Europa presenta medidas para blindar los bosques

La Comisión adopta nuevas propuestas para atajar la deforestación, innovar en materia de gestión de residuos, rehabilitar los suelos y hacerlos más resilientes

Entre 1990 y 2020, el mundo ha perdido 420 millones de hectáreas de bosques, un área más grande que la Unión Europea, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Se trata de un fenómeno impulsado principalmente por la expansión de la agricultura que la Comisión Europea está dispuesta a frenar y, por eso, ha propuesto una nueva regulación que pretende prohibir las importaciones de aquellos alimentos y productos que los ciudadanos del bloque comunitario compren, utilicen y consuman y que fomenten la destrucción de las masas forestales.

Soja, café, cacao, aceite de palma, carne de vacuno, madera y algunos productos derivados, como el cuero, el chocolate y los muebles quedan contemplados en esta iniciativa, que debe ser ahora debatida y aprobada en la Eurocámara con el objetivo de garantizar que solo se permitan en el mercado de la UE productos legales y libres de deforestación. Las importaciones de estos productos en conjunto suponen un desembolso anual, sumando las compras de los 27, de más de 60.000 millones de euros.

La Comisión plantea que a partir del 1 de enero, todos los vendedores estén obligados a certificar que sus productos no han sido generados en terrenos deforestados y que, además, observan las exigencias legales de sus propios países de origen.

Los operadores deberán obtener las coordenadas geográficas de las parcelas donde se hayan producido los productos básicos que comercializan. Esta estricta trazabilidad pretende garantizar que solo entren en el mercado de la UE productos libres de deforestación y que las autoridades de control de los Estados miembros dispongan de los medios necesarios para comprobar que se cumple este requisito. Asimismo, la Comisión aplicará un sistema de evaluación comparativa para determinar qué países presentan un riesgo bajo, estándar o alto de producir productos o productos básicos que no estén libres de deforestación o que no se ajusten a la legislación del país productor.

Impulso al Pacto Verde Europeo

La iniciativa ha sido presentada días después del pacto alcanzado durante la celebración de la COP26 para reducir la deforestación, que avanza a un ritmo alarmante, especialmente en determinadas zonas del planeta como la Amazonía brasileña.

Según el último balance del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), la selva amazónica perdió 13.235 kilómetros cuadrados de árboles entre el 1 de agosto de 2020 y el 31 de julio de 2021. Este valor representa un aumento del 21,97% en comparación con la tasa de deforestación calculada el año pasado, que fue de 10.851 kilómetros cuadrados para los nueve estados que conforman la Amazonía Legal brasileña (ALB).

“Para tener éxito en la lucha mundial contra la crisis climática y de biodiversidad debemos asumir la responsabilidad de actuar tanto en el interior como en el extranjero”, ha declarado Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo.

Y es que según revela un informe elaborado por WWF publicado a principios de año, la Unión Europea es uno de los mayores importadores mundiales de deforestación tropical y emisiones asociadas, solo superado por China, y siendo responsable del 16% de la deforestación asociada al comercio internacional, por un total de 203.000 hectáreas y 116 millones de toneladas de CO2. El ranking elaborado por la organización señala que las ocho mayores economías europeas fueron responsables del 80% de la deforestación durante el periodo 2005-2017, encabezando Alemania, Italia y España la lista de los países con mayor impacto.

La nueva normativa pretende dotar de herramientas a los 27 para avanzar hacia una economía circular y proteger la naturaleza, elevar los estándares medioambientales y fortalecer el Pacto Verde Europeo, una de las grandes apuestas del Ejecutivo comunitario. Por eso, llega acompañada de otras dos propuestas para hacer frente a los retos que plantean los residuos ilegales y su exportación a terceros países, así como una nueva estrategia para que todos los suelos europeos se rehabiliten, sean resilientes y estén adecuadamente protegidos de aquí a 2050.

La consulta pública abierta lanzada por la Comisión con relación a esta propuesta legislativa reunió más de 1.200.000 respuestas, lo que la convierte en la segunda más popular de la historia de la UE y muestra el apoyo abrumador de los ciudadanos europeos a la lucha contra la deforestación.

Según datos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIECC), el 23% de las emisiones antropogénicas totales de gases de efecto invernadero entre 2007 y 2016 procedieron de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra, como la deforestación, el ganado y los fertilizantes

En este sentido, el nuevo reglamento también supondría una reducción de al menos 31.900.000 toneladas métricas de emisiones de carbono a la atmósfera cada año derivadas del consumo y la producción de tales productos básicos en la UE.