Vueling avanza en su apuesta por descarbonizar la aviación

La aerolínea, que ha operado su primer vuelo con combustible sostenible, pretende que en 2030 el 10% de sus viajes se realicen con carburantes alternativos.

El sector aeronáutico continúa avanzando en su proceso de descarbonización. La Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) se comprometió en 2020 a que la aviación no incrementase las emisiones de carbono a partir de ese año y a alcanzar la neutralidad climática en 2050. Para conseguirlo, se están desarrollando diversas iniciativas, entre las que destaca el uso de combustibles alternativos, que utilicen como materia prima fuentes completamente sostenibles como residuos urbanos o hidrógeno generado a través de energías renovables.

Vueling es una de las compañías más activas en este ámbito. La aerolínea perteneciente al grupo IAG ha firmado varios acuerdos de cooperación con diferentes productoras de Combustibles Sostenibles para la Aviación (SAF) con el objetivo de crear grupos de trabajo y avanzar en la introducción de este tipo de carburante en el día a día de su operativa.

Así, el pasado mes de noviembre realizó, en colaboración con Repsol, su primer vuelo con combustible de origen sostenible en la ruta entre Barcelona y Sevilla con un SAF producido en el Complejo Industrial de Tarragona a partir de biomasa.

Este vuelo con baja huella de carbono cubrió los 820 kilómetros que separan las dos ciudades consiguiendo reducir 2,5 toneladas de CO2 -lo que equivale a un 25% de las emisiones de un vuelo convencional- gracias a la utilización del biocombustible, pero también a otras medidas de eficiencia energética que la compañía lleva implementando desde el año 2012 con el objetivo de mitigar el impacto de su actividad en el medio ambiente.

Cero emisiones netas en el 2050

IAG se ha convertido en el primer grupo de aerolíneas del mundo en comprometerse a lograr el objetivo de cero emisiones netas CO2 en el año 2050, y entre los compromisos de esta estrategia destaca su apuesta por operar el 10% de sus vuelos con combustible de aviación sostenible en el año 2030. En línea con esta visión en materia de sostenibilidad, Vueling ha impulsado diferentes acciones en el marco del programa Flightpath Net Zero desarrollado por el grupo.

La compañía cuenta desde 2019 con la tercera flota más moderna de Europa que incluye 25 Airbus 320 NEO, una nueva generación de aviones que reduce un 18% las emisiones de CO2 y un 50% las de ruido -especialmente en el despegue y el aterrizaje- en comparación con el modelo anterior. Además, el 60% de la flota incorpora sharklets, unos dispositivos aerodinámicos que se colocan en los extremos de las alas y disminuyen las emisiones un 4%.

Adicionalmente, los pilotos y el personal de operaciones ayudan a impulsar la eficiencia operativa aplicando prácticas como la configuración óptima de flaps (alerones cuya función es la de aumentar la sustentación del avión a bajas velocidades), el uso de un nivel de vuelo y velocidad óptimos, un diseño adecuado de las rutas para conseguir un consumo de combustible más eficiente o la realización de las maniobras en tierra utilizando un único motor.

Asimismo, la aerolínea ha llevado a cabo diferentes iniciativas que han conseguido reducir cerca de 5.000 toneladas de CO2 al año gracias a la eliminación de peso en sus aeronaves. En el año 2019 comenzó a sustituir todos los asientos de su flota por un modelo más ligero, los slim seats, un cambio a través del cual se han dejado de emitir 35 kilos de CO2 por vuelo. En 2020 digitalizó toda la documentación de sus aviones, eliminando 75 kilos de papel por vuelo, y consiguió ahorrar más de 1.000 toneladas de combustible anuales.

Además, Vueling está trabajando junto a Enaire, gestor nacional de tráfico aéreo en España, para avanzar en la optimización de la eficiencia de vuelos y la gestión aérea. El objetivo es utilizar la tecnología para modernizar la gestión del tráfico aéreo y hacer el camino más eficiente. El resultado de esta colaboración puede llevar también a proponer una nueva planificación de vuelos que los hagan más sostenibles con el objetivo de reducir en un 10% de las emisiones de CO2.

En el ámbito de la gestión de residuos, la compañía ha eliminado el 100% de vasos, cubiertos y removedores de plástico a bordo de todos sus aviones y los ha sustituido por otros elaborados con materiales sostenibles, como madera o papel reciclado. También ha cambiado los envases alimentarios por recipientes 100% biodegradables y compostables y las servilletas son ahora de papel reciclado.