Europa apuesta por una salida verde a la crisis sanitaria

Más de 180 representantes políticos, empresariales, sindicales y ONG piden una estrategia sostenible para paliar la recesión económica derivada del coronavirus

La voluntad política está aquí. Tenemos definidos los planes. La lucha contra el cambio climático debe ser, ahora, el núcleo de la estrategia económica”. Así se presenta el nuevo pacto verde (Green Recovery) que defiende la implantación de soluciones ecológicamente sostenibles en la estrategia económica de la Unión Europea, siendo la lucha contra el cambio climático el núcleo de esta estrategia para salir de la crisis producida por la pandemia del Covid-19.

Entre los firmantes de la gran alianza destacan figuras políticas, altos directivos de corporaciones multinacionales, representantes de conglomerados empresariales de diez sectores de producción, una confederación sindical que representa a más de 90 organizaciones y siete ONG, además de seis think tanks europeos.

Así, los promotores del manifiesto publicado el pasado 14 de abril exhortan a la Unión Europea a establecer “inversiones masivas” para desarrollar “planes de recuperación y transformación que recojan la lucha contra el cambio climático y la biodiversidad como pilar clave de la estrategia económica”.

La Green Recovery refuerza en sus tesis la carta enviada por 13 ministros de Medio Ambiente a principios de mes, en la que pedían a la Comisión Europea que no despiste sus políticas verdes y que no renuncie a sus trabajos para procurar que la economía de la Unión reduzca paulatinamente el uso de combustibles fósiles.

Ministros de los Gobiernos de Alemania, Francia, Suecia, Luxemburgo, Portugal, Italia, Finlandia, Austria y España -en este último caso, siendo firmante la vicepresidenta cuarta y titular de la cartera de Transición Ecológica, Teresa Ribera- pretenden disipar las dudas que algunos países socios, principalmente del Este, han lanzado en las últimas semanas sobre la continuidad de determinadas medidas y políticas climáticas ya adoptadas por la Unión Europea antes de que se desatara la crisis provocada por el coronavirus. Polonia, por ejemplo, ha pedido que se suspenda el sistema de comercio de derechos de emisiones (ETS) que obliga a alrededor de 11.000 industrias europeas a pagar por sus emisiones de gases de efecto invernadero, permitiendo a muchos países dejar atrás el carbón.

Además de Ministros, se adhieren a la petición 79 eurodiputados de 17 Estados miembro, quedando comprometidos a promocionar sus tesis y a procurar debates en el Parlamento de Estrasburgo que ayuden a dinamitar el que consideran un dilema erróneo entre la salvaguarda de la buena marcha económica y la lucha contra el cambio climático.

Soluciones para el mundo de mañana

Defensores de esta postura, los firmantes de la Green Recovery sostienen que las acciones y políticas para congelar las emisiones de gases de efecto invernadero y para promocionar la biodiversidad y la transformación de sectores como el agroalimentario serán “generadoras de empleo, crecimiento y mejorarán el estilo de vida de los ciudadanos”.

Asimismo, el texto reflexiona sobre el escenario que Europa y el mundo deberá enfrentar cuando la emergencia sanitaria logre ser atenuada: “En esta situación tremendamente difícil también nos enfrentamos a otra crisis: un shock para nuestra economía más duro que la crisis de 2008. La gran conmoción para la economía y los trabajadores creada por la pandemia exige una fuerte respuesta económica coordinada”. Añaden, igualmente, que las políticas deberán “desencadenar un nuevo modelo económico europeo: más resistente, más protector, más soberano y más inclusivo”, y concluyen que “todos estos requisitos se encuentran en una economía construida alrededor de los principios verdes”.

Consideran los defensores de este pacto que, además, implementar políticas respetuosas con el medio ambiente resulta en la actualidad más sencillo que en momentos pasados, como 2008, puesto que las energías renovables son hoy mucho más baratas y más rentables que entonces, los vehículos eléctricos han dejado de ser un mero prototipo y la agricultura sostenible es, más que una utopía, una realidad ya presente, aunque de forma tímida, en los campos de cultivo de la Unión.

Todos los actores se comprometen, asimismo, a trabajar de forma coordinada para “compartir sus conocimientos e intercambiar experiencias” granjeadas por las acciones individuales de cada país, empresa o asociación y respaldan, además, el Pacto Verde promocionado por la Comisión Europea desde su constitución tras las últimas elecciones, porque valoran positivamente, y más en este contexto, su “enorme potencial para reconstruir la economía europea”.

Esta gran alianza, promovida por el presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, Pascal Canfin, concluye afirmando que “el CovidD-19 no hará que el cambio climático y la degradación de la naturaleza desaparezcan. No ganaremos la lucha contra la enfermedad sin una respuesta económica sólida. No nos opongamos a esas dos batallas; luchemos y ganémoslas al mismo tiempo. Sólo seremos más fuertes juntos”.