La rehabilitación de edificios para impulsar la recuperación económica

El COVID-19 ha sumado una doble crisis, sanitaria y económica, a la climática que ya sufrimos y que no va a desaparecer de la noche a la mañana. En este sentido, hoy es más importante que nunca “ecologizar” la recuperación económica. La Comisión Europea se está esforzando para que el Pacto Verde ocupe un lugar central en sus planes de recuperación y, según parece, vamos en buen camino con el Fondo #NextGenerationEU acordado.

La rehabilitación en profundidad de edificios permite cumplir los objetivos del Pacto Verde de la UE, garantiza el crecimiento económico y tiene un impacto positivo en las personas que se han visto más afectadas por la recesión. La rehabilitación energética es una de las medidas de recuperación económica de mayor impacto que permite garantizar el empleo a nivel local, contribuir a alcanzar los objetivos climáticos y construir una sociedad más saludable y resiliente. El principal reto es conseguir el mayor impacto posible tanto en el crecimiento económico como en la lucha contra el cambio climático y hacerlo en el período de tiempo más breve posible.

Estos últimos meses se ha vuelto a prestar atención a la importancia que tiene que los edificios tengan un alto nivel de confort y rendimiento. Incluso durante períodos de normalidad, la mayoría de las personas pasan el 90% del tiempo en espacios interiores. A causa de la implementación de las medidas de distanciamiento social y del teletrabajo, este porcentaje ha aumentado significativamente. La situación de confinamiento ha puesto de manifiesto el papel fundamental que nuestros edificios actuales deben jugar tanto ahora como en el futuro. Pedir a la población que se confine en sus hogares demuestra que invertir en iniciativas de rehabilitación es vital. Para aquellos que viven en viviendas de poca calidad, confinarse en casa significa tener que vivir en condiciones difíciles durante largos períodos de tiempo. Las viviendas de poca calidad no solo someten a sus residentes a riesgos de salud más altos, sino que también son costosas para el sistema sanitario y perjudican al medioambiente. La rehabilitación energética puede contribuir a solucionar los retos económicos actuales y, a la vez, introducir una mayor resiliencia en los edificios e infraestructuras públicas que ocuparán las futuras poblaciones.

En este sentido, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, elaboró una lista de acciones de recuperación y la recomendación de que los gobiernos de todo el mundo las tomaran como prioritarias: permitir la transición ecológica, crear trabajos medioambientalmente sostenibles, invertir en una economía más verde, contribuir a soluciones sostenibles, abordar todos los riesgos del cambio climático y cooperar con todas las partes implicadas para ofrecer mejores soluciones.

La idea de usar la rehabilitación como herramienta de recuperación económica se ha visto respaldada por todas las esferas de la sociedad. Aumentar la inversión en sistemas de movilidad sostenible, en las energías renovables y en mejorar la eficiencia energética de los edificios ayudará a fomentar una economía circular. El uso de materiales, procesos y prácticas sostenibles que permitan mejorar el parque de edificios de todo el mundo también ayudará a la humanidad a ganar en la lucha contra la crisis climática.

El clima económico actual ha puesto de manifiesto hasta qué punto la población depende de la ayuda que ofrecen los gobiernos centrales y locales para responder a esta crisis colectivamente. El sector de la construcción equivale hoy en día al 7% del empleo a nivel mundial y a entre un 11 y un 13% del PIB. Recuperarlo mediante políticas de rehabilitación, incentivos financieros y un respaldo generalizado de la sociedad puede ayudar a que las ciudades capeen las tormentas económicas que se nos avecinan. En los sectores de la construcción de los países de la OCDE, las pymes representan entre el 80 y el 90% del empleo. Ponerlas de nuevo en funcionamiento con planes de estímulo estratégicos creará beneficios inmediatos en las economías locales. Estas empresas forman la columna vertebral del sector de la construcción y estimulan las economías locales. Representan más de un 80% de los servicios y productos de valor añadido del sector.

Alrededor del 95% de las empresas de la construcción emplean 10 personas o menos, mientras que los instaladores generan dos tercios de sus ingresos a nivel local, es decir, dentro de un radio de 50 km de sus respectivos negocios. Además de todo esto, los edificios son los mayores consumidores energéticos individuales de Europa con casi un 40% de la demanda total de energía primaria y emisiones de gases de efecto invernadero.

Cada 1.000 millones de euros invertidos en la rehabilitación de edificios crean o ayudan a crear unos 20.000 puestos de trabajo. Esto incrementa la recaudación fiscal pero también conduce a una actividad económica adicional a partir de negocios conectados de manera indirecta. Si pensamos en cómo la rehabilitación energética beneficia a las comunidades locales veremos que utilizarla como medida de recuperación puede también aliviar parte de la carga económica a la que todas las ciudades deberán enfrentarse durante los próximos años.

Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, el mundo tiene que reducir las emisiones de carbono y diseñar un futuro bajo en carbono, en línea con el escenario que dibuja el objetivo de reducción del calentamiento del planeta de 1,5 ºC. Hacer que los edificios donde las personas pasan la mayor parte de su tiempo sean energéticamente eficientes es la manera más sencilla de cumplir el objetivo.

Invertir en rehabilitación energética permite que los gobiernos y las ciudades puedan ayudar a sus respectivas poblaciones a recuperarse económica y mentalmente y a relajarse más saludablemente. En un escenario actual en el que las ciudades deben afrontar tanto la pandemia actual como sus efectos posteriores, proporcionar a sus habitantes unas condiciones de vida seguras, sostenibles y confortables se ha convertido en un aspecto crucial.