El reto de construir una economía verde al servicio de la recuperación económica

El curso político que ahora comienza estará marcado, sin duda, por la pandemia y sus consecuencias. España enfrenta una recuperación que, según las palabras del presidente Pedro Sánchez, debería dar forma a una economía “más resiliente, verde, digital e inclusiva”. Pero de todos ellos, el concepto ‘verde’ deberá tener un papel fundamental.

Bruselas aprobó en julio un estímulo económico de 750.000 millones de euros (de los que 140.000 corresponden a España), para ayudar a los países más castigados por los efectos de la Covid-19. Eso sí, bajo la premisa de que el 30% de esa cantidad sea destinada a iniciativas que contemplen medidas para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, mejorar la eficiencia energética e invertir en la preservación y restauración del capital natural. Los fondos europeos serán un pilar fundamental de la nueva legislatura y siguen la estela de una de las propuestas estrellas de la candidatura de Sánchez: colocar a España a la cabeza del proceso de descarbonización de la economía mundial.

La persona elegida para liderar esta transición energética fue desde el inicio Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cuyo papel quedó reforzado tras ser elevada a la condición de vicepresidenta cuarta del gobierno de coalición PSOE-UP, un ejecutivo con fuertes convicciones climáticas que defiende su apuesta por la eficiencia, la movilidad sostenible, las energías renovables o la transición justa hacia la descarbonización.

Desde que se puso al frente del Ministerio, Ribera ha tenido que lidiar con las grandes asignaturas pendientes en materia de agua y medio ambiente, como el Pacto Nacional del Agua, o el refuerzo de los sistemas de depuración y saneamiento, comprometiéndose a aprobar el Plan DSEAR (Plan de Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización), cuyo borrador está ya concluido e impulsar planes de vivienda para luchar contra la “España Vaciada”.

Sin embargo, todos estos proyectos quedaron en pausa debido a la pandemia, que cambió las prioridades y obligó a centrarse en otros asuntos como acelerar de la futura Ley del Clima para cambiar el objetivo de emisiones cero para 2050 por el de emisiones netas cero -especialmente para las empresas relacionadas con los hidrocarburos- y planificar el proceso de desconfinamiento.

El reto de la ministra en este curso que ahora comienza consiste en combinar el desarrollo de los planes relacionados con la economía circular, el medio ambiente y la sostenibilidad y convertirlos en el pilar central para el proceso de recuperación económica, sin descuidar los asuntos que tenía entre manos antes de que estallara la crisis sanitaria.