicamente afecta a este estado, aunque podrá ser usado como referente para el resto del mundo.

Posibles repercusiones

California es uno de los estados norteamericanos más intensivos en el sector de la agricultura -Los Ángeles floreció a principios del siglo XX gracias a la compra masiva de derechos de agua- pero en el último año ha visto como el valor de este recurso de duplicaba debido a la escasez.

El nuevo índice permitirá a los agricultores y ganaderos, así como a los grandes consumidores industriales de este recurso, no tener que recurrir a una estimación aproximada del precio futuro, sino que dependerá de cuáles sean las expectativas de los principales actores de este mercado.

En casi todo el planeta, las leyes garantizan el carácter de bien común y de dominio público del agua, aunque avalan igualmente la práctica de otorgar sus derechos de uso mediante concesiones administrativas. Así, el valor que ha empezado a cotizar en la Bolsa de Estados Unidos no es el recurso en sí, sino sus derechos de utilización.

En teoría, este sistema debería ayudar a asegurar los precios en el futuro, a hacer más eficiente el mercado del agua y a que los agricultores o municipios no tengan problemas de abastecimiento, protegiéndose así de los vaivenes de los mercados y evitando el robo y la proliferación de pozos ilegales, una práctica muy habitual que, en el caso de España, está poniendo en peligro la supervivencia de acuíferos tan importantes como Doñana o las Tablas de Daimiel. Sin embargo, algunos expertos temen que se acabe generando una burbuja especulativa en torno al agua, alimentada por los cada vez más nocivos efectos del cambio climático, las sequías y el crecimiento demográfico.

En este sentido, Pedro Arrojo-Agudo, delegado de la ONU, sostiene que el nuevo contrato de CME Group Inc., empresa que lanzó el primer acuerdo de comercio de futuros de agua del mundo, podría atraer el interés de los fondos de cobertura y los bancos junto con los agricultores, las fábricas y los servicios públicos que buscan fijar los precios del líquido vital.

"No se puede poner un valor al agua como se hace con otros productos básicos comercializados. El agua es de todos y es un bien público. Está estrechamente ligado a todas nuestras vidas y medios de subsistencia, y es un componente esencial para la salud pública", remarca Arrojo-Agudo.

El carácter local de la estimación, circunscrito únicamente al estado de California, presenta todavía una potencialidad limitada sobre el precio del agua a escala mundial. No obstante, los analistas apuntan a que, de adquirir popularidad estos futuros, es cuestión de tiempo atraigan la atención de más inversores, y no sólo en Estados Unidos, por lo que no descartan que los títulos terminen adquiriendo un carácter global.

De hecho, no es la primera vez que se genera un mercado en torno al agua o sus derechos de uso. En Australia es posible invertir en fondos que tienen parte de un río o un lago, y en Chile el gobierno puso en marcha un mecanismo que permitía a los inversores agrícolas asegurarse de que siempre dispondrían de este recurso. Si bien este mecanismo impulsó el crecimiento económico del país, resultó un desastre desde el punto de vista medioambiental.